El sudor es la forma que tiene el organismo de regular la temperatura corporal. Todos sudamos como forma de enfrentarnos al calor. En esa transpiración lo que hay, fundamentalmente, es agua. Y el agua no huele. Pero con la pubertad se activan las glándulas apocrinas, que son glándulas sudoríparas que se localizan, sobre todo, en las axilas y en la zona genital. Son estas glándulas apocrinas las que se relacionan con la producción del olor, que se genera ante la aparición de bacterias presentes en la piel.
Tal como cuenta la Dra. Aniza Giacaman, dermatóloga de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), estas glándulas apocrinas hacen su aparición en torno a los ocho o nueve años, y es ahí cuando comienza el olor corporal y la necesidad de utilizar desodorante.
A las puertas de la pubertad
Así, pues, el olor corporal hace acto de aparición con los cambios que van a llevar al niño a pasar de la infancia a la pubertad. De hecho este es uno de los signos principales de ese tránsito, a los que luego se irán sumando otros como el vello corporal.
Cuando el niño produce ese olor, hay que comenzar a usar desodorante, ya que el exceso de sudoración o el mal olor del sudor pueden conllevar algunos problemas de relación social si no se controla.
En el caso de que el olor comenzase antes de los ocho o nueve años, podríamos estar ante una pubertad precoz y, tal como recomienda la experta, hay que consultar con el médico para que haga una exploración completa por las implicaciones que el adelanto de esta etapa puede tener en el menor.
¿Vale cualquier desodorante?
En el mercado se puede encontrar una amplia gama de desodorantes: con alcohol, con sales de aluminio, antitranspirantes... Los hay especialmente formulados para niños. Lo ideal es ir probando, como aconseja la dermatóloga de la AEDV, hasta dar con el que mejor se adapte a las necesidades del pequeño. Para empezar, puede ser “un desodorante neutro, suave y sin perfume”, destaca la experta.
En todo caso, no hay inconveniente en que use el de los adultos, aunque podría haber irritaciones. Por ejemplo, “si el niño tiene dermatitis atópica, lo mejor es que el desodorante que use no lleve ni alcohol ni perfume”, recalca. Se trata de ir viendo el que mejor le va.
Si el niño tiene mucho sudor, “no hay problema en que use uno que sea antitranspirante. El problema del sudor puede ser incapacitante y es importante que el niño esté bien socialmente”, apunta la Dra. Giacaman. De hecho, aunque no es muy frecuente, se dan casos ya en esta etapa de hiperhidrosis (sudoración excesiva). Si es así, conviene consultar con el especialista para que indique el tratamiento más adecuado, ya que este problema hace que las palmas de las manos y las plantas de los pies suden también profusamente, lo que puede causar grandes molestias al niño.
En cuando a la forma de presentación del desodorante, la dermatóloga se inclina por los que son en roll-on o en stick. “El spray está más desaconsejado, ya que puede que el niño se lo aplique mal y llegue a otras zonas o sea inhalado”, explica.
Algunas formas de controlar el sudor
Además de empezar a usar desodorante, hay que insistir en una serie de medidas cuando el sudor comienza a oler en el niño. Son estas, según detalla la Dra. Aniza Giacaman:
- Insistir en la ducha diaria. El lavado con agua y jabón hace que la cantidad de bacterias que hay en la piel, y que en última instancia son las culpables del mal olor, se reduzca. Así, hay que ducharse cada día, aunque a estas edades y llegando a la adolescencia, pasar por este trámite les comienza a apetecer cada vez menos.
- Cambiar la ropa a diario. Es importante también que el niño se cambie de atuendo cada día. Así se evita el mal olor.
- Usar ropa adecuada. Las prendas que mejor van para luchar contra el olor del sudor son las transpirables (especialmente cuando el niño hace deporte) y las que son de algodón. Los tejidos sintéticos son más proclives a generar mal olor corporal.
- Aplicar el desodorante sobre la piel limpia. “El desodorante siempre debe aplicarse sobre la piel limpia y seca”, insiste la experta. Hacerlo de otro modo no solo no enmascara el olor sino que lo empeora.