Beneficios de los juegos de rol en los niños, la ventana a un mundo imaginario
Es un tipo de juego que se asocia, por lo general, a adultos, pero que son una oportunidad excelente para que niños y adolescentes desarrollen y potencien diferentes habilidades
Cuando hablamos de juegos de rol (JDR, por sus siglas en inglés), a los más mayores nos viene a la cabeza ‘Dragones y mazmorras’, la mítica serie infantil que se emitía en nuestro país en los 80 y en los 90. Pues bien, la serie se estrenaría tras el éxito arrollador del juego del mismo nombre y que, creado en 1974, es el primer juego de rol de la historia. Este primer juego sentó las bases, que básicamente consiste en entregar una hoja de personaje a cada jugador. A partir de ella, este imprimirá un carácter y una personalidad y jugará en función de esas características. Los jugadores interpretan, por tanto, un papel, como si del rodaje de una película se tratara (también hay un ‘director’ del juego), pero en lugar de seguir un guion, deben seguir una serie de reglas.
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Los juegos de rol fomentan la imaginación y la creatividad y lo hacen de una manera impresionante. El hecho de que cada jugador tenga que asimilar las características y la forma de pensar de un personaje y, a partir de ahí, inventar situaciones y comportarse como si efectivamente fuera esa persona (que puede ser un mago, un detective, un ladrón…) le hará trabajar enormemente su inventiva.
Toma de decisiones
Cada personaje deberá ir realizando una serie de acciones según avanza el juego y, en base a ello, el jugador deberá tomar una serie de decisiones para elegir qué hacer en cada situación que se plantee en el juego. Esta deliberación se acabará instaurando poco a poco en la mente de los niños, lo que les ayudará enormemente a la toma de decisiones en la vida real.
Resolución de problemas
Junto a la toma de decisiones, le servirá en gran medida de cara a la resolución de problemas, puesto que tendrá que plantearse cómo sortear determinados retos que se le planteen en el juego. Por mucho que el juego de rol se base en situaciones reales (pueden ser reales o imaginarias, basadas en un mundo de fantasía o no), se irá ejercitando para, al igual que en el apartado anterior, trasladar esta capacidad a la vida real.
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Potencian la atención
Para poder tomar decisiones correctamente, el niño deberá prestar atención a innumerables detalles del juego, esforzándose en una observación y escucha activa para analizar la situación y deliberar bien antes de hacer una acción u otra.
Aprenden más vocabulario
En este juego, los jugadores se esfuerzan por hablar con propiedad y con un vocabulario acorde al personaje que interpretan. Por ejemplo, si es un mago al que, como tal, se le atribuye cierta sabiduría, el jugador deberá expresarse conforme a esa cualidad.
Habilidades comunicativas
Como consecuencia de lo anterior, también irá aprendiendo a comunicarse mejor, no solo en lo que a la palabra se refiere, sino también al uso de la entonación, de la gestualidad… y a contar lo que quiere expresar esforzándose en que lo entiendan el resto de interlocutores.
Trabajo en equipo
Los juegos de rol son cooperativos, es decir, no hay un jugador que gane la partida, sino que todos interpretan sus papeles buscando un objetivo común (que puede ser, por ejemplo, la resolución de un determinado misterio). Es una manera muy idónea de fomentar el trabajo en equipo, puesto que depende de sus compañeros para lograr el objetivo y sus compañeros de él o ella.
Sociabilidad
Teniendo en cuenta todo lo anterior, los juegos de rol son, sin duda, una gran oportunidad para desarrollar habilidades sociales y para compartir momentos únicos y divertidos con otros niños. Además, el interpretar a diferentes personajes en cada juego que se enfrentan a situaciones muy diversas, le servirá para fomentar esas habilidades sociales y adaptarlas a la vida real.
Comprensión lectora
Por un lado, quien sea el director del juego, debe leer correctamente las reglas del mismo para que el resto de jugadores lo entiendan y estos, a su vez, deberán escucharlas y asimilarlas para saber qué es lo que deben hacer para avanzar en la historia. Tanto el lector como quienes lo escuchan deben comprender bien el texto.