La tensión arterial baja, en una mujer adulta y sana, suele carecer de importancia clínica, pues no perjudica la salud y, por lo tanto, no suele ser causa de vigilancia ni de tratamiento médico. Es más, cuando en un reconocimiento médico te dicen que tienes la tensión arterial baja, casi te felicitan, por el buen pronóstico a largo plazo para tu salud y la ausencia de síntomas y de efectos secundarios que esta situación genera.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Si bien es cierto que tener la tensión baja es mucho mejor que tenerla alta, la hipotensión arterial que genera síntomas y produce alteraciones y molestias, no deja de ser una alteración de la salud, a veces importante, y por tanto se debe beneficiar de los consejos médicos, la prevención y la medicación si fuera necesaria.
La falta de tono vital, la sensación de frío, los mareos posturales, la tendencia al sopor y la debilidad son síntomas de los cuales se quejan las mujeres hipotensas y muchas mejoran notablemente cuando la tensión se mantiene en cifras normales.
La hipotensión arterial en el embarazo
Es relativamente frecuente que muchas mujeres tengan bajadas de la tensión arterial durante el embarazo. Sobre todo en las primeras semanas. Las causas por las que esto se produce son diversas. En primer lugar, la presencia fetal hace que el sistema vascular corporal de la embarazada aumente en extensión y en volumen, lo que hace bajar la presión de la sangre. Igualmente los cambios hormonales que se producen durante el embarazo pueden bajar la presión sanguínea de la madre gestante. Ejemplo de ellos sería el aumento de la progesterona, hormona que aumenta en el primer trimestre del embarazo y desciende la tensión arterial. La anemia de algunas embarazadas también favorece la tendencia a la hipotensión.
En cualquier caso, diremos que las bajadas de la tensión arterial de la embarazada, a no ser que sean muy intensas y generen síncope, al igual que la hipotensión mantenida, no representan peligro para la embarazada ni para el feto, así como ningún perjuicio para el desarrollo y la buena salud fetal.
Síntomas de la tensión baja durante el embarazo
Los síntomas son diversos y generalmente de baja intensidad. En muchas ocasiones, tan poco específicos que se suelen confundir con los síntomas del propio embarazo. Muchas embarazadas mejoran notablemente cuando la tensión arterial se estabiliza en cifras normales.
- Falta de tono vital.
- Sensación de cansancio y debilidad.
- Mareos posturales, al levantarse, al realizar cambios posturales de forma brusca.
- Desmayos
- Mareos.
- Somnolencia, aumento de las horas de sueño.
- Aumento de las pulsaciones.
- Taquicardia.
- Frialdad de las extremidades.
El caso más extremo y llamativo de la hipotensión arterial es la presentación de un síncope, que es una situación clínica que consiste en una breve pérdida de la conciencia, con falta de tono muscular, frialdad, sudoración y que dura unos segundos, todo ello provocado por la disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
Cómo tratar las bajadas de tensión
Si la hipotensión no genera síntomas, no es necesario tratarla. Cuando aparecen bajadas de tensión en el curso del embarazo se pueden llevar a cabo algunas acciones que mejoren la sintomatología.
- Mantener una buena hidratación y alimentarse correctamente con alimentos frescos, sanos y saludables.
- Prevenir la hipotensión postural, levantándose con precaución y evitar cambios bruscos posturales.
- Realizar ejercicio físico de leve intensidad, andar, pasear, nadar.
- Controlarse periódicamente la tensión.
- Tratar la anemia si la hubiere.
- Mantener el peso y la ganancia de peso dentro de límites normales.
- Seguir el consejo médico en referencia a cualquier tipo de medicación.