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pareja triste© iStockimages

Fertilidad

El papel de los padres en tratamientos de fertilidad: ¿los grandes olvidados?

Su presencia es fundamental para el apoyo a la mujer, pero también de cara a la realización de las pruebas pertinentes para lograr el embarazo, pruebas que, en ocasiones, quedan relegadas a un segundo lugar.


8 de marzo de 2023 - 17:53 CET

Cuando se piensa en un tratamiento de fertilidad, la primera que viene a la mente es la mujer, a pesar de que quienes acuden a una clínica buscando un embarazo son parejas en la mayoría de los casos. Esta evocación tiene varias consecuencias: por un lado, un reflejo de prejuicios del pasado, cuando se tendía a culpabilizar a la mujer de la ausencia de embarazo; por otro, el hombre queda inevitablemente relegado a un segundo plano en un proceso que es esencial tanto para ella como para él. De hecho, por lo general, se le practican a la mujer en primer lugar las pruebas pertinentes para determinar el origen del problema de fertilidad y solo cuando se descarta que este sea materno, se realizan las pruebas al homber, según la doctora Susana Egozcue, andróloga de Clínicas Eva. “Es tan sencillo como pensar que un embrión se forma a partir de un espermatozoide y un óvulo… 50% de cada uno”, apunta. “No podemos reducir al hombre a un simple seminograma, el hombre es mucho más que eso”.

Lo adecuado sería “que toda pareja que acude a un centro de reproducción por problemas de fertilidad, debería ser valorada en paralelo, la mujer por el ginecólogo y el hombre por el andrólogo”, entre otros motivos, porque eso aceleraría la consecución del embarazo. Ellos, además, “reclaman ser ‘alguien’ en este proceso tan importante de sus vidas” y “en más de una ocasión pregunta de qué manera pueden ayudar”, pregunta que debería sorprender, puesto que su papel no es el de mero acompañante, sino el parte activa en el tratamiento.

Cuando el tratamiento sí es un problema para el hombre

Los hombres que acuden a una clínica con su pareja buscando un embarazo están, como señalábamos, libres de los prejuicios de antaño, cuando “los problemas de fertilidad eran un tema tabú y se hacía responsable de cualquier causa a la mujer”. Aun así, sí es más difícil plantearles a muchos de ellos la necesidad de recurrir a un donante: “suele ser bastante delicado y les cuesta asumir que deben pensar en cambiar su gameto (espermatozoide) si desean tener mejor pronóstico en los tratamientos de reproducción asistida”, explica la doctora Egozcue.

“Es una decisión muy importante que en muchas ocasiones frena el proceso para poder asimilar la información y para ello se les ofrece el soporte de un psicólogo especialista en reproducción. En otras, al llegar a este punto, tienen muy claro que, si deben recurrir a semen de donante, no van a seguir”. Es el llamado duelo genético, un sentimiento de pérdida que, aunque se da en un principio por igual en mujeres que en hombres, es más difícil de resolver en ellos, que pueden llegar a sentir que no forman parte de la gestación, mientras que la madre, aunque requiera de la donación de óvulos, irá adaptándose por el hecho de llevar en su interior al bebé y, posteriormente, darlo a luz.

Urologist Doctor giving consult for prostate problems to patient. Urologic oncologists specialize in treating cancer of the urinary tract and male reproductive organs. Mens health problem concept.© iStockimages

Pasos a seguir antes de iniciar un tratamiento de fertilidad (en lo que respecta al hombre)

“La primera prueba que se realiza es el seminograma, pero éste solo nos informa sobre la calidad del semen. Será con la historia clínica, el historial reproductivo de la pareja y la exploración física cuando podremos determinar que pruebas complementarias necesita cada paciente”. La clave aquí es la personalización, tal y como apunta la andróloga; es preciso individualizar totalmente cada caso para obtener el resultado deseado porque “no existe un hombre igual a otro y sobre todo no existe una pareja igual a otra”.

Posteriormente, en función de los resultados, existe la posibilidad de realizar una serie de pruebas complementarias, si bien no todos los pacientes requieren de todas y cada una de ellas; “ hay que valorar en qué momento están indicadas y por qué”. Estas pruebas son:

  • El estudio de FISH en espermatozoides, “que estudia los cinco cromosomas que se alteran con más frecuencia en la cabeza de los espermatozoides”
  • La Fragmentación en semen, “que estudia las roturas de DNA en la cabeza de los espermatozoides”
  • La meiosis, un proceso de división las células sexuales en los gametos que hace posible la fecundación

Sean cualesquiera que sean las pruebas que necesita cada hombre, es importante iniciar su evaluación en paralelo con la mujer para acelerar el proceso. “Debemos construir la casa desde la base y no empezar por el tejado como ocurre en muchas ocasiones y es entonces cuando las parejas llegan agotadas psicológica, física y económicamente y es algo que podemos evitar”, subraya la doctora Susana Egozcue. “La valoración del factor masculino en reproducción es muy importante y deberíamos transmitir este mensaje a las parejas que tienen problemas de fertilidad”.