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ni o en el pediatra© GettyImages

Salud

‘Mi hijo tiene un bulto en el cuello, ¿debo preocuparme?’

Lo más habitual es que se trate de ganglios benignos y transitorios, pero en todo caso hay que acudir al pediatra para que confirme si es esa u otra patología más grave


9 de mayo de 2023 - 13:48 CEST

Es completamente normal que un padre o una madre se alarme si se percata de que su hijo tiene un bulto en el cuello, si bien lo más habitual es que se trate de ganglios que no reportan mayor gravedad. La aparición de un ganglio aislado aumentado de tamaño, en esta región de las cadenas ganglionares cervicales laterales, es relativamente frecuente en los niños de diferentes edades y, aunque afortunadamente casi siempre su origen es benigno y transitorio, es un síntoma que sigue generando alarma en las familias y, por supuesto, debe ser revisado siempre por el pediatra.

El aumento del tamaño de los ganglios linfáticos se produce como respuesta a una gran variedad de procesos, pero los más frecuentes son los infecciosos y los inflamatorios y los más infrecuentes los neoplásicos. En los niños, la existencia y palpación de ganglios linfáticos de 1 cm de tamaño es lo habitual, pues más del 50% de los niños sanos, tienen ganglios palpables en la región cervical.

Causas de adenopatía cervical

Debemos avisar que no siempre que aparece un bulto o un nódulo en el cuello tiene que tratarse de un ganglio. Las glándulas salivares, los quistes, los problemas tiroideos o las patologías relacionadas con los dientes, pueden producir lesiones nodulares que recuerden a un ganglio linfático.

Las causas por las que un ganglio cervical aumenta de tamaño son casi siempre de tipo inflamatorio y se considera que es patológico cuando supera los dos centímetros de diámetro. El origen del problema es casi siempre una infección.

  • Infecciones víricas. Son las más frecuentes, virus de vías aéreas superiores, por Adenovirus y el virus de Epstein Barr.
  • Infecciones bacterianas. Estreptococo Aureus, bacilo Tuberculoso, Micobacterias y TBC atípicas. Gérmenes anaerobios bucales.
  • Inmuno alérgicas. S de Kawasaki.
  • Neoplásicas. Linfomas y leucemias.

Signos de alarma

La aparición de un nódulo en cualquier parte del cuello debe ser consultada con el pediatra. Los síntomas y signos de urgencia diagnóstica y de tratamiento, son:

  • Tamaño mayor de 2,5-3 cms.
  • Crecimiento rápido y progresivo.
  • Fijación a planos profundos. Doloroso o con inflamación y/o ulceración.
  • Fiebre mantenida y prolongada.
  • Pérdida de peso y afectación del estado general.
  • Aparición de la adenopatía cervical en el periodo neonatal.

Enfoque diagnóstico y terapéutico de la adenopatía cervical única

La valoración por parte del pediatra tras la anamnesis y la exploración física será de gran importancia para la realización del estudio y la orientación terapéutica ulterior. Deberá tener en cuenta también qué precedentes hubo a la aparición de la inflamación ganglionar; infección respiratoria previa, faringo amigdalitis, gingivitis, estomatitis, aftas, traumatismos, heridas, problemas bucodentales, fiebre, dolor, afectación del estado general.

En la exploración física, localización, tamaño, dolor, color de la piel, signos inflamatorios, consistencia, relación con la piel y adherencia a planos profundos.

  • Pruebas complementarias

Estas pruebas se realizarán de forma progresiva y son las siguientes: hemograma, test estreptocócico, descartar S. mononucleosico, serologías, cultivos, prueba de Mantoux, valorar la realización de Ecografia de partes blandas y finalmente la Biopsia a través de una punción con aguja fina (PAAF).

  • Actitud terapéutica

La mayoría de los casos (virus respiratorios) se resuelven con tratamiento antiinflamatorio y medidas generales. Cuando se realiza tratamiento con antibióticos (infecciones bacterianas) este debe ser pautado con una duración de hasta 14 días.

  • Tratamiento quirúrgico

Drenaje cuando se sospeche abcesificación. Extirpación quirúrgica que puede ser terapéutica o diagnóstica.