Muchos de los menores de edad que sufren acoso escolar ven cómo este se extiende más allá de las aulas, en todo lugar y en todo momento, a través del llamado ciberbullying. Un fenómeno social mucho muy complejo que afecta un 12 % de niños y adolescentes entre 9 y 16 años, según datos de la Fundación ANAR; porcentaje demasiado alto que implica un elevado sufrimiento a cientos de menores de edad. Con el ciberbullying, el acoso no solo se extiende en el espacio y en el tiempo, sino añade otras repercusiones psicológicas, como cuando se trata de la difusión de imágenes o vídeos relativos a la víctima. Se trata, como decíamos, de un fenómeno muy complejo y son muchos los flancos a abordar, pero sin duda es esencial que el menor acosado tenga la opción de poder eliminar esas publicaciones que, sobre su persona, circulan por las redes sociales sin permiso.
Afortunadamente, al menos en lo que a ese aspecto se refiere, las víctimas ya tienen una alternativa. El ‘botón rojo’ puesto en marcha por RepScan es un servicio que justamente hace eso, identificar el contenido negativo y eliminarlo, además de hacer un seguimiento para evitar que esas publicaciones se vuelvan virales. “Nuestra solución, hace que en el momento que un padre, un niño o el colegio o entidad deportiva, detecta un contenido en la red de algún menor de su colectivo, pueda activar el ‘botón rojo’ y los padres del menor en minutos, puedan detallar el problema y firmar los documentos necesarios para poder eliminar en horas esos contenidos en internet que son humillantes para menores”, nos detalla Josep Coll, CEO de RepScan. “Buscamos en toda la red esos videos y solicitamos de forma urgente la eliminación en las plataformas donde se puedan ver; nuestra tecnología está conectada con estas plataformas, y en tiempo récord logramos que esos contenidos no estén en la red”.
“La idea central es poder dar una respuesta rápida cuando todos los protocolos de ciberbullying fallan”. Por eso este servicio está disponible las 24 horas del día todos los días del año, para que la víctima (o bien sus padres o sus tutores) puedan atajar una parte esencial del problema de inmediato. El contenido desaparece de internet en cuestión de horas, todo un récord teniendo un cuenta que localizar y poner en marcha todo el procedimiento legal puede llegar a ser abrumadoramente tedioso.
¿Qué ocurre con ese material gráfico una vez activado el ‘botón rojo’?
“Nuestro objetivo es que el contenido no pueda verse; y mientras vamos eliminado el contenido, vamos documentando todo el proceso, para poder localizar ‘el quién’, pero lo esencial es que el contenido no pueda verse”, especifica Coll. “Para el menor, lo que le genera más ansiedad es que el contenido pueda verse en la red, y en asuntos de fotografías y videos, el resultado suele ser la eliminación total de todos los contenidos, tanto en las plataformas, como en los resultados de los buscadores (Google)”.
La documentación de todo el proceso de eliminación de contenidos permite después a los padres que, “si quieren emprender acciones legales o si los colegios o entidades deportivas quieren expulsar a los acosadores, puedan tomar medidas legales contra las personas que hayan publicado y realizado este acoso digital. Nuestro trabajo les permite tener evidencias, sí ”. Por tanto, el material gráfico se elimina, pero no las pruebas.
Para Coll, “lo primero es el ‘qué’ y no el ‘quién’” porque se da por finalizada la causa directa del sufrimiento de las víctimas del ciberbullying. En este punto es preciso incidir es que, mientras el ciberacosador siga teniendo libertad para hacerlo, podrá seguir subiendo nuevos contenidos. De ahí la importancia de actuar rápido en todas direcciones y utilizar la documentación del proceso de eliminación del material para denunciar los hechos. “Con el ‘botón rojo’, en minutos nos ponemos a trabajar para que estas fotos y vídeos no puedan verse”. Una vez hecho esto, “es el momento del ‘quién’ y, por lo tanto, de la Policía”.
Hacerlo al contrario puede, según Coll, retrasar el proceso y que el material permanezca más tiempo en Internet. “Ir a la Policía, con todo el respeto, desgraciadamente en España, a veces no es ágil”, comenta. “Los medios que tiene la policía, y la poca importancia que le presta a veces a estos delitos, dado el colapso que existe, genera que no se suela dar una respuesta rápida a estos asuntos”.