Cómo combatir el sedentarismo en los niños y adolescentes
Los niños y adolescentes españoles de entre 9 y 17 años son más sedentarios que en generaciones anteriores... Un dato preocupante porque trae efectos no deseados: obesidad y diabetes infantil.
Por comenzar con algunos datos relacionados con el sedentarismo y su relación con la obesidad y sobrepeso en la infancia y en la adolescencia, sabemos que más de 14,4 millones de niños sufren de obesidad en Estados Unidos, según cifras de la American Academy of Peditrics (AAP), y que los niños y adolescentes españoles de entre 9 y 17 años son más sedentarios que las generaciones anteriores debido, entre otras razones, a que pasan largos periodos de tiempo frente a las pantallas del televisor, ordenador, tablets… según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Por tanto, ¿qué se debe hacer ante tal situación? En primer lugar, una gran labor de prevención, tanto en los hogares (sobre todo, de países desarrollados), así como en la educación que se lleva a cabo en los colegios, y en el ámbito familiar. Facilitar información desde la consulta del médico o del pediatra a las familias, y tener una figura en clase que inculque desde edades tempranas la importancia de una alimentación sana y hábitos de vida saludables es algo fundamental. Hablamos con Adrián Díaz, enfermero pediátrico, especialmente implicado en este tema ya que nos confiesa ser paciente con diabetes desde los 16 años; seguro que lo conoces por su famoso perfil divulgativo en Instagram @donsacarino.
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Una mayor incidencia en niños y adolescentes
El sedentarismo es, sin duda, uno de los dos factores (junto al alimentario), más influyentes en la gran incidencia de sobrepeso/obesidad que estamos viviendo actualmente. Así lo establecía el año pasado la Asociación Española de Pediatría (AEP): “Los niños y adolescentes españoles de entre 9 y 17 años son más sedentarios que las generaciones anteriores, debido, entre otras razones, al mayor nivel de urbanización y mecanización, y al largo tiempo que pasanantela pantalla del televisor o del ordenador”.
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Otras patologías relacionadas con el sedentarismo
Pero al hablar de sedentarismo también debemos relacionarlo con otras muchas “infinidad de patologías”, tal y como nos dice el enfermero: “Hiperinsulinemia, resistencia a la insulina, hipertensión, dislipidemia, disfunción endotelial, síndrome de ovario poliquístico, etc. Y lanza el siguiente mensaje: “Debemos dejar de pensar que el sobrepeso/obesidad solo tiene implicaciones negativas en el adulto, y es que muchas veces no le damos importancia a que un peque tenga unos kilos de más, y esto tiene una importancia, incluso, mayor que en el adulto”.
Algunas cifras a tener en cuenta...
Solo hace falta acudir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dejar caer unos datos “francamente preocupantes”, observa el sanitario. Y es que “cerca de 41 millones de niños menores de 5 años y más de 340 millones de adolescentes entre 5 y 19 años, presentan sobrepeso u obesidad”. Eso nos deja un panorama muy negro a futuro y una golosina para patologías como la DM2 (diabetes tipo 2) donde, según el último “Informe del Atlas de Diabetes”, realizado en 2021, España casi lidera ranking (solo superada por Turquía)”, indica el enfermero.
Consecuencias del sendentarismo en la infancia y en la adolescencia
Como se ha dicho en anteriores puntos una vida sedentaria acompañada de una mala alimentación son el combo perfecto para desarrollar una DM2 en la adultez. Es más, según nos cuenta el enfermero: “La tendencia actual es a observar dicha patología en edades cada vez más tempranas hasta tal punto está llegando la cosa, que no hace mucho la Academia Americana de Pediatría ha recomendado en su nueva guía la posibilidad de incluir la cirugía bariátrica como una opción de tratamiento de la diabetes infantil”, alerta.
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Efectos de la diabetes en la edad adulta
Pero es que, además, este tipo de diabetes está asociada a su vez a una gran cantidad de complicaciones: “Desde impotencia a neuropatía periférica, pasando por amputaciones o aumento de la patología cardiovascular. Y ello teniendo en cuenta que es una entidad que se ‘come’ grandes cantidades de dinero y tiempo a los sistemas sanitarios. Si no queremos que la diabetes nos pille, tenemos que ganarle distancia”, recomienda.
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Cómo prevenir el sedentarismo
El enfermero pediátrico lo tiene claro y sostiene que “la clave número 1 de la prevención es la educación. Esta es el pilar de todo, y más en edades tempranas donde los niños son esponjas con patas que todo lo absorben”. Para ello, también propone algunas soluciones como son priorizar recursos y “facilitar la entrada de la figura de la enfermera escolar, ya que es una pieza clave para proporcionar una educación sanitaria de calidad en temas como el ejercicio físico, la alimentación saludable dentro y fuera de casa, o la visión sana y realista del propio cuerpo”.
La importancia de la atención primaria
Y, por supuesto, en la atención primaria también debería ser una prioridad facilitar información sobre el sedentarismo y todas las enfermedades asociadas, así como sus posibles consecuencias. “Indudablemente hay que reforzar esfuerzos desde la atención primaria para que una revisión o una cita asociada a una gastroenteritis o una laringitis sean momentos perfectos para aportar educación y realidad”, sugiere el enfermero.
Consejos para padres
Estas son las recomendaciones para padres que estén pasando por esta situación, que aconseja llevar a cabo el enfermero pediátrico:
Se recomienda la realización de actividad física moderada o vigorosa durante un mínimo de 60 minutos diarios. El mismo tiene que tener componente aeróbico, combinándose opcionalmente con el anaeróbico en 2 o 3 de dichos días de la semana.
Es importante evitar el sedentarismo. No solo es cuestión de deportes y entrenos... sino que todo suma: coger la bici para ir a clases particulares, subir las escaleras de casa, volver al hogar andando con los compañeros...
La actividad y el ejercicio físico se tienen que ver como algo positivo, como un juego, como algo divertido. Para ello, los deportes de grupo son los ideales en estas edades.
La actividad física y el deporte debe de ser recomendada, aunque el pequeño tenga una patología crónica. Indudablemente, se tendrá que adaptar a cada caso... pero no se puede eximir al menor de realizarla.
A la hora de hacer deporte, hay que asegurar el aporte de líquidos, sobre todo, cuando la actividad es intensa y el ambiente caluroso. Es conveniente hidratarse antes, durante y después de realizar actividad física, ya que cualquier ejercicio, aunque sea moderado, produce la eliminación de cierta cantidad de agua y sales minerales; sobre todo, a través del sudor en países con unas condiciones ambientales de más de 25 °C de temperatura y, en especial, en zonas con alta humedad relativa; además de un consumo energético.
Por tanto…
La educación y fomento de la actividad física en casa desde el ámbito familiar, reforzado por el ámbito escolar es clave para la prevención de posibles casos de sedentarismo y, probablemente, consecuente obesidad tanto en niños como en adolescentes. Los padres son el mejor ejemplo, como siempre decimos, por lo que, si desde pequeños ven el deporte como algo normal en su rutina diaria, les costará mucho menos hacerlo. Es más, les incentivará a practicarlo. Las actividades extraescolares pueden convertirse en grandes aliadas y por supuesto, ser muy conscientes de los estragos que un mal y excesivo uso de las pantallas pueden provocar en nuestros pequeños y jóvenes.