Si en casa nos esforzamos en educar a nuestros hijos en la tolerancia, en el respeto al otro, en la empatía… ¿qué ocurre si otro niño les agrede física o verbalmente a ellos? ¿Debemos enseñarles a defenderse? “La respuesta es un claro sí”, afirma con contundencia Clara Puchades, neuropsicología clínica y directora de Neural KIDS. La clave es cómo, buscando la justa medida entre eso de si te pegan, pega o poner la otra mejilla. Para alcanzar ese punto medio y “conseguir que sean capaces de defenderse de forma sana, evitando el conflicto”, el primer paso es “entender el desarrollo del niño y los puntos claves a trabajar en todas las áreas”.
Pautas para enseñar a los niños a defenderse
Y eso… ¿cómo se hace? ¿Cómo podemos ayudarles a desenvolverse de manera adecuada en una situación tan complicada para ellos (e incluso para los adultos) como esta? Aunque no todo es blanco o negro y dependerá en gran medida de la agresión a la que se enfrente, los puntos más básicos a reforzar con niños de todas las edades y adolescentes son los siguientes:
1º Enseñarles a respetarse a sí mismos. “Es básico mejorar su autoestima y su autoconcepto” para mejorar con ello su seguridad, entendiendo que merecen respeto por parte de todo el mundo, ya sean sus iguales, ya sean adultos.
2º Educar con el ejemplo. Si queremos que nuestros hijos se respeten a sí mismos y que se hagan respetar por los demás, tenemos que respetarlos nosotros, sus adultos de referencia, en primer lugar. Parece algo muy evidente, pero dejamos de respetarlos cuando les gritamos, les tratamos con condescendencia o, en el peor de los casos, cuando se les pega. Por otro lado, teniendo en cuenta que nos ven como un ejemplo a seguir, “es importante que puedan ver también momentos más difíciles nuestros y cómo los solucionamos”, cómo nos enfrentamos a situaciones más complicadas.
3º Enseñarles a apoyarse en sus iguales. “Ayudémosle a crear su propia red social de apoyo sólida y segura” a la que poder recurrir en caso de necesidad en aquellos entornos en los que, como el centro escolar, no podamos acompañarles nosotros. Sus amigos serán su mejor escudo.
4º Enseñarles a pedir ayuda. Es fundamental hacerles entender desde muy pequeños que “pedir ayuda no es de ser un chivato”. Para ello, debemos crear a edades tempranas “un espacio de comunicación niño-adulto donde puedan expresar sus preocupaciones e inquietudes” e ir fortaleciendo ese espacio a medida que se van haciendo mayores. De este modo, sus padres seremos su pilar al que acudan cada vez que lo necesiten, pero hacerles saber también que, en caso de ser necesario, deberán acudir a los profesores o a otros profesionales del colegio.
5º Guiarlos en la resolución de conflictos. “Son muchas las situaciones en las que esta condición de necesitar defenderse puede darse y ninguna es deseable ni agradable”, señala Puchades. “Debemos enseñar a nuestros hijos a afrontarlas y resolverlas de una forma adecuada y sin necesidad de responder con la ‘misma moneda’”. En este sentido, “lo más importante es enseñarles a poner límites y saber decir que ‘no’”, a hacerle saber al otro niño que quiere que se detenga y deje de hacer lo que está haciendo.
6º Recomendarles evitar el conflicto. Debemos enseñarle a no responder a las provocaciones, a burlas o comentarios que solo buscan hacerle reaccionar. Normalmente, ignorarlos hace al ‘agresor’ dejar de ver divertido el asunto y a parar.
7º Enseñarles a protegerse a sí mismos. Si no queda más remedio, hay que entender que “no debemos confundir defensa y violencia”, subraya la experta. “Son dos conceptos completamente diferentes: una busca dañar al otro, mientras que la otra es protección y preservar mi bienestar”.
¿Cómo deben actuar los padres cuando descubren que otro niño pega a su hijo?
Cuando descubrimos que se da esta situación, lo primero que debemos procurar es “mantener una comunicación activa y constante con nuestros hijos”. Es fundamental “escuchar y mantener una actitud calmada que nos permita tomar decisiones analíticas y en frío”, al tiempo que debemos intentar hacerle entender “por qué otros actúan de malas formas”.
Si sigue ocurriendo, no dudes en ponerte “en contacto con los profesores y responsables del colegio de tu hijo e incluso con la familia del niño que esta generando el conflicto ” con el objetivo de “intentar buscar una solución y mediarla”. Mientras tanto, “lo mejor será estar atentos, supervisar y asegurar la seguridad de tu hijo”.
En caso de que se mantenga en el tiempo, “hay que apoyarse en todos los miembros y recursos disponibles, solucionar estos conflictos, evitando cambios de colegios o situaciones que puedan percibir los niños agredidos como castigo y tener que cambiar su vida siendo las víctimas”. Aquí entrarían en juego otros factores que deberían estar orientados a “educar a niños agresores para que no actúen de esa forma”.