Hay ocasiones en las que es necesario recibir un tratamiento de Heparina de bajo peso molecular por diversas causas. El embarazo es una de ellas, y es que estar en estado de gestación aumenta los riesgos de trombosis venosa pero, además, en aquellas mujeres que tengan otros factores de riesgo añadidos se puede considerar su administración tanto durante los meses de gestación como en el posparto.
Para aclararnos un poquito mejor cuáles son los motivos por los que se indica la heparina y cómo administrarla en el embarazo o el posparto, hemos hablado con la Dra. Ana Rosa Lucena Torres, divulgadora, obstetra en Hospital Costa del Sol de Marbella, Clínica Lacibis y servicios online (www.ginecologaanarosa.com).
¿Qué es la herapina?
Para comenzar a despejar nuestras dudas, le preguntamos a la doctora que nos explique ¿qué es la heparina? “Es un fármaco que se utiliza para evitar el proceso de coagulación de la sangre, con lo que previene la formación de trombos. La más usada en el embarazo es la heparina de bajo peso molecular, que se considera segura y debe ajustarse su dosis al peso de la gestante”, responde.
Como decíamos, el embarazo en sí mismo es un estado que predispone a la mujer a la formación de trombos y, según datos que nos aporta la Dra. Lucena, “las mujeres embarazadas tienen un riesgo de Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETEV) de entre 4 a 5 veces superior que las mujeres no embarazadas”. Esto se debe a los cambios que se producen durante los meses de gestación en su “sistema hemostático, hormonal, estasis venoso a nivel pelviano y de extremidades inferiores”, detalla. Pero, además, a todo ello, hay que añadir “la progresiva disminución de la movilidad en relación al aumento del volumen abdominal y peso”.
¿Cuándo está indicada en el embarazo?
La ginecóloga nos cuenta que la tromboprofilaxis en el embarazo y el posparto es un “tema controvertido” por varias razones y el recomendarla depende de “varios factores de riesgo que predisponen a trombosis y hacen que se inicie tratamiento preventivo (prolifáctico) o terapéutico con Heparina”, explica, que son:
-Factores de riesgo preexistentes: trombofilia congénita, Tromboembolismo Venoso Previo (TEV), síndrome antifosfolípido, tabaquismo, edad mayor 35 años , obesidad, paridad >3 (es decir, una mujer que ha tenido más de tres hijos), enfermedades inflamatorias, cáncer, trastornos médicos .
-Factores de riesgo adquiridos: procedimientos quirúrgicos, cesárea, gestación Gemelar, inmovilización, viajes de más de 4 horas etc...
Probablemente recuerdes que durante la época posconfinamiento que se denominó como ‘vuelta a la normalidad’, y ya se tenían algunos datos y estudios sobre la repercusión del COVID-19 en el embarazo, se comenzó a tratar a las embarazadas que se contagiaban con heparina , ¿por qué? “La infección por el Virus SARS Cov 2 produce un estado inflamatorio tan severo que se considera un factor de riesgo más para enfermedad tromboembólica (para que se formen trombos). El pautar Heparina a las embarazadas con COVID-19, se debe hacer valorando los factores de riesgo de cada una de ellas de manera individualizada, y si reúne una serie de factores que predisponen a formar trombos, se le pauta la heparina de forma profiláctica ajustada al peso por 10-14 días”, dice la doctora.
Posparto y heparina
Asimismo, y tal y como nos adelantaba la ginecóloga, el posparto en cesáreas es otro de los estados en los que la heparina suele ser recetada. “En los partos vaginales no está contemplado su uso tras el parto”, aunque “su uso tras las cesáreas sigue siendo un tema controvertido”. El haber tenido una cirugía mayor como es la cesárea, con importante daño vascular que predispone a la trombosis, junto con el posparto que supone mayor inmovilización en la mayoría de protocolos, “se incluye la tromboprofilaxis con heparina diaria 7-10 días tras la cirugía, sobre todo si es urgente”, indica.
Pero, ¿por qué existe entonces tal controversia? La Dra. Lucena nos cuenta que existen estudios a día de hoy con resultados dispares a lo indicado, “como una revisión sistemática Cochrane , que dice: “Al evaluar la efectividad de la utilización de heparina (HBPM/HNF) frente a su no uso en profilaxis tras una cesárea, se encuentra que no hubo diferencias entre los grupos respecto a la incidencia de acontecimientos tromboembólicos sintomáticos, con un número similar de mujeres en cada grupo experimentando embolismo pulmonar o trombosis venosa profunda TVP (RR 1,74; IC del 95%: 0,23 a 13,31; cuatro ensayos; 840 mujeres)”.
Pautas básicas para administrar se la heparina
Si hay algo diferente en la aplicación de este fármaco es que se trata de unas jeringas preparadas que la embarazada debe administrarse en su casa durante los días indicados. Lo cierto es que ‘pincharse’ a sí misma puede dar un poco de respeto, además de ser necesario tener claras una serie de pautas que, a continuación, nos enumera la doctora:
- Compruebe que la dosis que contiene la jeringa es la prescrita por su médico.
- Lávese las manos.
- Quite el capuchón de protección de la jeringa pre-cargada girando y tirando levemente de él.
- Colóquese en posición semi-sentada para la punción.
- El lugar de la inyección es el tejido que se encuentra bajo la capa externa de la piel (tejido subcutáneo) en la parte de la cintura abdominal y alternando ambos lados de la misma.
- Desinfecte la piel de la zona de inyección, con algodón mojado enclorhexidina. Espere a que se seque.
- Tome un pliegue amplio de piel entre los dedos pulgar e índice sin oprimir.
- No saque el aire de la jeringa, hacerlo aumenta el riesgo de producir hematomas.
- Introduzca la jeringa verticalmente y en toda su longitud a través del pliegue cutáneo.
- Mantenga el pliegue cutáneo durante toda la inyección. Inyecte lentamente.
- Después de haber inyectado la solución, retire la aguja, suelte el pliegue cutáneo sin realizar presión en el lugar de punción ni frotar ya que podría producirse un hematoma.
- Ponga la capucha con precaución y tírela a la basura.
- Es aconsejable guardar reposo durante algunos minutos tras la inyección.
- Recuerde que puede producirse irritación, dolor y picor en la zona de inyección que suele desaparecer a los pocos minutos.