Uno de cada tres jóvenes abandona los estudios superiores que comienza. Es un porcentaje muy alto que indica un problema de fondo: la elección no fue la acertada. Se trata de una situación común. A no ser que haya una vocación muy definida, muchos adolescentes llegan al momento de escoger cómo continuar formándose sin tener las ideas claras.
Para poder ayudarlos en esa tarea hemos pedido la opinión de Rafael de Santiago Ruzafa, cofundador de Futureo, una empresa especializada en la orientación académica y profesional de adolescentes a través de un método propio en tres fases (exploración, profundización e identificación).
¿Por qué hay una tasa tan alta de abandono?
En España, el 33% de los estudiantes no terminan sus estudios superiores. El 21% abandona y un 12% decide cambiar de rumbo. Son datos muy llamativos. Pero, ¿por qué sucede así? “La causa más probable es que la decisión de esos estudios no se tomó utilizando todas las herramientas al alcance del estudiante y de su familia”, indica el experto.
Tal como apunta, lo ideal sería hacer uso de herramientas de acompañamiento profesional en orientación “para que el estudiante se conozca mejor, para que las motivaciones, capacidades, valores o preferencias prevalezcan sobre una fría nota de corte o para que el estudiante piense en qué va a trabajar más que en qué va a estudiar”.
Además, es importante estar bien informados acerca de la carrera que se inicie, sabiendo cuáles son sus temarios, sus asignaturas y su exigencia. Según datos de 2022 del SIIU (Sistema Integrado de Información Universitaria), perteneciente al Ministerio de Universidades, son los estudios de Artes y Humanidades donde se registran más abandonos, seguidos de Informática. En el lado contrario, aquellos relacionados con Ciencias de la Salud son los que atesoran menos renuncias una vez comenzados.
Qué hacer si no hay ninguna inclinación clara
“Todos tenemos varios talentos”, subraya Rafael de Santiago. Sin embargo, nos cuesta descubrirlos y, por otra parte, aceptar que son diferentes a los de otras personas. “Convencer de esto al adolescente hará que no solo vea más luz ante la toma de la decisión, sino que aumentará su autoestima y la seguridad en sí mismo”, asegura.
Por eso, cuando deben decantarse por un estudio u otro y no lo tienen claro, hay que apoyarse en el autoconocimiento. ¿Y si tienen dudas entre varios? “Primero habría que determinar si esas dudas responden realmente a un buen conocimiento. Si es así, la decisión debe tomarla el estudiante con su familia poniendo encima de la mesa sus propios valores, sus propias motivaciones y sus propias capacidades para elegir”, aconseja el cofundador de www.futureo.com.
Además, destaca otro aspecto: “Aunque normalmente elegir es renunciar, no viene mal hacer el ejercicio del ‘Y’ en lugar del ‘O’. La oferta académica actual permite en muchos casos compatibilizar ámbitos aparentemente antagónicos mediante dobles grados, dobles diplomas, postgrados especializados...”, apunta.
¿Es mejor elegir los estudios por preferencias, aptitudes o salidas profesionales?
La profesión a la que se quieran dedicar sería el punto clave para recomendar a un estudiante por qué camino debe seguir. No obstante, para cada persona puede haber otras prioridades, “en las que pueden prevalecer las aptitudes, las salidas profesionales, los ingresos, la ambición de poder, la estabilidad, la tranquilidad, la geografía o cualquier otro criterio siempre que sea coherente con los valores de cada uno”, aclara el experto. Así, “lo que vale para uno no tiene por qué valer para otro”.
En esa decisión, los padres suelen tomar un papel activo. Es cierto que el estudiante juega el rol principal, pues se trata de su vida y de su futuro, pero “también parece lógico pensar que su familia puede tener una sana influencia en la decisión, ya que, aparte del componente afectivo, va a acompañar y posiblemente financiar el esfuerzo académico”, comenta el especialista de Futureo.
Así, su recomendación es que el estudiante y su familia formen un equipo unido a la hora de elegir qué camino académico y profesional se toma. Es una decisión que puede generar conflictos entre ellos y ante la que hay que prepararse. Por ello, aconsejan que los estudiantes ya desde 4º de la ESO, o en 1º de Bachilleratdo, reciban un asesoramiento especializado en este sentido para aclarar su futuro y decantarse por unos estudios o por otros.