El ajedrez, ‘el deporte del cerebro’ que reporta infinidad de beneficios a los niños
Practicarlo conlleva un gran esfuerzo mental que potencia diferentes habilidades cognitivas que le servirán para impulsar el éxito académico, pero también le serán de utilidad en su día a día
El ajedrez, considerado un deporte por el Comité Olímpico Internacional (COI), por su carácter competitivo, no entraña esfuerzo físico, pero sí un gran esfuerzo mental. Por tanto, comenzar a practicarlo a edades tempranas favorece el desarrollo de multitud de habilidades cognitivas, como el razonamiento lógico, el pensamiento crítico y otras fundamentales para obtener éxito académico como la concentración y la memoria, además de la de la resolución de problemas, tan importante en el centro escolar como en el día a día.
No te lo pierdas
Por eso, cada vez son más los colegios que ofrecen el ajedrez como clase extraescolar y por eso es cada vez más solicitada por los padres, sabedores de la multitud de beneficios que puede aportar a sus hijos. Entre ellos, destacan los siguientes:
1. Fomenta la concentración
Al jugar al ajedrez, no solo se dirimen las propias jugadas con las que para intentar ganar al adversario, sino que es preciso estar muy pendiente de los movimientos que lleva a cabo el otro. Por eso es habitual ver a los jugadores en silencio, con una concentración absoluta. Pues bien, al desarrollar esa capacidad tan asombrosa de concentración, esta se trasladará a otras áreas, como la académica, donde el niño o la niña tendrán más habilidad para prestar atención a lo que se les cuenta en clase.
2. Potencia la memoria
Esto mismo hace que se potencie su memoria, unido a que es recomendable que recuerden las jugadas y la estrategia que van ideando. De este modo, también desarrollarán una mayor memoria para recordar las lecciones de clase, así como para retener páginas y páginas de estudio.
3. Mejora la capacidad de organización y planificación
El hecho de tener que pensar en las estrategias a seguir favorece enormemente la capacidad del cerebro para planificar y organizar y para llevar a cabo una correcta gestión del tiempo, todo lo cual es imprescindible para despuntar académicamente en cualquier curso escolar.
4. Favorece el pensamiento lógico
El ajedrez es una de las vías más efectivas para potenciar el pensamiento lógico, que está muy relacionado con la resolución de problemas y con la creatividad. Aunque se ejercite con el objetivo de mejorar jugando al ajedrez, el desarrollo del pensamiento lógico abarcará todas las áreas con las que está relacionado, de modo que también le será de gran ayuda en la mayoría de asignaturas, especialmente en matemáticas y todas las que tengan que ver con STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), pero también en lenguaje.
5. Resolución de problemas
Derivado de lo anterior, la capacidad de resolver problemas es un plus de cara a las notas de clase, pero también en innumerables situaciones de día a día. La práctica continua de tomar decisiones teniendo muy en cuenta las posibles consecuencias (al establecer la estrategia a seguir), será un grandísimo impulso para entender problemas y fórmulas matemáticas, así como para actuar con determinación y responsabilidad en muchas encrucijadas de la vida misma.
Te recomendamos
6. Favorece el pensamiento crítico
Con el ajedrez, los niños aprenden a pensar en las diferentes posibles estrategias a seguir, lo que implica aprender a sintetizar y a prever lo que el contrincante podría hacer en función de nuestro juego, lo cual es clave de cara a desarrollar el pensamiento crítico.
7. Tolerancia a la frustración
Jugar a menudo a una práctica como el ajedrez, en la que lo habitual será que unas veces ganen y otras pierdan, les ayudará a asimilar las derrotas y, en consecuencia, a trabajar la tolerancia a la frustración. Les ayuda, por tanto, a gestionar mejor sus emociones, no solo al fracasar en una partida, sino también en la victoria, que celebran con respeto al contrincante.
8. Resiliencia
Lo anterior está directamente relacionado con la resiliencia, capacidad que el ajedrez les ayuda a desarrollar, tanto al tener que aceptar las derrotas como al adaptarse a las jugadas del adversario e idear las suyas propias en base a ellas.
9. Relaciones sociales
El ajedrez es un juego universal, es decir, se juega igual en todos los países y en todas las culturas, de modo que ayuda al niño a conectar con otros jugadores, independientemente de barreras habituales como el idioma. Será, además, una vía perfecta para conocer y relacionarse con otros niños y niñas con los mismos intereses.