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mujer embarazada© iStockimages

Embarazo

Cerclaje en el embarazo: ¿conlleva riesgos?

Se trata de un procedimiento médico necesario en determinados casos que tiene una elevada tasa de éxito a la hora de evitar abortos involuntarios y partos prematuros


7 de marzo de 2023 - 16:55 CET

El cerclaje vaginal es una técnica que busca evitar abortos y partos prematuros. La prescribe el ginecólogo en casos muy concretos, cuando se ha observado que el cuello del útero -que normalmente permanece cerrado hasta el momento del parto- o bien carece de la fuerza suficiente para continuar cerrado durante todo el embarazo o bien porque sea demasiado corto. En una y otra situación, podría abrirse antes de tiempo y provocar un aborto involuntario o un parto pretérmino. De ahí que sea necesario estrecharlo: “Se trata de poner una banda de cinta no reabsorvible abrazando el cuello del útero, porque pasa a través del tejido del mismo”, detalla la Dra. Mercedes Herrero, Ginecóloga y Sexóloga de Gine4 en HM Hospitales. “Al anudar la cinta, se cierra más el cuello del útero como si se tratara de una abrazadera”.

Es un procedimiento con una elevada tasa de éxito, superior al 80 por ciento, y no implica necesariamente que el bebé nazca por cesárea; la mujer puede dar a luz vía vaginal. Será entonces cuando se retire el cerclaje: “se retira cuando el parto ya es posible porque el feto está a término, o si el parto comienza por sí mismo”, indica la doctora.

Por lo general, se realiza en la semana 14 ó 15 de gestación y, aunque es necesaria anestesia general, la mujer recibe el alta hospitalaria a las pocas horas de la intervención. Deberá guardar reposo durante unos días y evitar mantener relaciones sexuales; el ginecólogo le hará, además, seguimiento para comprobar que la sutura evoluciona correctamente, así como el buen estado del feto.

Cerclaje de emergencia

Cuando una mujer embarazada tiene la sensación de que sale el bebé antes de tiempo e incluso la bolsa amniótica es visible a través del cuello del útero, es necesario hacer un cerclaje de emergencia, independientemente de la semana de gestación en la que se encuentre. La tasa de éxito en este caso es un tanto menor (entre un 40 y un 60%), pero es también la única opción que tienen las gestantes a las que se le practica para evitar un aborto o un parto prematuro.

Riesgos de un cerclaje vaginal

Aunque es un procedimiento médico y, como subraya la doctora Herrero, “los beneficios deben ser mayores a los riesgos” para poderlo llevar a cabo, también existe la posibilidad de consecuencias indeseadas. La primera es la rotura de la bolsa, ya que aunque el cerclaje “se coloca en el cérvix, por proximidad con la bolsa ambiótica, esta se puede romper”. Otro de los posibles riesgos es que la mujer contraiga una infección; “se realiza en quirófano, bajo condiciones de asepsia, pero puede haber infección dado que la vagina no es un territorio estéril”.

¿Qué hacer cuando el cerclaje vaginal no es posible?

Cuando a una mujer ya se le ha practicado sin éxito el cerclaje vaginal en embarazos anteriores, se plantea el cerclaje abdominal, que consiste en realizar la técnica en una zona más profunda del útero, a la que se accede a través del abdomen. Requiere, por tanto, de una intervención quirúrgica más compleja, si bien la tasa de éxito es incluso mayor que la del cerclaje vaginal (se encuentra en torno al 95 %).