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Posparto

‘Estoy en el posparto y me siento superada’

La mujer experimenta una honda transformación tanto en el embarazo como cuando da a luz. Su cuerpo, sus hormonas, sus emociones... toda su vida y su forma de estar en ella cambian. Y esto puede hacer que se sienta sobrepasada.


17 de abril de 2023 - 13:00 CEST

El cambio que se experimenta en cuestión de horas tras el nacimiento del bebé es el más grande que se va vivir nunca. Así lo cree Silvia Molina, matrona y directora de Espai Mares, centro de salud para la mujer especializado en Maternidad en Girona (www.espaimares.cat).

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A partir de ese momento, el rol de la mujer cambia sustancialmente, al igual que lo hace ella, su cuerpo, su cerebro, sus prioridades... Y no es infrecuente que todo ello haga que se sienta sobrepasada.

Una montaña rusa de emociones

Tras dar a luz, “el baile de hormonas hace que tu vida sea una montaña rusa de emociones, tan pronto te sientes la mujer más feliz del mundo como que tienes unas ganas inmensas de llorar y a veces no sabes por qué”, comenta la experta.  “Puede que las expectativas que te habías creado sobre la maternidad no coincidan con la realidad,  puede que añores tu vida de antes, puede que te sientas abrumada por la responsablidad de cuidar a tu hijo las 24 horas del día, puede que estés agotada por no poder descansar lo que necesitas o por no poder ir al baño tranquila por si dejas al bebé un momento y empieza a llorar”...

Son sentimientos habituales tras ser madre. Pero, además, como destaca la matrona (@espaimares, en Instagram), el cuerpo cambia y a veces es difícil aceptar que no se adapte a los cánones sociales establecidos. A eso hay que sumar la recuperación de los puntos, si los ha habido, o de la cesárea; el inicio de la lactancia... Hay muchos motivos que pueden hacer que la mujer, a pesar de la alegría de recibir a su hijo, no se sienta especialmente bien.

Una conexión necesaria para madre e hijo

Después de la maternidad, la mujer ya no vuelve a ser la misma. “Durante el posparto, la madre se fusiona emocionalmente con su hijo. De esta fusión depende la supervivencia de ambos, y cuanto más conectada esté la madre con su bebé, más fácil será transitar por el posparto”, aclara Silvia Molina.

Pero esta transformación no se limita a lo que socialmente se entiende como posparto, que suele asimilarse a la cuarentena. “En realidad es una etapa que va desde el nacimiento del bebé y la fusión emocional madre-hijo, hasta que el niño comienza a vivir de forma más autónoma”, comenta.  “Cada mujer vivirá esta experiencia vital de forma muy distinta.  Que se sientan acompañadas desde su entorno, profesionalmente y por parte de la sociedad facilita la adaptación y da valor al gran trabajo que hacen las madres”, insiste.

El acompañamiento adecuado en el posparto

La pareja de la madre reciente debe acompañarla en este proceso desde la corresponsabilidad, como indica la matrona.  “El papel de la pareja es de cuidador de la madre y también del bebé.  Tiene que crear un entorno seguro y amoroso en el que la mujer se sienta apoyada y pueda cuidar de su bebé sin estar constantemente en alerta y sin sentirse juzgada”, explica.

En un plano más práctico, la pareja debería encargarse de las tareas domésticas para que la madre esté liberada, pueda descansar y ocuparse de su bebé. Y también del niño, haciéndose cargo de algunas rutinas como el baño para que entre ambos se enriquezca el vínculo y para que la madre pueda tener algunos momentos de desconexión y descanso.

Pero también ha de cumplir una función emocional muy importante, convitiéndose en un apoyo incondicional para ella. “La comunicación entre ambos es esencial, es la manera de evitar malentendidos que pueden llevar a discusiones. Cosas tan sencillas, pero a veces tan complejas, como gestionar las visitas y los comentarios de terceros es vital”, asegura.

Además de a su pareja, la madre necesita el apoyo de su entorno y de otros profesionales que la van a acompañar en distintos momentos, como matrona, pediatra, fisoterapeuta, ginecólogo... También  puede resultarle muy útil acudir a grupos de madres o de apoyo a la crianza. 

Señales de alarma de que algo no va bien

El proceso de adaptación del posparto normal se denomina baby blues. Es una fase que suele durar 15 días. En este periodo,  la mujer puede sentirse más irritable, llorar con facilidad, pensar que no puede con todo...  Pero no tiene nada que ver con la depresión posparto, en la que hablamos de una enfermedad grave.

“En la depresión posparto, además de sentimientos de tristeza e irritabilidad, aparece ansiedad, sentimientos negativos y en relación al bebé, incapacidad para cuidar de él y de sí misma...”, detalla la directora de Espai Mares. La depresión posparto puede aparecer durante el primer año tras el parto y alargarse más allá de esos 12 meses. La mujer afectada necesitará recibir tratamiento médico y ser derivada a un servicio de psicología perinatal.

En este sentido,  hay que tener presentes las siguientes señales que suponen una voz de alarma  en relación con el estado emocional de la madre y que requerirían de asistencia médica inmediata:

  • Sentimientos de tristeza, irritabilidad, culpabilidad intensos.
  • Sentimiento negativos en relación al bebé y a sí misma.
  • Desinterés por todo lo que antes la hacía feliz y le gustaba.
  • Preocupación extrema injustificada.
  • Incapacidad para cuidar de sí misma y del bebé.
  • Trastornos de la alimentación.
  • Alteraciones en el sueño (aunque el bebé duerma es incapaz de dormir).
  • Dificultades para vincularse con el bebé.
  • Aislamiento social.
  • Pensar en hacer daño a su bebé o a ella misma.


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