Lidiar con el uso excesivo de las pantallas por parte de los hijos es complicado y, a medida que los niños son mayores, lo es aún más. Esto es así porque “la tecnología digital es muy atractiva, permite pasar de unos contenidos a otros con una velocidad altísima y eso es muy recompensado”, nos explica el experto en neuroeducación David Bueno, doctor en biología y profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la Universidad de Barcelona. Es algo que “todos los padres y madres debemos afrontar” porque es prácticamente imposible eliminarlas de sus vidas. Lo que sí podemos hacer es limitar su uso y, en este sentido, “las plataformas de audio, sin duda, nos pueden ayudar”, asegura.
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“Cuando estamos escuchando, imaginamos lo que oímos, no hace falta verlo, así que es una de las posibles maneras de desconectar de las pantallas, pues es una actividad que también resulta agradable para el cerebro”. Por eso ha participado en la creación de Ditto, una plataforma de audio dirigida a niños de 0 a 9 años porque se logra “la motivación para continuar escuchando y dejar de lado, siempre que sea posible, las pantallas”.
Recursos tan sencillos como que escuchen música o un cuento a través de una plataforma pueden ser un incentivo mayor de lo que creemos. Además, “escuchar cuentos es una actividad muy potenciadora del crecimiento, de la maduración del cerebro de las niñas y de los y de los niños”, detalla Bueno. “Es una actividad que es consustancial a la especie humana, se cuentan cuentos desde desde épocas inmemoriales”.
Beneficios para los niños de escuchar cuentos
Subraya que sirven no solo “para transmitir conocimientos, sino también para afianzar los vínculos de grupo e, incluso, para estimular la empatía y lo que se llama la teoría de la mente”.
- La teoría de la mente. “La teoría de la mente es el nombre que se usa para describir la capacidad que tenemos de darnos cuenta de que lo que piensan las demás personas es distinto a lo que pensamos nosotros, de que lo que sentimos nosotros puede que sea distinto a lo que sienten otras personas y es, por tanto, uno de los puntos básicos de la socialización”. ¿Cómo puede, entonces, escuchar cuentos potenciar esta teoría? Según Bueno, “manteniendo tu individualidad, pero integrándose en la colectividad, sabiendo que que la colectividad es diversa y plural”.
- La imaginación. Esto, a su vez, “potencia también la empatía y permite potenciar la imaginación”. Al no ver lo que escuchamos, “el cerebro activa igualmente las zonas de la visión y hace que estemos viviendo, que estemos sintiendo todo aquello que estamos escuchando”. Por todo ello, “es una manera de potenciar toda una serie de capacidades cerebrales y cognitivas que van a ser importantes a lo largo de toda la vida”.
- Una ayuda para los niños con dislexia. La dificultad que presentan los niños y las niñas con dislexia a la hora de interpretar algunas letras o la posición de estas en las palabras les genera problemas o dificultades en la lectura. “Por supuesto, escuchar a un cuento, escuchar una historia, escuchar una descripción en vez de leerla... le permite imaginar y adquirir conocimientos nuevos de todo aquello sin tener que gastar energía cerebral, sin tener que esforzarse en estar leyéndolo”. Ahora bien, David Bueno incide que “esto no significa que las personas con dislexia solo deban escuchar cuentos o escuchar informaciones, también deben leerlas, pero sí que es una forma de rebajar esta sensación que muchas veces tienen de que les cuesta más que a los demás”. Es sabido que leer “les cuesta más que a las demás personas y el escuchar les va a facilitar muchísimo estas tareas”.
Beneficios de escuchar música para los niños
“La música es una auténtica sesión de gimnasia para el cerebro”, dice con contundencia el profesor universitario. “Tanto tocar un instrumento como escuchar música a través de una plataforma de audio activa muchísimas zonas cerebrales”; de hecho, apunta que es una de las actividades que activa más zonas cerebrales simultáneamente:
- Zonas de reflexión, porque “intentamos anticipar qué notas vendrán”
- Zonas de la memoria. “Cuando la música la hemos oído varias veces, ya sabemos, recordamos antes de que se produzca”.
- Zonas asociadas con las emociones. La música siempre activa zonas emocionales del cerebro, vinculadas con el oído e incluso, con la vista porque “muchas veces la música nos recuerda imágenes, sensaciones, vivencias, situaciones de nuestra vida...” y también ocurre en los niños y en las en las niñas.
“Además, escuchar música puede ser muy relajante o muy estimulante”. Tanto lo uno como lo otro puede ser muy útil en determinados momentos; así, cuando un niño está sobreestimulado, escuchar música relajante le va a ayudar muchísimo a calmarse. “O al revés; una música que sea viva, que sea alegre, que sea muy estimulante… va a conseguir precisamente estimular todas estas partes del cerebro vinculadas con la atención y con la motivación”. Por tanto, “escuchar música es algo que no solo las niñas y los niños, sino también los adultos, deberíamos practicar más a menudo de lo que lo hacemos”.