Skip to main contentSkip to footer
ni a durmiendo© iStockimages

Salud

Cuándo debes acudir al médico, si notas que tu hijo ronca

No es habitual que un niño ronque, por lo que cuando lo hace hay que prestar atención porque puede acarrear consecuencias muy perjudiciales para la salud del pequeño


11 de abril de 2023 - 15:26 CEST

Los niños, por lo general, no roncan. Al menos no de manera continuada, es decir, todas las noches. Cuando lo hacen suele estar provocado por un catarro o una infección en las vías respiratorias superiores. En estos casos, “los mocos taponan y congestionan la nariz y hacen que se produzca el ronquido y que respiren con la boca abierta”, tal y como indica Alex Lowy, otorrinolaringólogo infantil en la clínica Lowy & Poletti Otorrinolaringología . Una vez que el catarro o la infección desaparece, lo hace a su vez el ronquido. Esto entra dentro de lo habitual y no entraña mayor importancia. Otra cuestión bien diferente es si ronca siempre, tenga obstrucción en las vías respiratorias o no.

“La principal causa de preocupación del ronquido son las apneas” que dan lugar al llamado SAHOS o síndrome de apnea-hipopnea obstructivo del sueño”. Esta obstrucción “la produce, generalmente, la hipertrofia de amígdalas o de adenoides y puede ser tal que el esfuerzo respiratorio cese y el niño deje de respirar”. De ahí que sea clave prestar atención a cómo duerme un niño que ronca y, ante la más mínima duda, acudir a un profesional. Si este lo considera oportuno, valorará “cuantificar la severidad de la apnea con pruebas de sueño, como pulsioximetría o polisomnografía”.

Pueden roncar, por un motivo u otro, niños de todas las edades, desde lactantes hasta preadolescentes. Los primeros, a causa de la llamada rinitis del lactante y los segundos, “por la laringomalacia de instauración tardía”. Esta “normalmente se presentan las primeras semanas de vida pero hay una serie de pacientes en los que empieza a partir de los 6-7 años y se manifiesta como ronquidos”.

Consecuencias del ronquido en niños

Además de las apneas, que es lo que más riesgo supone para el niño, el ronquido en menores de edad implica otra serie de consecuencias de mayor o menor gravedad:

  • Puede afectar al funcionamiento de órganos esenciales. “El tener que respirar contra la resistencia, que es causa a su vez del ronquido, puede tener repercusión sobre el corazón o sobre el pulmón, sobre todo en niños que ya tienen de base enfermedades de estos sistemas”.
  • Mal desarrollo del paladar y de la estructura facial. Los niños que además de roncar respiran predominantemente por la boca tanto de noche como de día “pueden sufrir un mal desarrollo del paladar y de estructuras faciales que condicionan un crecimiento anómalo de la cara y pueden implicar problemas ortodóncicos graves y mala respiración nasal de adultos”.
  • Problemas de aprendizaje y comportamiento. Por extraño que pueda parecer, el ronquido tiene mucho que ver, en los niños que lo sufren, hasta con el fracaso escolar, puesto que da lugar a una “fragmentación del sueño puede condicionar un mal descanso nocturno”. Y no descansar de manera adecuada influye enormemente en el día a día del menor y le puede “afectar al rendimiento escolar, al carácter, al comportamiento e incluso al aprendizaje”.
  • Calidad del descanso en otros miembros de la familia. “El ronquido sin apneas, aunque parezca algo secundario, puede afectar el sueño de los hermanos que duerman con el roncador en la habitación y afectar a su calidad de descanso”.

‘¿Cómo hacer que mi hijo deje de roncar?’

Es posible lograr que un niño deje de roncar, si bien para ello es preciso “tratar la causa que lo provoca”, no el ronquido en sí. ¿Y cuáles son esas causas?

-Causas del ronquido en niños:

  • Hipertrofia de amígdalas y adenoides. Una de las causas más frecuentes “es la hipertrofia de amígdalas y adenoides”, conocidas popularmente estas últimas como vegetaciones. Tanto unas como otras son “tejido defensivo que hay en la parte posterior de la nariz” y, cuando hay una hipertrofia, significa “que son más grandes de lo normal” e impiden respirar de manera correcta a través de las fosas nasales. “Es normal que los niños hasta los 5 o los 6 años tengan este tejido más grande de lo habitual, puesto que es tejido defensivo y a estas edades es más grande que en adultos”, incide el Dr. Lowy. La norma general es que “a medida que vayan creciendo los niños vaya a menos el ronquido”.
  • El sobrepeso. El sobrepeso puede dar lugar a un exceso de tejido en el cuello, que generará presión en las vías respiratorias y, en consecuencia, provoque el ronquido.
  • Rinitis (de origen alérgico o no). La rinitis es la inflamación de la mucosa nasal y se puede producir a su vez por diferentes motivos, que pueden ir desde un proceso catarral o vírico como el descrito al comienzo de este artículo, a alergias, pero también puede deberse a un desorden hormonal, como el hipertiroidismo. Entre las alergias, las hay perennes, en cuyo caso también habría que prestar especial atención y buscar un posible tratamiento.
  • Desviaciones del septo nasal, que es “el cartílago que divide la nariz en dos fosas nasales”. Esta desviación puede impedir que el aire pase de manera correcta y da lugar así al ronquido.
  • Laringomalacia. La laringomalacia es “la inmadurez de la laringe” y los niños que la padecen lo hacen desde el nacimiento porque la laringe no se ha desarrollado de manera adecuada o completa durante la gestación. Se trata, por tanto, de una zona más débil que se colapsa durante la respiración y da lugar al ronquido.

-¿Cómo eliminar, entonces, el ronquido en niños?

“Cuando la causa es estructural, la única solución a corto plazo suele ser con cirugía, salvo situaciones tipo rinitis o catarros, que se pueden tratar con medicación y tratamientos tópicos nasales”, explica el otorrinolaringólogo. “Si el ronquido es secundario a amígdalas o a adenoides grandes, no hay apneas ni alteración ortodóncica ni otras patologías asociadas, se puede seguir estrechamente al paciente para ver si con el tiempo mejora”.

La cirugía de adenoamigdalas se realiza, habitualmente, a niños de edades comprendidas “entre los 3 y los 5 años, aunque, si es necesario, se operan antes o después”

En cualquier caso, siempre que haya sospecha de la presencia de apneas tanto en niños como en adultos, el doctor Alex Lowy recomienda realizarse “una prueba de sueño que confirme su existencia” para poder tomar las medidas adecuadas al respecto.