Sabemos que las habilidades de liderazgo son fundamentales a la hora de crecer profesionalmente, por ejemplo, así como en lo referente a las relaciones sociales, pero abarcan mucho más. Son una parte esencial en muchos aspectos de la vida, como saber decir que ‘no’, algo básico para todos y más aún si cabe para los adolescentes. Saber decir’ ‘no’ a sus amigos a un plan o incluso a una propuesta nociva para su propia salud, requiere de un elevado grado de autoestima y de liderazgo. ¿Es posible ayudar a un hijo adolescente a desarrollar esas habilidades y convertirse en auténtico líder de su vida? Según María José Collantes (@coaching.adolescentesypadres), coach personal, educativo y familiar, sí es posible: “para ello tienes que ayudarle a adquirir herramientas útiles, prácticas y efectivas para que aprenda a gestionar sus emociones, motivarse y liderar su vida con responsabilidad”.
La cuestión es cómo ayudarle a adquirir esas herramientas, especialmente cuando en no pocos casos ni siquiera los padres las tienen. Para poder convertirnos en soporte de nuestros hijos incluso en esos casos, lo primero es saber cuáles son las habilidades que, de manera independiente, necesitan desarrollar para convertirse en líderes de su vida.
Habilidades que deben desarrollar para potenciar su liderazgo
Una vez que sepamos identificar las habilidades de liderazgo que necesita desarrollar nuestro hijo, podremos ir trabajando cada una de ellas, como si cada una fuera un escalón de una escalera que le llevará al éxito (que no tiene por qué referirse únicamente al ámbito académico o profesional). Así, “las principiadas habilidades de liderazgo que tienen que desarrollar los adolescentes para convertirse en un líder en todos los ámbitos de su vida” son las siguientes, tal y como enumera la coach:
- Confiar en sí mismo o en sí misma y en la vida.
- Tener una autoestima sana y saber automotivarse.
- Conocerse mejor.
- Desarrollar la inteligencia emocional para gestionar sus emociones.
- Desarrollar su creatividad para la resolución de problemas.
- Desarrollar todo su potencial para tener claridad hacia dónde tiene sentido dirigir su vida.
- Descubrir sus talentos para enfocar con sentido su carrera profesional.
- Descubrir sus valores, ya que serán la brújula de su vida.
- Aprender a relacionarse con los demás.
- Desarrollar habilidades de comunicación asertiva, afectiva y efectiva.
- Aprender a flexibilizarse y responsabilizarse de sí mismo.
- Aprender de los errores y adversidades para obtener recursos y crecer con ellos.
- Manejar el estrés.
- Trabajar en equipo.
- Desarrollar su empatía y compasión para ser un adulto más humano.
Si en algunas de esas habilidades nuestro hijo ‘flaquea’ especialmente, habrá que procurar centrarse en ella para poder desarrollar todo su potencial. En caso de duda, siempre es recomendable acudir a un profesional.
Así puedes ayudar a tu hijo adolescente
Ya identificadas, viene el proceso en sí. Algunas deberíamos haberlas ido fomentando desde la más tierna infancia, como la autoestima, pero incluso cuando los papás y las mamás han sentado las bases adecuadas, la adolescencia es una etapa tan convulsa que a veces hace falta reconstruir alguno de los pilares. Lo esencial de lo que debemos partir es:
1º Fomentar la autonomía. Para potenciar tanto la autoestima como otras muchas de las habilidades anteriormente citadas, una de las cuestiones más básicas es fomentar la autonomía. Los padres deben facilitar a su hijo adolescente que sea autónomo, “confiando en sus capacidades y recursos internos para que así se responsabilicen de ellos mismos y puedan explorar”.
Puede llegar a ser doloroso para los progenitores ser testigos de cómo su hijo va creciendo e incluso tener ciertos temores ante nuevos peligros e incertidumbres, pero aun así “hay que dejarlos solos” cada vez en más circunstancias; eso sí, “sin perderlos de vista”, puesto que “el adolescente vive bajo el influjo de la duda y el cuestionamiento”, incide Collantes. “Todo su proceso de aprendizaje está plagado de errores, problemas y conflictos”.
2º Responsabilidad. “Si quieres que tu adolescente se convierta en un adulto autónomo, tienes que responsabilizarle de sus acciones diarias (tareas, estudios, horarios, relaciones…) y de las elecciones que realiza”. Y esto pasa por enseñarle que “toda decisión tiene unas consecuencias y unos resultados”, al tiempo que le demostramos confianza: confiamos en que tendrán en cuenta las posibles consecuencias y que decidirán con responsabilidad.
También es fundamental hacerles saber que “cualquier equivocación no es ningún fracaso, sino solo un aprendizaje que nos indica que por ahí no es el camino”. Por tanto, el siguiente paso sería “buscar otras opciones que le acerquen a su objetivo”.