Carol Murtra es CEO de la agencia de influencer marketing Leaders y madre de cuatro hijos, de 11, 10, 4 y 3 años. Como trabajadora por cuenta ajena en una gran empresa antes de convertirse en directiva de la suya propia, ha experimentado todas las facetas de la conciliación familiar y ambas situaciones tienen sus pros y sus contras: con su primer hijo pudo cogerse una baja por maternidad, algo que no ha podido hacer desde que se convirtió en su propia jefa; no obstante, mientras con el mayor, una vez reincorporada al trabajo, tenía que salir corriendo para poder llegar a tiempo a casa, a partir del nacimiento de su segundo hijo su organización en el día a día depende solo de ella. Y esa, la organización, es la clave. “Mi casa parece una pyme” en cuanto a logística, nos cuenta.
Cuando diste a luz a tu primer hijo, ¿ya había arrancado del todo tu empresa?
No, cuando di a luz a mi primer hijo, estaba trabajando como directora estratégica en el grupo Havas y yo creo que tuve una primera maternidad bastante estándar. Cogí la baja normal de maternidad y, cuando tuve que reincorporarme al trabajo, me incorporé un poco antes para intentar alargar la baja a medias jornadas. De hecho, a la hora que se acaba mi jornada, iba corriendo a casa para para ver a mi hijo. Todo empezó a cambiar a partir del segundo.
Todavía no había montado Leaders, pero sí que me había desvinculado del trabajo por cuenta ajena y estaba trabajando por cuenta propia como mentora. Y estuve unos años que hacía mentorías, sobre todo, a grandes marcas, grandes anunciantes o grandes grupos para acompañarles en un proceso de digitalización o crecimiento acelerado. En aquel momento recuerdo que, cuando estaba a punto de dar a luz a mi segundo hijo, estaba trabajando para presentar un concurso [para postular a llevar el influencer marketing de una marca] y por la noche rompí aguas; estuve trabajando hasta el último día.
¿Con el nacimiento de qué hijo fue cuando ya estabas con tu empresa en pleno funcionamiento?
Fue a partir del tercero. Como es tu propia empresa, cambia un poco. Yo creo que si hubiera seguido trabajando por cuenta ajena es muy probable que me hubiera cogido una baja, pero no es una opción realmente cuando tienes tu propia compañía. Yo recuerdo ir a dar a luz -estaba programado porque había tenido un parto de riesgo por parto prematuro [con su segundo hijo]- e ir andando al hospital, presentando un concurso con los cascos andando por la calle. Le dije a mi marido “no, por favor, no, es que estoy muy nerviosa, voy andando”. Sería gracioso que se enterara por ese artículo... es que necesitaba media horita para presentar ese concurso porque si no no me iba a presentar. Presenté el concurso y por la tarde contesté algunas dudas que llegaron por email. No tuve la sensación de que no dejé de trabajar, pero tampoco tuve la sensación de haber tenido una baja maternal.
A veces bajo la intensidad, pero nunca logro desconectar del todo. Al final, ser empresaria o emprendedora no es un full time job, es un full life job; no hay mucha barrera de cuándo acaba mi vida laboral y cuándo empieza mi vida personal. Todo está un poco mezclado. Igual que no dejo de ser mamá cuando estoy trabajando, tampoco dejo de ser emprendedora cuando estoy en casa.
¿Se complicó más la situación con la llegada de tu cuarto hijo?
No, porque estaba ya muy organizada. Al final yo creo que debe haber tiempo para todo. Lo que sí que es cierto es que uno no es súper hombre; donde no llegas, hay que pedir ayuda. Yo tengo organizada mi ayuda, tengo todo mi calendario de abuelos, pero intento llegar a casa como entre las seis y las siete cada tarde. Eso hace que mi día sea muy intenso para intentar. Y, cuando llego a esa hora, estoy con mis hijos. No me quiero preocupar de si hay cena o no hay cena, porque quizás es menos tiempo del que le pueden dedicar a sus hijos otras madres, porque no les puedo ir a buscar al colegio, por ejemplo. El tiempo que les dedico que sea de calidad; me organizo para que ese tiempo sea bueno. Después, pues les cuento cuentos, les baño o lo que toque.
Veo que mi casa parece una pyme; o sea, yo gestiono la parte logística, la parte de recursos humanos, la parte financiera, si hay proveedores, hay externos... requiere cierta inversión. Yo le dedico entre media hora y una hora al día a logística.
En una de las últimas compañías para las que trabajé, había un cartel con un montón de frases inspiracionales de Steve Jobs colgadas en la pared; había una que se me ha quedado grabada, que ponía “si tienes todo bajo control, no te estás moviendo lo suficientemente rápido”. Y yo pienso ‘pues entonces me estoy moviendo a la velocidad de la luz porque no tengo nada controlado’... es una especie de caos constante, controlado, pero caos. Aprendes a vivir en este nivel de caos y asumes que no se llega a todo bien y no pasa nada. Y cuando te quitas esa presión de encima, todo empieza a fluir y todo sale bien.
¿Tienes en algún momento la sensación de no llegar a nada?
Claro, claro. Al inicio me agobiaba mucho la sensación de pensar que, por el hecho de tener más hijos, los primeros se quedaban con menos cuota de mamá e intentaba dedicarme a cada uno casi como si fueran hijos únicos. Y ese es un error porque no son hijos únicos. La primera que tiene que quitarse esa presión eres tú. El día que entendí que van a crecer diferentes y que la relación conmigo será diferente [respecto a la relación que tienen con su madre otros niños que son hijos únicos o solo tienen un hermano], ese día es cuando empecé a disfrutarlo.
¿Te has perdido algún momento importante en la vida de tus hijos?
En realidad no creo que me haya perdido nada importante. Es posible que me haya perdido algún detalle y casi que me molesta más perderme detallitos porque la magia de la vida está en los detalles. No me he perdido los grandes acontecimientos, los cumpleaños, sus primeros pasos… en todo eso sí que estaba, pero quizás me he perdido otros matices que al final son los que configuran sus personalidades, sus vidas, sus inquietudes... Pero es que es imposible llegar a todo.
¿Ha supuesto la maternidad algún tipo de impedimento en tu desarrollo profesional?
Yo creo que no. Por el hecho de trabajar por cuenta propia, he podido vivir una mejor maternidad que probablemente por cuenta ajena, porque me he podido realizar como yo he querido. No tenía limitaciones legales, ni de horarios, ni de jornadas, ni nada. Al revés, yo creo que no he visto una desaceleración profesional por el hecho de ser mamá. Es curioso, ¿no? Porque todo el mundo me decía “pero hace tres semanas que has dado a luz” y sí, sí, sí, pero es que estoy fantástica. Está todo muy compartimentado en mi vida, está todo mezclado.