La celebración del cumpleaños de los niños en Montessori es muy significativa. Es todo un ritual que busca mucho más que felicitar al ‘cumpleañero’: ayuda al niño a comprender su pasado, cómo ha ido cambiando a lo largo de los años, cuál es su papel en su familia y a ir asimilando un concepto tan abstracto como el paso del tiempo. Se trata, en definitiva, de una auténtica celebración de la vida. Y para llevar a cabo este ‘ritual’ tan especial, muy sencillo y casi íntimo (por mucho que en las escuelas Montessori se practique en el aula) se necesitan una serie de objetos que representan o simbolizan el Sol, la Tierra, los meses…
Así se prepara el cumpleaños Montessori
En primer lugar, el padre o la madre (o el profesor si se realiza en clase) debe colocar un tapete o alfombra en el suelo, a ser posible, con forma circular. En medio, pondrá una vela encendida y, alrededor de ella, doce pequeñas tarjetas, cada una de las cuales deberá tener escrito uno de los meses del año. También la alfombra de forma circular puede estar “divida en cuatro, y cada cuarto representa una estación”, detallan Noémi d’Esclaibes -creadora y directora del Lycée International Montessori Athéna de Bailly (Francia)- y Sylvie d’Esclaibes -cofundadora de la escuela Montessori internacional de Burdeos-Gradigman (Francia)- en su libro El método Montessori para Dummies.
Rodeando todo eso, la línea de la vida del niño homenajeado, el elemento más especial de la celebración, que consiste en un conjunto de fotografías de acontecimientos importantes en la vida del pequeño protagonista (“el nacimiento, el cumpleaños, primeros pasos, el nacimiento de un hermanito, etc.”). Esas fotografías se colocarán rodeando a todos los demás elementos. Sobre el tapete habrá que poner también un número que indique los años que cumple nuestro hijo.
Una vez que está todo correctamente colocado, se explica al niño que la vela representa al Sol y que las doce tarjetas representan a los doce meses del año, al tiempo que se les dice que hay doce meses cada año y que la Tierra tarda un año entero en dar una vuelta al Sol. En ese momento, se le entrega un globo terráqueo. Es ahora cuando comienza la celebración propiamente dicha.
Así es el ‘ritual’ para celebrar un cumpleaños al estilo Montessori
El niño, colocado junto a la tarjeta del mes en el que nació y con el globo terráqueo en sus manos, deberá empezar a caminar alrededor del círculo que forman las fotografías. Los pasos deben ser lentos para que el adulto pueda ir contando los acontecimientos que muestran las fotos.
Cuando haya dado una vuelta entera, el adulto y los demás niños (en caso de hacerse en clase) darán una palmada “para indicar que el niño ha cumplido un año”. Tendrá que dar tantas vueltas como años cumpla y, a cada vuelta que complete, habrá que dar la palmada. “De este modo comprenden que la Tierra tarda un año en dar la vuelta al Sol”.
Una adaptación mucho más extendida en los últimos años es hacer esto mismo cantando una canción muy simple:
“La tierra gira alrededor del sol,
alrededor del sol,
La tierra gira alrededor del sol,
Y -el nombre del niño o la niña- cumplió un año”
Se repite la canción, casi como un mantra, en cada vuelta, terminando con “cumplió dos años”, “cumplió tres años”… y así sucesivamente hasta la edad que alcanza ese día. “Es muy importante que, una vez al año, se narre la vida del niño de este modo”, apuntan las educadoras Montessori. Comprende “cómo ha evolucionado y se da cuenta de todo lo que le queda por vivir”.
El cumpleaños es un acontecimiento muy especial para todos los niños, especialmente para los más pequeños, que lo esperan con ansia a veces durante meses. Los regalos, la tarta, la celebración con familia y amigos… y él o ella siendo el protagonista o la protagonista indiscutible. Si a todo eso unimos este pequeño homenaje, el niño se sentirá importante de una manera muy diferente, comprobando, a través de la línea de su vida, que ocupa un lugar más que destacado en su familia, pero también en el mundo.