Este juego es una manera muy sencilla y práctica de trabajar la orientación espacial y la lógica con niños a partir de 3 años. Ofrece un conjunto de retos, cada uno de los cuales dice cómo hay que colocar las casitas sobre el tablero. Una dinámica facilita para quienes se inician en estos juegos y que además es autocorrectiva, ya que cada reto muestra, en el reverso de la tarjeta, el resultado, de modo que los niños podrán comprobar si lo han hecho bien o no.
Es uno de los juegos con los que mejor se lo pasan los más pequeños. Se trata de un juego cooperativo, de modo que los niños no compiten entre sí, sino que buscan un objetivo común, que en este caso es ganar al cuervo. El juego se compone de un tablero con cuatro grandes árboles, pequeñas piezas de fruta de madera y un puzle con la figura de un cuervo. Antes de comenzar a jugar, se colocarán todas las frutas de madera en los árboles y se procederá a tirar el dado: en función de lo que salga, cada jugador se podrá llevar una o dos piezas de fruta; si sale el dibujo del cuervo, habrá que poner una pieza del puzle. Si el puzzle se completa antes de que se haya recolectado toda la fruta, gana el cuervo y se lleva toda la fruta que queda (se la come).
Es otro de los juegos de mesa favoritos para niños de 3 ó 4 años. Además de disfrutar jugando, podrás practicar con tus hijos el conteo y trabajar conceptos matemáticos como “más que” o “menos que”, tan importantes a estas edades. El juego consiste en avanzar por las casillas en forma de nube del tablero con las fichas de madera con forma de unicornio. Cada unicornio avanzará el número de nubes que le indique el dado y, en función del color de la nube en la que caiga, cogerá o no su premio correspondiente (cristales rosas). La partida termina cuando un unicornio llega a la casilla de salida, pero eso no significa que ese unicornio sea el ganador: ganará el que más cristales rosas haya recabado.
Se trata de un juego de lógica que funciona, al igual que el anterior, a base de retos, pero ya con algo más de dificultad. Estos retos consisten en colocar las distintas piezas (caperucita, el lobo, tres árboles y la casa de caperucita) según indica cada tarjeta, con lo que ya se trabaja la orientación espacial. La parte de la lógica se trabajaría al intentar colocar, a continuación, las piezas del camino: el jugador deberá hacer un camino desde el lugar donde ha situado al lobo hasta la casita, así como desde Caperucita hasta la casa. Se recomienda hacer los retos en orden porque van incrementando paulatinamente en dificultad (y no, no es tan fácil como en un primer momento podría parecer).
Es un juego de cartas (ideal, por tanto, para llevarlo este verano a la piscina o para viajes largos con peques) que, al igual que el anterior, gira en torno a la temática de Caperucita Roja. Contiene las cartas que se reparten a cada jugador y que son diferentes escenas del cuento y otras tantas con un lobo, además de las cartas del bosque; estas últimas se sitúan en el centro de la mesa, formando un círculo con ellas. Se reparten tres cartas a cada jugador, que procurará ir logrando las 6 cartas con cada una de las 6 escenas del cuento. El primero que logre completar toda la secuencia de escenas, gana.
La versión ‘¿Dónde está Wanda?’, de la colección Logic! GAMES, es un divertido juego que reproduce una casita para encontrar a la protagonista, la monstruita Wanda. Para ello, deberán seguir las instrucciones de cada uno de los 60 retos, que indican en la habitación en la que debe estar en función de las pistas que incluyen. Es un juego de lógica de lo más entretenido en el que también se fomenta la atención, la observación y la visión espacial.
‘Logic! CAS’E es una colección de juegos de lógica a la que se le puede sacar muchísimo partido. Contiene más de 70 tarjetas con diferentes retos a doble cara (en total, más de 140 retos) y un soporte que hace que los retos sean autocorrectivos, ya que el niño únicamente podrá extraer cada una de las tarjetas cuando haya marcado la respuesta correcta. Es un juego muy entretenido que fomenta el pensamiento lógico y la concentración y, además, tiene el tamaño perfecto para poder llevarlo a cualquier parte, ya sea un restaurante, la piscina, un viaje en avión… Ideal para no tener que recurrir a pantallas en situaciones en las que es complicado mantener un buen rato a los niños quietos.
El juego que presentamos en esta imagen es a partir de 6 años, pero la colección consta de tres juegos adaptados por edad: a partir de 4, a partir de 5, a partir de 6 años y, desde esta primavera, está a la venta la edición para niños a partir de 7 años. Cada uno de ellos cuenta con extensiones de tarjetas para poder incrementar el número de retos sin necesidad de adquirir un nuevo soporte.
‘Batalla de genios’ es uno de los juegos de mesa infantiles más reconocidos. De hecho, fue elegido el Mejor juguete del año 2020 en la categoría de juegos por la Asociación Española de Fabricantes de juguetes. El motivo es que es potencia en los niños, mientras juegan, habilidades cognitivas como la atención, la planificación, la velocidad de procesamiento y visión espacial.
Es un juego imprescindible si quieres trabajar con tus hijos la inteligencia emocional. Fue creado por una psicóloga, Marta Miguel, cuyo objetivo es trabajar las emociones con los niños jugando. Se trata de un juego de 50 cartas, cada una de las cuales contiene una emoción diferente y la clave de su éxito consiste en cómo ‘se trabaja’ con cada una de las emociones: en función de lo que indique el dado, habrá que imaginar por qué el niño o la niña que aparece en cada carta siente la emoción representada, explicar una emoción para que quien ha tirado el dado la adivine, representarla con mímica o con un dibujo y, algo mucho más interesante aún, compartir una situación personal en la que el jugador que ha tirado el dado se haya sentido así.
Se recomienda a partir de los 4 años y se puede jugar con niños bastante más mayores, ya que el juego se adapta en función de la edad. Así, los más pequeños jugarán con un número de cartas menor, es decir, con menos emociones, para que no tengan problemas en identificarlas. A medida que son más mayores, se irán incluyendo cartas con emociones algo más complejas. Además de trabajar la inteligencia emocional, Emötio es una vía excepcional para fomentar la comunicación con nuestros hijos.
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