Los bebés y los niños pequeños tienen los pies planos. No es hasta los 4 ó 5 años cuando comienzan a desarrollar su arco plantar; es, por tanto, a partir de esa edad cuando los padres deben prestar atención a si la forma del pie de su hijo no se va modificando. Es importante hacerlo porque “un pie plano puede generar un mayor cansancio, ya que se requiere de más esfuerzo para caminar, lo que puede conlleva lesiones por sobrecarga como la fascitis plantar o periostitis tibial”, señala Jairo Casal, responsable de la unidad de Podoactiva del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. “Además, debemos tener en cuenta que la posición de los pies influyen en otras partes del cuerpo, como las rodillas, caderas y espalda pudiendo llegar a perjudicarlas”.
¿Qué es el pie plano?
“El pie plano es un pie que presenta una bóveda o arco plantar descendido o con menos altura de lo normal y que generalmente se acompaña de un aumento de la anchura del mediopié”. Por este motivo, el eje del pie se desvía hacia la parte interna. Por eso, “si observamos que nuestro hijo se cae más de lo normal, se cansa muy rápido al hacer deporte o llega a tener dolor en la parte interna de los pies deberíamos sospechar de un mal apoyo y llevarlo al especialista”, aconseja Casal. “La prevención el es mejor tratamiento, por lo tanto, ante cualquier sospecha nuestra recomendación es visitar el podólogo para realizar un correcto estudio y poder valorar la necesidad de un tratamiento”.
“En bebés será complicado poder diagnosticarlo” y, por lo general, no será hasta los 4 ó 5 años cuando se puedan hacer los estudios iniciales a la planta del pie, pero es importante acudir lo antes posible a que un profesional porque “siempre y cuando hablemos de un pie plano flexible podremos tener altas probabilidades de que ese pie se corrija por sí solo con el crecimiento o con ayuda de tratamiento”.
Tipos de pie plano:
- Pie plano flexible. Es aquel cuya estructura esquelética es normal y posee una elevada flexibilidad en las articulaciones, lo que le hace que, cuando apoya el pie, desaparece el arco plantar, mientras que el talón parece salir hacia afuera. Sin embargo, cuando se pone de puntillas el pie recupera una postura correcta. Es el tipo más frecuente en los niños
- Pie plano rígido. La estructura ósea del pie presenta una serie de anomalías, lo que provoca la deformidad del arco y una desviación del talón que no varían en función de la posición del pie. De pie o de puntillas, se aprecia un bloqueo importante en la movilidad.
El tratamiento para corregir los pies planos
Cuando los pies están más rígidos, es posible que algunos casos requieran de cirugía, si bien previamente se probará con un tratamiento. Tanto en los pies más rígidos como en otros más flexibles, el tratamiento se determinará en función de la realización de dos tests clínicos, “que consistirán en subir el dedo gordo del paciente y ver si se forma el arco y en pedir al paciente que se ponga de puntillas y el talón corrija su posición”, detalla Jairo Casal. “En un pie flexible estos dos test serían negativos, es decir, son correctos, mientras que en un pie rígido los dos tests serían positivos”.
- Tratamiento en el pie plano flexible. “Se pautarán una serie de ejercicios para fortalecer la musculatura intrínseca de los pies y se aconsejará realizar deporte en general”. En algunos casos y siempre que el profesional lo considere necesario, “se acompañará el tratamiento con unas plantillas personalizadas que proporcionen un correcto apoyo”.
- Tratamiento en el pie plano rígido. “Los tratamientos conservadores irán encaminados a mejorar la funcionalidad o las molestias si las hubiera”. Transcurrido un tiempo, “en caso de no evolucionar favorablemente habría que valorar una posible cirugía”.