El dibujo es una poderosa herramienta para conocer la personalidad de un niño o incluso algún problema que aún no ha salido a la luz. Se utiliza mucho en psicología y, aunque es a partir de los 3 ó 4 años, al comenzar el niño a ir dibujando formas y figuras, cuando más información se puede extraer, incluso de los primeros garabatos es posible averiguar algunos datos. Esto es así porque “cada trazo posee un sentido particular y concreto”, explican Evi Crotti, pedagoga y psicóloga, y Alberto Magni, médico especialista en medicina psicomática y en psicoterapia, en su libro Garabatos. El lenguaje secreto de los niños (Editorial Sirio). “En su conjunto, esos trazos componen una historia: reflejan los deseos, las emociones, el miedo, las etapas de su desarrollo, y los ritmos biológicos y psicológicos del niño”. Y, además esa “historia es proyectada sobre su familia”, motivo por el cual en ocasiones se llama a estos dibujos ‘test de proyección’.
Son varios los factores a tener en cuenta, desde cuestiones tan simples como el modo en el que el pequeño coge el lápiz a la presión que ejerce con él, pasando por el lugar de la hoja en el que inicia su dibujo al espacio que ocupa en la misma. En cuanto a la manera en la que coge el lápiz, es determinante su momento evolutivo, si bien puede ser indicativo “de tensiones de diverso tipo” si lo coge de modo demasiado forzado. En cuanto a la presión del trazo, si este es muy ligero, lo más probable es que el dibujante sea muy sensible, mientras que si el trazo es fuerte, este “indica energía fuerte, gran vitalidad y necesidad de disponer de espacio amplio”.
En lo que al punto de la hoja en la que inicia el dibujo, este debería ser el centro, pues es también la percepción que tiene de sí mismo, del lugar que ocupa en el mundo. Si no es así, habría que tenerlo en cuenta como una posible señal de alarma. Si el espacio que ocupa su dibujo es mínimo, tendrá que ver con una personalidad temerosa e introvertida. En este caso, habrá que valorar cómo de pequeño es el dibujo.
Señales de alarma en los dibujos de los niños
En ocasiones, es posible interpretar que algo está ocurriendo en el mundo interior del niño, que bien tenga que ver con su neurodesarrollo, con su bienestar emocional o ante determinadas circunstancias exteriores que le están haciendo daño. No debemos preocuparnos porque se aprecie en sus garabatos o dibujos algunas de las características que enumeramos a continuación, pero si aparecen de manera repetida, sí sería conveniente consultarlo con un pedagogo o un psicólogo infantil. Entre las primeras señales de alarma, podemos destacar las siguientes:
- Dibujos demasiado pequeños
- Trazo demasiado débil, en ocasiones, casi imperceptible
- Dibujos sin apenas detalles, en niños a partir de los 4 ó 5 años
- Tendencia a colorear con el negro o con colores oscuros
- Presencia habitual de monstruos, fantasmas u otros seres de ficción que provoquen miedo
- Presencia reiterada de armas o bombas
- Gran espacio en blanco en la hoja
Test de la figura humana
Son varios los tests que se utilizan en psicología para averiguar determinados detalles de la personalidad de un niño y de los que se pueden extraer datos extremadamente valiosos. Uno de ellos es el test de la figura humana, uno de los más empleados porque, al pedirle a un niño que dibuje un personaje sin especificar más, por lo general, lo que hace es representarse “inconscientemente a sí mismo, expresando la percepción que tiene de su esquema corporal y los deseos que lo acompañan”. Habrá que tener en cuenta el momento evolutivo en el que nuestro hijo se encuentra, puesto que a los 4 años no todos los niños dibujan el cuello, por ejemplo; partiendo de esto, estas son las conclusiones que se pueden extraer de manera genérica a partir de este test:
- Tamaño de la figura: si es muy pequeña, indica una baja autoestima; por el contrario, si es excesivamente grande, muestra confianza en sí mismo y carácter extrovertido
- Tamaño de la cabeza: los que la dibujan muy grande suelen ser niños a los que les gusta destacar, mientras que si es demasiado pequeña “puede indicar experiencias difíciles vividas en el momento del destete”, si bien también puede tener que ver con algo no tan relacionado con su personalidad como es la falta de apetito.
- Tamaño de las piernas: cuando son muy largas, se interpreta con el deseo del niño de crecer rápidamente para convertirse lo antes posible en adulto, que sería para él el modelo a seguir; si son muy cortas, indica seguridad y que se trata de un niño “que tiene los pies en la tierra”.
- Tamaño de los brazos: si son excesivamente largos, muestran una gran afectividad y “carácter conciliatorio”; si son muy cortos, gran timidez.
- Órganos sexuales: por lo general, no suelen dibujarlos. Cuando lo hacen, sobre todo a edades tempranas, alejadas aún de la pubertad, podría ser una señal de alerta de posibles abusos, por lo que habría que indagar más al respecto.
Otros tests
Hay otros tests para indagar más sobre la personalidad de un niño, como el test del árbol, del que se puede extraer información más profunda sobre él o ella, relacionada con aspectos que tienen que ver con su carácter, con sus intereses, su capacidad de imaginación y sus sentimientos. Otro es el test de la casa, que es símbolo de la relación que tiene con su familia y, especialmente con sus padres, y que revela mucho acerca del lugar que siente que ocupa en ella; también da información acerca de su modo de vida y de cómo se prepara para afrontar el futuro.