Los niños se toman muy en serio el juego, actividad que es absolutamente prioritaria para ellos y en la que se vuelcan con sus cinco sentidos. Y que sea así es mucho más importante de lo que cabría suponer, ya que es fundamental para su desarrollo cognitivo y social. Por eso, utilizar el juego como herramienta de aprendizaje de idiomas es una magnífica oportunidad para exponer al niño al idioma, que lo asimilará de manera completamente natural, casi como si de la lengua materna se tratase. Y hay una explicación científica para ello y es que “el juego promueve las conexiones neuronales en la corteza prefrontal” porque “las redes neuronales se activan cuando estamos contentos y relajados”, tal y como explica Elisa García Giménez, pedagoga y maestra de infantil que enseña inglés a niños mediante el juego y las manualidades en el Gabinete Pedagógico Elisa García, de San Sebastián de los Reyes (Madrid).
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Beneficios del juego en inglés
No cabe duda de que no es lo mismo comunicar a los niños que van a asistir a una clase a la que van a ir a aprender inglés que decirles que van a ir a jugar o a hacer manualidades y que el profesor o la profesora les hablará en inglés. La motivación será muy superior en el segundo caso y, en consecuencia, la predisposición a aprender se incrementará proporcionalmente. Junto a ello, los beneficios que aporta la enseñanza con el juego como herramienta son los siguientes:
- Adquieren más vocabulario. Los niños están expuestos al idioma de la misma manera que lo estarían a su lengua materna, como señalábamos anteriormente. “Cuando estamos aprendiendo nuestra lengua materna nadie nos va traduciendo, simplemente escuchas”, señala García. “Aquí pasa lo mismo”. Van asimilando mayor vocabulario de manera mucho más sencilla.
- Favorece las habilidades de comunicación e interacción en el otro idioma. Además de asimilar más vocabulario, aprenden también a expresarse en la lengua en la que se están sumergiendo y a interactuar con otras personas a través de ella.
- Aprenden a pensar en el idioma en cuestión. Al enseñarles de manera lúdica, “se producen unos aprendizajes significativos que perduran en el tiempo” y, poco a poco, les va abriendo la puerta a pensar en ese idioma.
- Fomenta su creatividad, su imaginación. El juego es, junto a la lectura, la herramienta por excelencia para favorecer la creatividad y la imaginación del niño. Al jugar en otro idioma, su imaginación recrea o inventa situaciones y, al mismo tiempo, vías para comunicarse en cada una de ellas.
- Una herramienta eficaz en niños con problemas de aprendizaje. Enseñar con este sistema “es especialmente útil en niños con dificultades de aprendizaje”, sobre todo en niños con TDHA porque “mediante el juego logras captar muchísimo su atención”.
- Mejora las habilidades motrices. Aunque no sea lo que se busque en este tipo de actividades, cuyo objetivo real es el aprendizaje del idioma, se fomenta también el desarrollo de la motricidad fina y gruesa, así como otro tipo de habilidades como las sociales, todas ellas intrínsecas a determinados tipos de juegos.
Tipos de juego para aprender inglés:
- Juego simbólico. Mediante el juego simbólico, los niños transfieren experiencias reales, de la vida cotidiana, a su mundo imaginario. Es una capacidad maravillosa con la que exteriorizan sus vivencias y sus sensaciones que les permite ensayar situaciones a las que se podrían enfrentar en algún momento. Fomentar el juego simbólico en otro idioma es una de las mejores ventanas de oportunidad para fomentar en el niño la habilidad de comunicarse en esa lengua.
- Juegos de mesa. Aprender en torno a cualquier materia a través de los juegos de mesa es tan eficaz que se ha elaborado una auténtica metodología pedagógica que se llama precisamente así, Aprendizaje Basado en Juegos (ABJ), término que deriva del inglés Game-Based Learning (GBL). Aunque no está enfocada únicamente a la enseñanza de idiomas, se puede aplicar fácilmente, eligiendo juegos en función de la edad del niño y, lógicamente, jugando en la lengua que queremos que aprendan.
- Manualidades. “No debemos olvidar la motivación que conlleva el realizar una manualidad”, una actividad hecha por ellos mismos que después pueden llevarse a casa. “Les resulta altamente gratificante y muy motivador”. Si el juego ya era de por sí una herramienta muy útil en niños con TDHA, más aún lo es, según Elisa García, una manualidad porque “al tratarse de algo que están creando ellos, la atención se prolonga durante mucho más tiempo”. Para ello es clave seguir sus intereses y “hacerlos partícipes en la elección de los temas” sobre los que quieren aprender más vocabulario, apunta la pedagoga.