El verano es una de las épocas del año más esperadas. Surgen decenas de planes, se prioriza la diversión y el descanso, hay un contacto más estrecho con la naturaleza, ya sea en la playa o en la montaña... Pero cuando se tiene un bebé las cosas pueden cambiar, porque hay que tener en cuenta determinadas precauciones para que este tiempo discurra sin incidentes.
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Para conocer todos estos aspectos hemos consultado con la Dra. Rosario Bachiller Luque, pediatra en Valladolid y miembro de Doctoralia, que nos señala qué tener en cuenta.
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Viajar en avión: ¿desde cuándo?
El bebé puede viajar en avión desde sus primeros días de vida, aunque si es prematuro “es recomendable que esperen hasta tener un peso adecuado”, advierte la experta. Eso sí, hay que tener en cuenta que, en cualquier caso, “el avión es un lugar donde es posible contagiarse de enfermedades infecciosas trasmitidas por vía aérea”, puntualiza.
Hasta los dos años, habitualmente las aerolíneas permiten que el bebé viaje en brazos de un adulto, usando un cinturón que se añade al del mayor, para asegurarlo. Sin embargo, la Dra. Bachiller recomienda que viajen en un asiento extra en un asiento apropiado.
Como durante el aterrizaje y el despegue les puede molestar la diferente presión de los oídos, si utilizan chupete es bueno que lo usen en ese momento. También tomar el pecho les puede aliviar.
¿Qué destinos turísticos son más apropiados?
Al viajar con bebés muy pequeños hay que elegir bien el destino de vacaciones, pues no todos los lugares son igual de aconsejables.
Así, la pediatra recomienda no viajar con bebés “a zonas donde no existan adecuados servicios sanitarios”. Además, destaca que es conveniente optar por “zonas tranquilas con temperaturas y humedad moderadas”.
Dependiendo de la zona, la documentación para viajar con el bebé será diferente: DNI o pasaporte. Si es un destino europeo, hay que llevar la tarjeta sanitaria europea, y si es otro lugar fuera de estas fronteras, informarse bien de si es bueno contratar un seguro médico extra para esos días.
Los viajes en coche: qué tener en cuenta
Viajar en coche con un bebé se puede convertir en un gran reto para los padres. Si el niño es dormilón, lo ideal es aprovechar las horas en que pasa dormido para hacer el trayecto. Pero puede suceder que se incomode al verse en la sillita de auto y el viaje transcurra entre llantos. Pase lo que pase, es vital no sacar al bebé de su sillita de seguridad en marcha. Debe viajar siempre en ella y habrá que parar las veces necesarias para calmarlo o para que descanse.
En general, se aconseja que, si va despierto, se hagan paradas cada hora y media, aproximadamente, para sacarlo de la silla de auto (que ha de ir siempre a contramarcha en estas edades) y que cambie de postura.
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Importante: nunca dejar un bebé dentro del coche al sol
Aunque el bebé esté dormido, nunca se debe dejar dentro de un coche al sol, ni aunque sea por un par de minutos. Las temperaturas que alcanza un coche al sol son muy elevadas y el sistema de termorregulación del bebé no funciona a pleno rendimiento en sus primeros meses de vida.
Por eso, exponerse a esas altas temperaturas, aunque sea por un tiempo breve, puede ser fatal para el pequeño, como, desafortunadamente, en ocasiones se recoge en las noticias cada verano.
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Son más sensibles a los golpes de calor
“Los bebés, como los ancianos, son mucho más sensibles a las temperaturas altas pudiendo padecer golpes de calor graves y deshidrataciones que pueden llevar incluso a la muerte”, alerta la especialista de Doctoralia.
Además, hay que tener en cuenta que los bebes no reclaman agua. “Es, por tanto, recomendable no exponer a los bebes a altas temperaturas y cubrir la cabeza o acudir a lugares frescos”, señala. Si son mayores de seis meses se les debe ofrecer agua con frecuencia, y si son menores de esa edad, el pecho o el biberón de forma más continuada.
Los síntomas de alarma de la deshidratación
La deshidratación en un bebé pequeño puede ser fatal. Por eso hay que cuidar mucho este aspecto y tener en cuenta que no es capaz de expresar que tiene sed, por lo que, como aconseja la Dra. Rosario Bachiller, “en época estival hay que cuidar siempre la hidratación de los bebés”.
Pero ¿cuáles son los síntomas de deshidratación a esta edad? “El bebé está más inactivo, con la piel seca, los labios secos y los ojos hundidos. Dejará de hacer pis y llorará sin lagrimas”, alerta. En estos casos hay que ir de forma urgente a un centro sanitario.
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¿Desde cuándo pueden ir a la playa?
“El bebé puede ir a la playa a las horas en que la solación es menor: antes de las 11 horas y después de las 19 horas. Aunque es mejor hacerlo a partir de los seis meses de edad”, aconseja la experta. El motivo es que la piel del bebe es muy sensible a la radiación solar. “Por ello siempre tiene que ir protegido con gorro y con camiseta, y debajo de una sombrilla, ofreciéndole agua con frecuencia. Y si están con lactancia materna, ofrecer el pecho a demanda”, insiste.
“Desde los seis meses, el bebé puede bañarse en las piscinas, por la sensibilidad de la piel del bebé que es muy reactiva al cloro, pudiendo causar molestias si se hace antes”, aclara la pediatra.
En este sentido, se puede utilizar también una pequeña piscina con agua dulce, para que su piel no sufra los problemas del cloro.
Hay que tener las mismas precauciones que con respecto a la playa en relación a las horas más indicadas para el baño, el calor y el sol.
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¿Desde cuándo pueden llevar fotoprotector?
“Hasta los seis meses no es recomendable usar fotoprotectores”, indica la Dra. Rosario Bachiller. Luego, desde los seis meses, lo aconsejable es utilizar fotoprotectores de tipo mineral (de filtros físicos) y, “a partir de los 3 años pueden usar fotoprotectores mixtos”, apunta.
Usar fotoprotector no rebaja el resto de medidas de cuidado ante el sol, ya que el bebé sigue siendo muy sensible a él en todo momento.