Alrededor del 90% de las mujeres que dan a luz solicitan la epidural o bien desde el principio o bien una vez iniciado el trabajo de parto para enfrentrarse al dolor tan intenso que provoca. Pero, a pesar de que es muy utilizada, sigue habiendo dudas con respecto a ella.
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Para saber más sobre la epidural, hemos recurrido al Dr. Nicolás Brogly, vicepresidente de la Sección de Obstetricia de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR).
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1. Es una analgesia, y no una anestesia
La epidural no es una anestesia, como se habla de ella popularmente, sino una analgesia. Esto es, un fármaco para eliminar el dolor, en este caso producido por las contracciones y el proceso de parto. Así, no bloquea la conciencia ni la movilidad, sino las sensaciones dolorosas.
2. Casi todas las mujeres pueden ponerse la epidural
Tal como señala el especialista, hay muy pocas mujeres a las que, por circunstancias de salud no se les pueda poner la epidural. La medicina ha ido avanzando y en casos en que antes no se administraba, ya sí se hace. Así, “las contraindicaciones absolutas son muy poco frecuentes”, indica.
Por ejemplo, las mujeres con esclerosis múltiple pueden recibirla, también las que tienen un problema de espalda, como una hernia de disco o incluso ante alteraciones congénitas de coagulación, donde hay más riesgo, se puede valorar su beneficio.
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3. Tarda 20 minutos en hacer efecto
“Después de unos 15-20 minutos tras la dosis, se debe notar un efecto”, apunta el Dr. Brogly. No obstante, si se necesitase un efecto aún más rápido, hay alternativas, como combinar la epidural y la analgesia raquídea, que elimina los dolores en unos cinco minutos.
“Cada mujer tiene un umbral de dolor diferente que hay que tener en cuenta a la hora de escoger el momento de poner la epidural”, comenta. Aunque en un primer instante hubiera indicado que no quería recurrir a ella, si a lo largo del proceso de parto se arrepiente y quiere que se la administren, tiene todo el derecho de que así sea.
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4. Se utiliza también en la cesárea
La epidural es la analgesia de elección cuando se practica una cesárea. También es muy habitual la analgesia raquídea.
“La anestesia general se intenta poner lo menos posible”, indica el representante de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. De este modo, la epidural permite que la madre, a pesar de estar en una intervención de mayor calado, como es la cesárea, pueda estar despierta y consciente.
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5. Se puede poner hasta el momento del expulsivo
“A menos que la mujer ya esté en pleno periodo expulsivo, la epidural se puede poner en cualquier momento”, indica el anestesiólogo. Hay lugares donde históricamente no se administraba a partir de los ocho centímetros de dilatación, pero actualmente no es siempre así.
No obstante, tal como apunta el Dr. Brogly, “cuando hay una enfermedad materna o fetal ya conocida se intenta poner lo antes posible, desde que la mujer entra en la sala de dilatación. Si no hay problema, es ella la que elige el momento en función del dolor”.
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6. Se puede administrar más de una vez
En ocasiones, la epidural tiene un efecto incompleto porque solo actúa sobre un lado del cuerpo, o porque no bloquea el dolor. Puede ser por distintos motivos, como particularidades anatómicas de la mujer que hagan que el fármaco se difunda mejor sobre un lado.
Pero también puede haberse producido algún fallo en la técnica. Hay que tener en cuenta que “el espacio en el que se inserta el catéter mide entre 8 y 12 milímetros, si por algún movimiento, la aguja se desplaza puede tener este efecto”.
La solución pasa por añadir más cantidad de medicación o por volver a poner el catéter. No hay problema en administrar la epidural varias veces durante el parto.
7. Se puede beber algo, pero no comer
En un parto normal, sin riesgo de pasar por el quirófano, ni de cesárea ni de que sea instrumental la mujer sí podría beber algo, si así lo autoriza el médico. Pero no comer, pues el alimento podría pasar del estómago a los pulmones, poniéndola en peligro.
La humanización de los cuidados en el parto contemplan esa posibilidad de que la mujer beba un poco de agua, pero hay que valorar cada caso concreto por los posibles riesgos.
8. La epidural no tiene efectos adversos en el recién nacido
“La epidural no tiene repercusión directa sobre el recién nacido, ya que las dosis que se usan ahora son mucho menores”, asevera el Dr. Brogly. “Para el bebé es una técnica segura”.
De hecho, se ha medido la concentración del fármaco en la circulación sanguínea del bebé y es “indetectable”, como apunta.
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9. Los efectos adversos sobre la madre son infrecuentes
La epidural puede provocar algún efecto secundario en la parturienta como hipotensión (tensión baja), por lo que esto se controlará durante el proceso de parto.
También, entre un “0,5 y un 1% de las mujeres pueden sufrir cefalea post-punción, que remite de forma espontánea entre quince días y tres semanas después, pero que se puede corregir con un parche hemático”, comenta el Dr. Nicolás Brogly.