En Qué está pasando aquí dentro (Ed. Zenith), la ginecóloga Ana Rosa Lucena (www.ginecologaanarosa.com) ofrece una guía esencial con todo lo que va sucediendo, semana a semana, en el embarazo. Con su estilo cercano, hace un completo repaso de todo lo que debe conocer la embarazada desde que tiene el test positivo en la mano. Así, plantea un recorrido por alimentación, ejercicio, vacunas, hábitos de vida, sexo... para cubrir todos los aspectos que interesan a las mujeres en este momento tan especial de sus vidas.
Además, en el libro explica qué pruebas se hacen en cada trimestre, qué cambios normales puede esperar la mujer, y aborda el parto, el posparto y la lactancia. Hemos charlado con ella.
Comenzaste a divulgar sobre ginecología y obstetricia en las redes sociales a raíz de la pandemia y ahora tienes una gran comunidad de mujeres que te siguen, ¿qué es lo que más te demandan por esta vía?
Lo que más me demandan es información de todo tipo, suelo hacer una ronda de preguntas semanal y puede haber como 500 preguntas de todo tipo variadas. Muchas me han dicho que esto les ayuda muchísimo porque en consulta o no les da tiempo a preguntar o se les olvida con los nervios. También me dicen que mis vídeos las tranquilizan y yo me siento feliz por ello, pues los hago para eso.
Aconsejas en el libro que las mujeres “disfruten del embarazo”, sin embargo, a menudo, hay muchos miedos que lo impiden. ¿Cuál es tu antídoto para vivir el embarazo de una forma tranquila y feliz?
Yo creo que el arma más importante que hay es estar bien informada de una fuente fiable, con evidencia científica y con rigor. Conocer más sobre el embarazo y el parto ayuda a entender mejor qué es lo que ocurre, las fases que pasarás y disipa muchos de los miedos.
¿Cuáles son los temores más frecuentes que te encuentras en el seguimiento del embarazo de tus pacientes?
Los principales son tres: que el bebé venga bien, que no pasen dolor en el parto y que en el parto vaya todo bien. Con respecto al primero, me aseguro de que se vayan tranquilas de la consulta. Sobre el segundo explico las opciones para calmar el dolor y con el tercero les repito que, siendo objetivos, la probabilidad mayor es de que vaya todo bien.
Sueles comentar mucho justo eso: que lo más probable es que todo salga bien, pero ¿cómo puede saber una embarazada que algo no va bien para pedir asistencia médica urgente?
Estar embarazada es algo tan importante que están muy bien informadas. Los signos de alarma para pedir atención médica son: pérdida de líquido amniótico, sangrado vaginal, contracciones regulares (antes del parto), sentir disminución de movimientos fetales o tensión arterial mayor de 140/90.
Sobre la salud mental sigue habiendo mucho estigma, también en la época del embarazo. ¿Crees que las gestantes se abren lo suficiente en relación a los problemas de este tipo por los que pueden pasar en estos nueve meses y en el posparto, o los siguen escondiendo?
Yo quiero pensar que cada vez se abren más, pero, si no es así, generalmente la matrona, la ginecóloga o la médico de familia somos las primeras que la valoramos en el postparto y tenemos que ser capaces de detectar los signos de alarma de que la madre no está bien para darle los medios de ayuda necesarios. Particularmente a mí después de ver mujeres en postparto durante 20 años y pasar por mis tres postpartos es lo que más me preocupa de la visita puerperal. Preguntar “y tú, ¿cómo lo llevas? “ me parece algo básico.
Recoges en el libro que “el parto es la única cita a ciegas en la que vas a conocer al amor de tu vida”. Si tuvieras que dar unos consejos básicos a la embarazada que está próxima al parto, ¿qué le dirías?
Principalmente que confíe en ella, en su fuerza y su capacidad. El ver mujeres parir a diario me ha hecho poner a las madres en un pedestal; lo que somos capaces creando vida no dejará nunca de asombrarme.
Y también le diría que confíe en nosotros, estamos para ayudarla. Al margen de que hay que actualizar muchos protocolos, hemos elegido esta especialidad para cuidar de las mujeres y sus hijos con todo nuestro cariño.
Eres una gran defensora de la humanización en la asistencia obstétrica, ¿qué crees que nos queda por lograr?
Este tema es bastante extenso, creo que hay que actualizarse en la asistencia a partos en España hacia partos de baja intervención; la tendencia actual es que todo transcurra de la forma más natural posible. Cuanto más se interviene en el proceso del parto con medicación, más riesgos hay; la clave es valorar riesgo-beneficio como siempre en Medicina.
Por otro lado, la humanización de las cesáreas con el acompañamiento de la madre, el contacto piel con piel en quirófano, el pinzamiento tardío de cordón, el inicio precoz de la lactancia materna y la recuperación de la anestesia con el bebé es algo muy básico, que no consume recursos económicos, pero que no se hace en la mayoría de los hospitales españoles. Es asombroso ver cómo las madres lo demandan a diario y no se hace nada con este tema.
Al margen de la embarazada, ¿qué consejos podemos dar a los que la acompañan en esta etapa tan especial?
La pareja también debe estar informada, debe saber lo que hacemos en consulta para poder hablar y valorar resultados y, sobre todo, para tomar decisiones, su opinión es el 50%. También les suelo aconsejar que estén presentes, tanto en el embarazo como en la crianza, el tiempo pasa muy rápido y muchos son momentos únicos. Es primordial su apoyo en todo el proceso, pero, sobre todo, en el momento del parto; la pareja también debe conocer las fases del parto para poder dar sostén a la madre. ¡Qué bonito es ver a diario a parejas implicadas con tanto amor! Disfruto mucho de lo que hago.