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Embarazo

Gemelos monocoriales: ¿por qué es un embarazo de más riesgo?

Una de cada 250 gestaciones es gemelar monocorial, una situación que puede dificultar el curso del embarazo por sus complicaciones añadidas. ¿De cuáles se trata? ¿Qué controles se necesitan en estos nueve meses?


2 de junio de 2023 - 12:52 CEST

Los embarazos múltiples son, por sí mismos, embarazos de riesgo. Pero hay algunas circunstancias que hacen que ese riesgo se eleve. Es el caso de los gemelos monocoriales. Por gestación gemelar monocorial entendemos aquella en la que hay una sola placenta de la que dependen los dos bebés. Cuando hay una placenta para cada uno, estaríamos ante una gestación bicorial.

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Para conocer qué implicaciones tienen este tipo de embarazo hemos recurrido a la Dra. Elisa Llurba, doctora en Ginecología y Obstetricia y directora de beDona (www.be-dona.com).

¿Por qué hay gestaciones gemelares monocoriales?

El problema de las gestaciones gemelares monocoriales es que, como explica gráficamente la experta, “los dos niños tienen que comer del mismo plato”. Así, ambos bebés dependen de una sola placenta, que es la que proporciona oxígeno y nutrientes durante los nueve meses de embarazo y tiene una función clave.

Este tipo de embarazos tiene una mortalidad perinatal dos veces mayor que los que son bicoriales y cuatro veces más alta que la de los embarazos únicos.

Pero, ¿de qué depende que haya una o dos placentas? “Es puro azar; en el momento de la división del embrión en las etapas iniciales del embarazo se forma una placenta o dos”, aclara la Dra. Llurba. No hay factores familiares que intervengan en este sentido, aunque sí que  es más frecuente cuando se utilizan técnicas de reproducción asistida. 

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¿Qué problemas se pueden presentar?

Los embarazos gemelares conllevan algunos riesgos añadidos, al haber más placenta condiciona mayor estrés cardiovascular y metabólico para la madre. Esto conlleva, entre otros,  más probabilidad de preeclampsia (tensión alta asociada al embarazo), de crecimiento intrauterino restringido o de prematuridad.  De hecho, el 50% suele nacer antes de la semana 37.

Pero en el caso de las gestaciones gemelares monocoriales existen otras complicaciones, que no suceden siempre, pero que conviene conocer.

Transfusión feto-fetal

Al depender de una sola placenta, los gemelos comparten también vasos arteriales y venosos. Si hubiera un desequilibrio, un feto trasfunde a otro sangre de más, y esto implica que uno de ellos se queda con anemia y otro con demasiada sangre, por lo que su corazón tendría que trabajar más, como explica la especialista.

“Es una situación que suele aparecer entre las semanas 18 y 24 y que tiene una mortalidad del cien por cien cuando no se interviene”, advierte. Por suerte, los avances médicos han permitido que haya un diagnóstico precoz y actualmente con un fetoscopio se pueden identificar qué vasos comparten y “partir la placenta en dos”. Se trata de una operación que se realiza intraútero, donde los vasos se dividen para generar una nueva vascularización en los gemelos. “Tras la intervención, la supervivencia es del 80% en al menos uno de los dos bebés”, añade.

Restricción del crecimiento

Al margen del problema anterior, los gemelos monocoriales pueden sufrir una  restricción de crecimiento selectivo,  una alteración menos frecuente. Esto implica que uno sería más pequeño que el otro. El más pequeño, el que no come bien, daña también al otro gemelo, ya que al tener las comunicaciones vasculares placentarias, el feto pequeño se descompensa debido a su situación y ambos sufren, con consecuencias neurológicas.

Cuando surge esta situación, “se recomienda la misma intervención que en el caso de la transfución feto-fetal, separando las dos placentas para que la situación de un feto no afecte al otro”, comenta la Dra. Llurba. Se hace a través de un láser que coagula los vasos sanguíneos. El resultado es que al menos el feto más grande tiene un 95% de probabilidades de sobrevivir.

¿Qué controles hay en un embarazo gemelar monocorial?

Afortunadamente, el 80% de los embarazos gemelares monocoriales transcurren sin complicaciones, y solo en dos de cada diez se presentan las ya citadas.

No obstante,  se trata de embarazos muy vigilados.  Así, como indica la directora de beDona, a partir de la semana 14 de gestación, la mujer será examinada cada dos semanas. Si pasara de la semana 35, los controles serían cada 7 días hasta el nacimiento de los niños. La razón es porque, al final del embarazo, puede haber paso de sangre entre los dos gemelos, lo que lleve a provocar anemia. Así, para descartarlo se mide mediante una ecografía la velocidad de los hematíes en la arteria cerebral de los bebés. Con el objeto de evitar este riesgo en las semanas 36-37 se induce el parto.

¿Influye la gestación gemelar monocorial en el tipo de parto? Como comenta la Dra. Elisa Llurba, no tiene por qué. Puede ser un parto vaginal si la posición de los niños así lo permite.