¿Una píldora para hombres? Sí, y ofrece una serie de cualidades que aún no se han logrado en las píldoras anticonceptivas femeninas, como que no es necesario tomarla durante largos períodos de tiempo, sino que únicamente habría que ingerirla antes de mantener relaciones. Además, no presenta efectos secundarios. Aunque aún está en fase experimental, promete ser toda una revolución, puesto que supone una novedad totalmente “necesaria porque abarca una faceta no cubierta dentro de los tratamientos anticonceptivos y dentro de la salud sexual y reproductiva”, asegura el Dr. Abel Renuncio Roba, ginecólogo del Hospital Universitario de Burgos y vocal de la Sociedad Española de Contracepción (SEC).
Así funciona la píldora masculina no hormonales
Actúa sobre la enzima adenil ciclasa soluble (sAC, por sus siglas en inglés), que se ha descubierto que es “esencial para el movimiento de los espermatozoides dentro del aparato reproductor femenino y para su maduración y el proceso de fecundación del óvulo”. La investigación en curso ha “desarrollado una molécula, una sustancia, un fármaco que lo que va a hacer es inhibir esa enzima, es decir, hacer que esa enzima no actúe, con lo cual no se pueden mover los espermatozoides”. Impedirá, por tanto, que fecunden el óvulo y se produzca un embarazo.
El gran logro es que no interfiere en el comportamiento sexual de los ratones que se han analizado y, sobre todo, que “es transitoria”, explica el doctor: “su duración no es permanente, sino que su efecto permanece solo unas horas”. Sería, por tanto, “una anticoncepción a demanda, en el sentido de que se utiliza previamente a la relación o cuando se van a mantener relaciones sexuales”. El efecto de esta píldora al inmovilizar espermatozoides dura dos horas y media, tal y como se ha comprobado en el estudio y, “dentro de las primeras dos horas, hablan de una eficacia del 100%”, una eficacia altístima.
Una vez transcurridas las dos horas y media o tres, “ya se empieza a ver que empieza a haber movimiento de algunos espermatozoides y, a las 24 horas, ya casi todos los espermatozoides tienen movilidad”. Así, habría que tomarla “entre 30 minutos y una hora antes de mantener relaciones para que el efecto sea completo”.
A la eficacia y a la comodidad de ingerirla ‘a demanda’, se suma que no presenta efectos secundarios, al menos no en esos modelos animales que se están analizando y que se han estudiado durante hasta seis semanas.
Otra cuestión a tener en cuenta es que los estudios se han hecho “administrando el fármaco de forma inyectada, pero hay estudios también del mismo grupo de trabajo para conseguir que esa misma medicación pueda administrarse vía oral, lo cual facilitaría mucho el uso por parte de los varones”.
Aunque “los resultados han sido prometedores”, aún queda mucho camino por recorrer, ya que falta por investigar en otros animales primero y en seres humanos después. Si hay algo que hemos aprendido con la pandemia es que “los ensayos clínicos en humanos llevan tiempo”, siempre que no se trate de una emergencia sanitaria. “Llevan tiempo porque tienen diferentes fases y porque, a parte de probar la eficacia, hay que ver que no hay efectos secundarios en humanos”. No hay, por tanto, plazos de cara a su posible aprobación.
La importancia de la píldora masculina, la clave de la revolución que promete
Esta píldora masculina tiene más posibilidades de triunfar socialmente respecto a otras que se han investigado previamente, es decir, es más probable que, en caso de aprobarse, los hombres estén dispuestos a tomarla, puesto que, como decíamos, se ingiere de manera puntual y por el momento no se han encontrado efectos adversos asociados a ella. “Además, yo creo que cada vez hay una mayor sensibilización también por parte de la sociedad de la necesidad de ampliar la gama de anticonceptivos hacia la parte de los varones, es decir, cada vez se tiende a una mayor implicación de los varones dentro de la anticoncepción ”, comenta el ginecólogo.
“Hasta ahora disponíamos de un gran número de anticonceptivos femeninos, tanto hormonales, quirúrgicos, de barrera, DIUS, implantes, no hormonales... pero el número de anticonceptivos masculinos era muy limitado”. Para el doctor “esta discordancia no tiene ningún sentido; esto en última instancia es una desigualdad de género entre entre hombres y mujeres que la ciencia debe tratar de suplir y de dar la mayor oferta posible tanto a mujeres, que ya la tienen, como a hombres para que puedan implicarse también en la anticoncepción”.
Otra cuestión es que “la anticoncepción femenina ha cumplido un papel muy importante” y si bien sí que puede ocasionar efectos secundarios, “también hay mujeres que lo pueden utilizar por los efectos beneficiosos no contraceptivos de cara, por ejemplo, a “controlar su ciclo, disminuyendo su sangrado, el dolor” o de cara a “actuar sobre cambios cutáneos, acné”...
Así, “a pesar de que haya un anticonceptivo masculino, ellas prefieren seguir utilizando uno femenino, pero lógicamente, si no existe esa posibilidad, no se podría plantear dentro de la pareja”. Lo importante es que se puede “ir superando esa diferencia entre el número de anticonceptivos masculinos y femeninos” y que se pueda “elegir y valorar a nivel de pareja” qué es lo que va a ser más conveniente.