La hemorragia posparto o hemorragia puerperal está detrás del 25 % de los fallecimientos de las parturientas, tal y como apunta la Dra. Ana Rosa Lucena Torres, ginecóloga y obstetra del Hospital Costa del Sol y de la Clínica Lacibis y divulgadora en redes sociales (@ginecologa.anarosa, en Instagram). Es, por tanto, una de las cinco principales causas de muerte materna, tanto en países en vías de desarrollo (donde sucede en uno de cada mil partos) como en los países desarrollados, donde ocurre en uno de cada cien mil nacimientos.
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De producirse, tiene lugar en las primeras 24 horas tras el alumbramiento y la rapidez con la que intervenga el equipo médico es clave (esta es, entre otras, causa directa de que se desaconsejen los partos en casa o en centros no hospitalarios).
Las causas de la hemorragia posparto
Hay cuatro causas principales que pueden dar lugar a una hemorragia posparto, como apunta la Dra. Ana Rosa Lucena:
- Tono uterino: Es el responsable del 70% de las hemorragias posparto precoces. La falta de tono del útero puede suceder con una gestación múltiple, por polihidramnios (mucho líquido amniótico), macrosomía del feto (bebé muy grande). También cuando el músculo uterino se cansa (por ejemplo, ante un parto rápido o prolongado), por una infección o porque haya una alteración en el útero a causa de alguna anomalía, un mioma, placenta previa...
- Tejido: Sucede si hay una retención de placenta, coágulos, alguna situación anómala placentaria, una cirugía uterina previa... Está detrás del 20% de los casos de este tipo de hemorragia.
- Trauma: Pasa por desgarros vaginales o cervicales, episiotomía, rotura uterina... Del total de hemorragias posparto, es el causante en el 10% de los casos, aproximadamente.
- Trombina: Se refiere a los problemas de coagulación de la sangre, ya sean estos preexistentes o adquiridos. Es la causa menos común y suele aparecer en el 1% de este tipo de problemas.
¿Es una emergencia vital para la madre?
La propia Alice Campello ha contado cómo su vida corrió peligro. Y así lo corrobora la especialista (www.ginecologaanarosa.com, donde también atiende consultas online): “La forma de actuar ante una hemorragia puerperal está protocolizada en todos los centros, debido a la severidad que puede alcanzarse; puede correr peligro la vida de la madre por shock hipovolémico (pérdida grave de sangre que hace que algunos órganos dejen de funcionar) o incluso puede llegar a perder el útero con lo que esto conlleva, es decir, la imposibilidad de tener más descendencia”, alerta.
De hecho, la experta relata cómo es una de las situaciones más estresantes que se pueden vivir en el paritorio, “de ahí la importancia de la buena formación en personal que asiste partos y una adecuada gestión de los recursos sanitarios”, subraya.
¿Cómo se controla la hemorragia posparto?
Cuando una mujer que acaba de dar a luz tiene un episodio de hemorragia puerperal hay una serie de protocolos a llevar a cabo. Pero también se aplican unas medidas en todos los partos vaginales para evitar que se llegue a esta situación. Así lo explica la Dra. Ana Rosa Lucena: “Se lleva a cabo el alumbramiento dirigido o farmacológico: está demostrado que el uso rutinario de oxitocina tras la salida del hombro anterior reduce el riesgo de hemorragia puerperal precoz sin aumentar la retención placentaria. También la tracción controlada del cordón umbilical”, explica. Con estas dos medidas se intenta evitar este episodio tan grave.
Pero, ¿qué pasa cuándo sucede? “Hay que seguir una serie de pasos, donde el primero siempre es avisar de la gravedad a los compañeros (resto de ginecólogos, enfermería, anestesia, matronas, auxiliares)”, indica la especialista.
Así, se va administrando medicación a la madre para tratar de detener la hemorragia. Son fármacos para contraer el útero; además se comprueba que no hay desgarros y se reponen fluidos. Si no funciona, se pasa al siguiente nivel. En este punto se pone el denominado balón de Bakri, que se coloca en la zona uterina para intentar detener la hemorragia. Los siguientes pasos serían hacer ligaduras vasculares, suturas compresivas en el útero y, en último caso, hacer una histerectomía (extirpación del útero).