La enfermedad conocida como boca-mano-pie, tan propia de niños que asisten a guarderías o a los cursos de Infantil del colegio, se manifiesta normalmente con fiebre y ampollas y sarpullidos que, en función de la zona del cuerpo en la que salgan, serán más o menos molestos. “Las vesículas que se presentan de forma característica en la enfermedad boca-mano pie son indoloras, a excepción de las que se presentan en el interior de la boca, en la mucosa de las encías, provocando una gingivoestomatitis; ahí si que pueden ser dolorosas e incluso dificultar la alimentación por el dolor”, especifica el Dr. Fernando Baixauli, pediatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. “Con analgésicos (ibuprofeno o paracetamol) y productos con ácido hialurónico tópicos, se controlarán los síntomas”.
Esta enfermedad vírica es estacional, es decir, crece de manera significativa la incidencia de casos en una determinada época del año. A diferencia de otras que, como la bronquiolitis, se dan especialmente en invierno, el boca-mano-pie experimenta un repunte “en los meses de primavera y primera parte del verano”.
Cuáles son las complicaciones más frecuentes
“Esta enfermedad es casi siempre benigna y leve, aunque no está exenta de poderse complicar”, sobre todo en niños con inmunodeficiencia y en los recién nacidos, con los que hay que tener un especial cuidado. Incluso en niños “especialmente sensibles a la infección por presentar una disminución en cuanto a las defensas para luchar contra esta o cualquier otra infección, la infección boca-mano pie sigue siendo una enfermedad leve” en la mayoría de los casos.
Aun así, en ocasiones, se producen complicaciones, entre las cuales las “más importantes son las pulmonares, con la aparición de una neumonía, y sobre todo las neurológicas, ya que se puede desarrollar un cuadro de encefalitis o de meningitis”, apunta el doctor.
Caída de uñas a causa del boca-mano-pie
“La caída de las uñas u onicomadesis es característica de esta enfermedad, aunque no ocurre con mucha frecuencia”; en cualquier caso, suele ser motivo de preocupación para muchos padres que desconocen este síntoma. “Se trata de un trastorno ungueal agudo, indoloro y no inflamatorio, consistente en el despegamiento, que puede suceder tanto en las uñas de las manos como en las de los pies”.
El motivo por el que a veces tiene lugar la caída de la uña “no se sabe con certeza”, si bien “parece que en esta enfermedad se produce por acción directa de la infección vírica sobre la matriz de la uña, dando lugar a la detención de su crecimiento”. Una vez que la infección pasa, “la recuperación espontánea es completa” y la uña vuelve a salir.
“Una forma más leve, cuando la agresión sobre la matriz ungueal es menor, es la aparición de las líneas de Beau, líneas blancas transversales que aparecen en las uñas y que se trataría, en definitiva, de un grado menor de afectación de la uña”.
- ¿Cómo cuidar la uña si se cae?
En caso de que se caigan las uñas, no es necesario un tratamiento específico, sino únicamente unos sencillos cuidados que pasan por mantener la higiene en la zona, “con lavados con agua y jabón e hidratación de la zona, esperando la regeneración de la uña”, aclara el Dr. Baxauli. “No es necesario cubrir la zona con vendas u apósitos”.
¿Cómo evitar el contagio?
La enfermedad del boca-mano-pie la suele provocar un tipo de virus, los enterovirus, que se contagian generalmente por contacto directo, sobre todo a través de manos no lavadas previamente. Entre estos enterovirus, el más habitual detrás del boca-mano-pie es el Coxsackie A, que se transmite “mediante secreciones de nariz, boca o gotitas que se lanzan al toser”, de modo que entre niños de corta edad que no están preparados aún madurativamente para poner cuidado en taparse, por ejemplo, es muy fácil que se lo transmitan de unos a otros.
Eso ya hace de por sí muy difícil evitar el contagio, que resulta más complicado aún teniendo en cuenta que “esta enfermedad ya se contagia desde el período de incubación, es decir, 4-7 días antes de la aparición de los síntomas y hasta 2 semanas después de remitir los mismos”. Una gran barrera para frenar el contagio es lavarse las manos, así como toser y estornudar en el codo y desinfectar los juguetes y otros objetos que haya tocado el menor.