Algunos productos de puericultura resultan contraproducentes, aunque estén a la venta. Es el caso del tacatá (o tacataca), del andador y del correpasillos, de cuyos riesgos vienen advirtiendo los especialistas desde hace años. Esto ha llevado a que en algunos países haya una legislación muy estricta en cuanto a su comercialización. Es así en Estados Unidos, por ejemplo, donde está prohibido hacer publicidad de ellos.
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Hemos hablado con el Dr. Valero Sebastián Barberán, pediatra y miembro del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP), para que nos cuente los peligros que puede entrañar para los bebés.
¿Qué dicen los expertos?
Tanto pediatras, a través de sus sociedades médicas, como otros profesionales de la seguridad infantil desaconsejan el uso de andadores, tacatá y correpasillos. En concreto, la Alianza Europea para la Seguridad Infantil “no lo recomienda por el alto grado de lesiones que puede producir en los niños”, advierte el experto.
Así, esta organización aconseja a los profesionales sanitarios su “no recomendación”, “aunque desgraciadamente continúan comercializándose y vendiendo en nuestro país y en el resto de países europeos por causas desconocidas”, recalca el Dr. Valero Sebastián.
¿Cuáles son los principales riesgos de tacatás y andadores?
El riesgo de accidentes con tacatás y andadores es muy alto y llega al 25%. Pormenorizando los peligros, el especialista cita los siguientes:
- Multiplican por cuatro el riesgo de caída por una escalera, pudiendo producir traumatismos craneales muy graves.
- Duplican el riesgo de fracturas.
- Permiten alcanzar zonas peligrosas como hornos y enchufes, con la posibilidad de quemaduras graves.
- Posibilitan llegar a zonas como cajones o armarios de cocina para acceder a medicamentos o productos de limpieza, con el consiguiente peligro de intoxicaciones.
“Otras alteraciones o anomalías que han sido descritas por el uso de andadores, como deformidades en piernas o alteraciones de las caderas por la apertura de las piernas no están demostradas”, comenta el pediatra.
¿Hay algún andador o tacatá que se pueda usar sin peligro?
Tanto los andadores o tacatás como los correpasillos están igualmente desaconsejados. La diferencia entre ellos es que en el tacatá o andador el niño está sentado y se impulsa para desplazarse. Por su parte, el correpasillos tiene también ruedas, pero el niño está de pie y se mueve empujándolo.
“Ambos elementos son igual de peligrosos, ya que no se controla la velocidad que alcanzan y los lugares a los que puede dirigirse el niño, como una escalera, o los tropiezos con obstáculos como puertas. El volcado produce contusiones con el riesgo grave de fracturas o lesiones”, alerta.
En este sentido, el experto del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría destaca que “no hay ningún andador que se pueda recomendar”. No obstante, “si a pesar de todo se decide utilizar un andador recomendamos que este sea suficientemente ancho como para que no pueda atravesar las puertas y que disponga de sistemas de bloqueo para evitar la caída por las escalereas y que cumpla con la normativa europea EN 1273:2005”.
Una buena alternativa a estos productos pueden ser los centros de actividades estáticos para lactantes, sin ruedas, de base amplia y “donde los niños pueden entretenerse un periodo corto de tiempo”, señala.
¿Ayudan a andar los tacatás y correpasillos?
Hace años, muchos padres compraban estos productos porque se publicitaron como una ayuda para aprender a caminar, “pero lo cierto es que, al margen del peligro por accidentes, la marcha que condicionan es por impulso; no adquieren equilibrio y su punto de gravedad se desplaza hacia adelante, todo lo contrario que ocurre cuando caminan ellos solos”, alerta el Dr. Valero Sebastián.
De hecho, la evidencia científica ha demostrado justo lo contrario: el uso de andadores y tacatás retrasa el desarrollo psicomotor del niño. “Debemos recordar que el desarrollo del lactante pasa por diferentes etapas como mantenerse sentado, gatear, ponerse de pie y caminar. Esta evolución puede ser estimulada, pero es el niño quien lo va a desarrollar en función de su seguridad y madurez”, aclara.
Cuando se colocan sobre una superficie con los pies colgando, como en el tacatá, “lo único que se estimula es el impulso, no el equilibrio ni la coordinación motora de los miembros inferiores”, explica.
Por todo ello, tacatás, andadores y correpasillos están desaconsejados actualmente.