Uno de los secretos del éxito en la lactancia materna es contar con una buena información y un buen asesoramiento en el caso de que llegase algún problema. Dar el pecho es un proceso muy especial y único, pero que también puede tener su complejidad en determinados momentos. Uno de ellos ocurre cuando el bebé deja de mamar o rechaza el pecho. ¿Qué puede estar sucediendo?
Para desentrañar las causas, hemos recurrido a Alba Padró, cofundora de LactApp, una aplicación dedicacada a la lactancia y la maternidad, que resuelve las dudas de las madres de forma personalizada. Es consultora certificada en lactancia materna IBCLC, además de autora de cuatro libros, entre los que están Mucha teta y Somos la leche, ambos en editorial Grijalbo.
Unas razones muy diversas
El bebé puede rechazar el pecho por distintas razones. Algunas de las que se comentan popularmente no tienen base real. Es el caso del distinto sabor que puede tomar la leche cuando la madre ingiere determinados alimentos. Es verdad que el sabor habitual de la leche, que es dulce y al niño le encanta, va variando dependiedo de lo que come la madre, pero no es cierto que algunos de esos sabores disgusten al lactante. De hecho, esa variedad será una ventaja para él, pues está expuesto a diferencias que a nivel sensorial son beneficiosas y que le ayudarán a aceptar los distintos tipos de comida cuando llegue la alimentación complementaria.
Así, la experta de LactApp cita algunas de las causas que sí pueden darse:
- Sensación de dolor. Suele suceder en los primeros días o las primeras semanas de vida porque el bebé tenga tortícolis o porque hay una zona de la cabeza que le duela al haber utilizado ventosas o fórceps en el parto.
- Hipogalactia. En casos de verdadera hipogalactia o falta de leche, lo que no es muy habitual, “muchos niños reaccionan llorando o con incomodidad”.
- Flujo de leche muy rápido. En sentido contrario, cuando la leche sale muy rápida, el bebé se puede atragantar o mamar con estrés y esto provocar el citado rechazo.
- Embarazo de la madre. Cuando la madre lactante está embarazada a la vez hay ciertos cambios que pueden hacer que el bebé acabe rechazando el pecho.
- Lactancia mixta. El flujo del biberón y del pecho son distintos. Cuando el niño toma lactancia mixta esta situación puede hacer que se acabe enfadando cuando se le pone al pecho al notar esa diferencia.
- Incorporación errónea de la alimentación complementaria. Hasta los seis meses, el bebé no debe tomar otra cosa que pecho (o leche de fórmula, en su defecto). Es en ese momento cuando se inicia la alimentación complementaria. Pero no siempre se hace de la forma correcta. “A muchas madres les dicen que eliminen tomas de pecho para introducir otros alimentos y los niños acaban tan llenos que no pueden mamar luego; eso provoca que acaben rechazando el pecho también”, insiste Alba Padró.
- El bebé se ha asustado. Cuando el niño empieza a tener dientes no es infrecuente que muerda a la madre mientras mama. Está explorando, no muerde para hacerle daño, pero ella puede lanzar una expresión de dolor ante la que el pequeño se asuste. Es también un motivo por el que puede retraerse de tomar el pecho.
- Enfermedad del bebé. Algunas enfermedades como la varicela o el boca-mano-pie pueden cursar con ampollas o heriditas en la boca que resulten muy molestas al niño cuando está mamando.
Cómo distinguir si el niño quiere destetarse o es un bache de lactancia
“Un menor de un año no se debería destetar de forma espontánea porque no sabe que hay otros alimentos disponibles”, indica la cofundadora de www.lactapp.es. Por este motivo, cuando el bebé menor de un año tiene ese rechazo al pecho, técnicamente se considera una huelga de lactancia y no un destete.
El destete dirigido por el propio niño puede aparecer a partir del año o más adelante, de los dos años y medio. Si el bebé se niega a mamar antes, hay que estudiar qué puede estar pasando y encontrar la causa, acudiendo al profesional adecuado, que puede ser una consultora certificada de lactancia, el pediatra...
Si ha dejado de mamar, ¿se puede reconducir la situación?
Cuando el niño muestra ese rechazo al pecho, pero la madre siente que no es el momento del destete y quiere seguir amamantándolo, puede llevar a cabo distintas acciones, como señala Alba Padró, para volver a ello. Lo primero, y muy importante, es “no forzarlo; nunca forzamos a ningún bebé a mamar”, insiste.
“Si rechaza cuando lo colocamos en posición para mamar, evitaremos esa postura y fomentaremos el contacto físico placentero: cosquillas, jugar, estar muy cerquita, tomar con él un baño, hacerlo reír... pero sin obligación de mamar”, detalla. Esa proximidad con la madre en un entrono relajado es la que puede hacer que el bebé retorne al pecho.
Tampoco conviene “vencerlo por hambre”. Así lo explica: “A veces te dicen que dejes de darle de comer lo que está tomando, pero no hay que privar a ningún niño de la comida”.
El asesoramiento profesional en estos casos puede ser clave, especialmente cuando ha pasado un tiempo desde que dejó de mamar. Hablamos en ese caso de relactación, que es posible con la ayuda adecuada.