La lactancia materna es mucho más que un acto para alimentar al bebé. A través del pecho de su madre, el niño obtiene cercanía, consuelo, tranquilidad... Por eso es frecuente que, precisamente en la calle, cuando se enfrenta a situaciones nuevas y estresantes para él, pida mamar con más intensidad.
En algunos lugares hay salas de lactancia, pero en otros no disponen de este servicio, del mismo modo que hay mujeres que prefieren amamantar en soledad y otras a las que no les importa hacerlo en público. La cuestión sería que cada una pudiera elegir lo que le resulta más cómodo sin verse cuestionada. Pero no siempre es así, y dar el pecho en la calle, en un transporte público, en una tienda... a veces es motivo de situaciones muy incómodas para la madre, ya sea porque recibe miradas de desaprobación o porque directamente es invitada a cubrirse o a marcharse, como los medios de comunicación suelen recoger de vez en cuando.
Una situación muy común
Una de cada dos madres se ha tenido que esconder para dar el pecho en público y más de la mitad (un 63,5%) se han sentido juzgadas por ello. Son datos de un estudio realizado por LOLA MullenLowe y LinQ Market Research España con datos de finales de 2022.
La situación es más grave cuando hablamos de aquellas mujeres que han sido invitadas a taparse, a irse a otro lugar, y que incluso han sido increpadas por amamantar delante de otros. Se estima que un 15% de ellas han sufrido esta situación.
Para Marina García, portavoz de la ONG teta&teta, que lucha por normalizar la lactancia en lugares públicos, el origen del problema “es una cuestión de sexualización. El pecho, a pesar de no ser un órgano sexual, todavía está sometido a esa mirada masculina, sexualizante, entonces es una parte del cuerpo que debe reservarse a la intimidad”, explica. Así, al salir de ese espacio privado, la mujer sería amonestada por parte de algunas personas.
El derecho a amamantar en público
La lactancia materna está considerada un derecho humano. Así lo fijó en 2016 el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU). De este modo, la lactancia materna se reconoce como “un derecho humano para bebés y madres que debe ser fomentado y protegido”.
Para proteger este derecho, algunos países como Chile han dictado normas en este sentido. Uno de los objetivos de teta&teta es que en España se promulgue una ley que proteja la lactancia materna. “No podemos olvidarnos de que, al fin y al cabo, es un derecho tanto de la madre como de la criatura”, comenta Marina García.
“La ley que proponemos blindaría el amamantamiento en público, pero no solo eso. Cuando se aprueba una ley, suele venir acompañada de programas de formación al personal que debe aplicarla, por ejemplo, trabajadores públicos o vigilantes de seguridad. Es un paso estupendo para fomentar la educación sobre el tema”, insiste la experta.
Por este motivo, teta&teta está llevando a cabo la campaña “Quien no llora no mama” donde se insta no solo a las madres sino a toda la sociedad en general a solicitar esta ley a través de la web quiennolloranomama.org. En mayo de 2017, la ONG creó un mapa de lugares en los que es bienvenido amamantar “y por el camino nos dimos cuenta de que hacía falta una ley que protegiera la lactancia fuera de casa”, insisten.
Qué hacer ante situaciones incómodas amamantando
Ninguna ley prohíbe dar el pecho en público, pero tampoco hay normas que protejan ese amamantamiento en sociedad, al menos no en todos los lugares. Sí hay normativa en sentido positivo, por ejemplo, en País Vasco, Valencia y Pamplona. Por eso, el 85% de las mujeres encuestadas en la investigación anteriormente citada entendían que sería una buena medida.
No se puede expulsar a una mujer por dar el pecho en público, ni este supuesto está contemplado en el derecho de admisión de un local. Si la situación llega a ocurrir, puede ponerse una reclamación formal. “En todo caso, les diríamos a todas las personas que miran, acosan, molestan e incomodan que se revisen y dejen de hacerlo”, subraya Marina García. Es un derecho de la madre, pero también del niño, su derecho a ser alimentado, y este debe prevalecer siempre.