En primer lugar, no te agobies ni pienses que tu peque va a comer mal de aquí en adelante porque el primer mes que comiences a ofrecerle comida no la acepta como pensabas que lo haría. Los papás, muchas veces, nos creamos muchas expectativas que luego no se cumplen y nos frustramos. “Lo primero que debemos tener en cuenta es que entre los seis meses y el primer año de vida, nuestros peques están realizando una alimentación complementaria, ¿qué significa esto? Pues que su alimento principal es la leche y que los otros alimentos que les estamos proporcionando no deben sustituir en ningún momento a las tomas de leche. Lo único que hacemos es ofrecerles los alimentos para que se vayan familiarizando con ellos y empiecen a aprender a comer ”, nos dice Sara Vera Suárez logopeda neonatal y asesora de lactancia y Baby Lead Weaning (BLW).
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Por tanto, la primera vez que sentemos a nuestro bebé en la trona, ya sea para ofrecerle puré con una cuchara o darle un trozo de calabaza, “es muy probable que nos lo tire, ponga cara de asco y no pruebe demasiado”, dice divertida la experta.
El inicio de la alimentación complementaria es orientativo
Cada bebé es distinto y tiene una evolución y maduración diferente, por tanto, el inicio de la alimentación complementaria siempre es orientativo, aunque se determine que la edad ideal para comenzar la introducción de alimentos sea a partir de los 6 meses. Esto no quiere decir que tenga que ser así en todos los niños, ya que podemos alargarlo incluso hasta los 8 meses. Eso sí, ten en cuenta que, más allá de esta edad no es recomendable esperar para la introducción de comida. “Si decidimos comenzar con triturados no debemos retrasar la introducción de sólidos más allá de los 9-10 meses, pues el desarrollo y crecimiento de nuestro peque necesita que la musculatura de la masticación esté activa”, explica.
“La alimentación complementaria se inicia en torno a los 6 meses, pero esta fecha es orientativa puesto que debemos centrarnos más en que nuestro bebé tenga las habilidades necesarias para poder empezar a comer, que en los meses que haya cumplido. Y es que puede ser que nuestro hijo hasta los 7 meses no esté preparado para comenzar la alimentación complementaria , por ejemplo”, explica la logopeda. Por tanto, es normal que a tu hijo le den arcadas las primeras veces que introduces comida en su boca, ya sea con una cuchara o sea él mismo el que se aproxime un bocado de brócoli, por ejemplo, ya que hasta ese momento lo único que conocía era el pecho de mamá o el biberón. ¿Qué hacer entonces con las arcadas? “Debemos tener en cuenta dos reflejos que tiene nuestro bebé”, nos dice la experta y que son:
- El primero es el reflejo de extrusión, “este reflejo lo tienen los bebés desde el nacimiento como protección de la vía aérea, y consiste en rechazar con la lengua a modo de arcada cualquier alimento o objeto extraño que se introduzca dentro de la boca, se ve muy claro cuando al bebé le intentas poner el chupete y te lo suelta asqueado. Este reflejo desaparece en torno a los 6 meses y es una de las condiciones que nos indica que nuestro peque está preparado para empezar a comer”.
- El segundo reflejo es el propio reflejo de arcada, “que no desaparece y que nosotros como adultos aún tenemos. Al igual que el reflejo de extrusión, existe para proteger la vía aérea de objetos extraños. Aunque este reflejo no desaparece sí evoluciona, en los bebés el reflejo se activa en la parte más delantera de la lengua. Poco a poco, y gracias a la exposición y aceptación de otros objetos que no sean líquidos (alimentos y juguetes), el reflejo va desplazándose hacia la parte más profunda de la lengua que es donde lo tenemos los adultos”.
Por tanto, cuando se inicia la alimentación complementaria y nuestro bebé presenta arcadas debemos diferenciar qué reflejo se trata, ya que “si es el reflejo de extrusión nuestro bebé no está preparado aún para comenzar a comer. Y si es el reflejo de arcada debemos tener paciencia, no alarmarnos y observar cómo nuestro pequeño es capaz de gestionar solo el alimento y expulsarlo. Retrasar la introducción de alimentos no hace que las arcadas disminuyan”, aconseja la logopeda.
Será cuestión de tiempo que nuestro bebé aprenda a gestionar la comida en su boca y las arcadas vayan desapareciendo de forma gradual, de hecho, “cuánto más practique mejor”, afirma.
Cómo ir familiarizándole con distintas texturas y sabores
El pequeño va a vivir una auténtica revolución en su boca y su paladar por lo que nosotros como adultos, debemos ser pacientes con su adaptación. En cualquier caso, es importante controlar la presentación de los alimentos y, sobre todo, ser conscientes que la base de su alimentación está en el aprendizaje y, para ello, el ambiente familiar y de imitación será su forma natural de aprender. “Es positivo que coman en la mesa familiar con todos y a poder ser lo mismo que comemos nosotros (aunque a ellos les adaptemos los cortes)”, aconseja la experta.
Notarás que tu peque está todo el día con las manos en la boca, ya sea para llevarse todo lo que coja a ella: chupetero, chupete, juguetes y, por supuesto, ¡la comida! “Esto es así porque la información les llega a través del tacto y de la boca, por eso, con los alimentos debemos permitirles hacer lo mismo da igual que ofrezcamos trozos o que ofrezcamos triturados. Es muy normal que la primera vez que ofrezcamos un alimento no lo quiera. Al igual que también es normal que de dos bocados y tire lo demás. Recordemos que están aprendiendo y al igual que antes de dar sus primeros pasos se caen varias veces en el caso de la alimentación debemos continuar ofreciendo todos los alimentos, sin forzar, sin obligarlo, simplemente, seguir permitiéndole que experimente con él”.
Por tanto, es muy importante que no te agobies cuando la comida que le ofrezcas al niño la estruje, se la extienda por toda la cara, la tire al suelo o la esparza por la mesa puesto que es su forma de experimentar. “Así es cómo el peque irá aceptando nuevas y diferentes texturas, sabores... Al igual que, también es importante que pueda diferenciar los alimentos, por eso, se los debemos ofrecer por separado las primeras veces para que puedan diferenciar cada sabor, cada olor y cada color”, recomienda la asesora de BLW.
¡Recuerda!
Independientemente del método que se elija, la logopeda recomienda tener presente siempre estas premisas:
- El alimento principal del bebé hasta el año de vida es la leche.
- Con la comida sí se juega
- No obligarle. La familia ofrece alimentos de calidad, pero el bebé escoge la cantidad.
- Comer en familia.
- Trabajar las expectativas de los padres.