Un diario emocional es una herramienta con la que trabajan psicólogos y pedagogos para ayudar a los niños a reconocer y, sobre todo, a expresar sus emociones. En aquellos casos en los que el menor necesite de ayuda psicológica o atención especial por determinados aspectos de su conducta o su salud mental, será el profesional el que irá dando las pautas a los padres para guiar en la elaboración del diario emocional. Incluso cuando nuestro hijo no presente una necesidad concreta, este diario es una herramienta magnífica para desarrollar la inteligencia emocional. De hecho, no es extraño que se utilice también en el aula, sobre todo, en Infantil.
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La clave del funcionamiento de este diario es hablar con el niño o la niña previamente, hacerle preguntas (no interrogarle) para ir evaluando sus emociones y sensaciones que ha tenido a lo largo del día. Los aspectos más negativos tanto de su comportamiento como el de otros que le han hecho sentirse mal o triste, es fundamental tratarlos con él desde la disciplina positiva: validando todas y cada una de sus emociones. Si no sabes por dónde empezar para guiar a tu hijo en este diario tan especial, hay multidud de plantillas en internet para llevarlo a cabo en función de la edad.
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No es necesario que el niño o la niña ya sepa escribir; puede ser el papá o la mamá quien anote las conclusiones a las que ha llegado su hijo. El diario en sí es una herramienta, pero serán sus padres quienes le acompañen en sus emociones, se las validen y le ayuden a idear las estrategias adecuadas para afrontar determinadas situaciones. Cuanto antes se le dé la oportunidad a los más pequeños de plasmar por escrito su mundo interior, más provecho le sacaréis. A medida que van creciendo, lo más probable es que vayan buscando intimidad y prefieran escribir su diario a solas, pero ya habréis sembrado la semilla más valiosa. Estos son solo algunos de sus beneficios:
1. Fomenta la comunicación con los padres
En primer lugar, el diario emocional es una oportunidad magnífica para fomentar el diálogo entre padres e hijos. Al ser preciso una conversación previa a la escritura sobre aquello que le ha preocupado o que, por el contrario, le ha hecho sentir bien, se abre una vía de comunicación inmensa. Eso sí, lo normal es que haya que ir poco a poco. Al principio le costará expresarse, pero si mantenéis la rutina (lo ideal es dedicarle unos 15 minutos al diario emocional al final del día, justo antes de ir a dormir), irá ‘soltándose’. Irá aprendiendo a expresarse y contar cómo se siente.
2. Se fortalece el vínculo
La consecuencia directa de esa mayor comunicación es un fortalecimiento del vínculo entre vosotros. Irá adquiriendo, además, total confianza para contarte sus cosas: sus miedos, sus incertidumbres, sus ilusiones… A medida que se vaya haciendo mayor, si mantenéis esta práctica, acudirá a ti cada vez que lo necesite, sin plantearse si debe compartir su preocupación con papá o mamá. Será de gran ayuda cuando llegue a la adolescencia (seguramente, en esa etapa no te lo contará todo, pero tendrá menos reparo en confiar en ti en lo realmente importante para él o para ella).
Al ir analizando cada día todas sus emociones y, tras aprender a identificarlas, irán conociéndose también mejor a sí mismos. Se darán cuenta de aquello que les hace, por ejemplo, reaccionar de manera impulsiva o que les empuja a aislarse. Una vez que identifiquen las causas, sabrán anteponerse a su propia reacción cuando se dé la situación.
5. Aprenden a autocrontrolarse
Y, si saben anteponerse a una situación que les provoca una reacción inadecuada, aprenden a autocrontolarse y a buscar otras respuestas más correctas (lo cual no significa inhibir su emoción, sino únicamente la reacción).
6. Resolución de problemas
Eso, a su vez, les favorece una mayor capacidad de resolución de problemas. Esta capacidad la irán trasladando poco a poco a todos los ámbitos de su vida, lo que redunda en el autocontrol que citábamos en el punto anterior. Irá adquiriendo mayor madurez, al tiempo que su autoestima se fortalece.
7. Reduce su nivel de ansiedad
Al saber identificar sus emociones y el motivo que las ha causado, unido al aprendizaje a la hora de responder en determinadas situaciones, le ayudará a reducir su nivel de ansiedad. Entenderá por qué ocurren muchas cosas que tienen lugar a su alrededor y eso le tranquilizará. La sensación de autocontrol y el tener cada vez menos desbordamientos emocionales también serán de gran ayuda para eliminar la ansiedad.
8. Aprenden a hacer frente a sus miedos
Por el mismo motivo, irán haciendo frente a sus miedos. Con ayuda del adulto, irá razonando, irá dando una explicación lógica a aquello que le asusta y, paulatinamente, asimilará que no es algo a lo que haya que temer. Si realmente son situaciones excepcionales en las que la reacción más adecuada sea sentir miedo, también es necesario canalizarlo e intentar buscar alternativas por si se vuelve a dar.
9. En definitiva: potencia su inteligencia emocional
Con todo lo anterior, lo que habrás logrado es potenciar enormemente la inteligencia emocional de tus hijos. Evidentemente, los padres no podemos ampararnos solo en el diario emocional, sino que hemos de ser coherentes durante todo el día y validar sus emociones cuando surjan (por incómodas que nos resulten); aún así, aunque no tiene sentido de manera aislada y aunque no se trata de una fórmula mágica, es una valiosísima herramienta que tu hijo podrá aprovechar en cualquier momento de su vida, no solo en la infancia, y con la que saldrá airoso de más de un percance.