Mujer embarazada descansa en la cama© Getty Images

Embarazo

Reposo relativo y absoluto en el embarazo: ¿cuándo son necesarios?

Preguntamos a un ginecólogo los motivos por los que se recomiendan y cuáles son las diferencias entre un tipo de reposo y otro y cómo ayudan a llevar a término el embarazo


Actualizado 14 de agosto de 2024 - 11:07 CEST

Cuando la gestación de un bebé implica algún tipo de riesgo que pueda comprometer la vida del feto o bien de la madr, el ginecólogo suele prescribir reposo relativo o reposo absoluto en el embarazo. ¿Qué diferencias hay entre ambos tipos de reposo? ¿En qué casos se recomienda reposo relativo y en cuáles reposo absoluto?

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Lo cierto es que, en lo que se refiere al reposo absoluto hay bastante controversia, ya que, tal y como nos comenta el Dr. Fernando Mozo de Rosales Fano, especialista en Ginecología y Obstetricia de Centro de Fertilidad (www.centrodefertilidad.com): “Existe un amplio consenso entre la comunidad médica acerca de que la indicación de reposo absoluto mejora el pronóstico del embarazo en determinadas circunstancias. Sin embargo, no existe una gran evidencia científica de alta calidad al respecto. Además, hay que tener en cuenta que el reposo absoluto puede aumentar las complicaciones asociadas al embarazo. Por tanto, se indica en un porcentaje mínimo de embarazos y durante el menor tiempo posible”.

Veamos entonces en qué circunstancias se prescribe reposo relativo y cuándo absoluto en las embarazadas.

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¿Cuándo se indica reposo relativo?

El médico puede recomendar reposo relativo por distintas situaciones, nos cuenta el doctor:

  • Hemorragias vaginales.
  • Placenta previa sin sangrado.
  • Amenaza de aborto sin sangrado.
  • Contracciones prematuras.
  • Amenaza de parto prematuro.
  • Preeclampsia.
  • Retraso del crecimiento fetal.
  • Embarazos múltiples.
  • Cualquier otra complicación que ponga en riesgo la salud de la madre o del feto. Por ejemplo, es el caso de mujeres que padecen cardiopatías.
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¿Qué se puede hacer en reposo relativo?

Debemos saber que el reposo relativo permite hacer una vida totalmente normal a la mujer, aunque debe “descansar más, limitar su actividad y evitar esfuerzos físicos ”. Sin embargo, el reposo relativo no implica que la embarazada deba permanecer en la cama las 24 horas del día, siempre y cuando haga una vida tranquila. “Por ejemplo, puede ducharse, prepararse la comida, salir a dar un breve paseo y mantener cierta actividad laboral en la modalidad de teletrabajo”, indica el doctor.Mujer embarazada abrazándose la tripa

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Por el contrario, ¿qué no debe hacer una embarazada en reposo relativo?

Muchas veces las embarazadas sienten una fuerza inexplicable de tener que limpiar todo, ordenar la ropa del bebé, preparar la casa para la llegada del pequeño… lo que se conoce como ‘síndrome del nido’, sin embargo, este tipo de actividades en un reposo relativo están restringidas.

Tal y como nos cuenta el Dr. Mozo de Rosales: “No se deben realizar las tareas domésticas ni levantar peso. Por ejemplo, no se debe cargar con las bolsas de la compra, coger bebés o niños en brazos ni hacer la cama. Eso sí, en el caso de que aparezca cansancio o cualquiera de los síntomas que aconsejaron el reposo relativo, se debe detener la actividad y volver de inmediato a la cama o al sofá”, advierte.

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Y ¿qué pasa con las relaciones sexuales?

En el caso de las relaciones sexuales durante este tipo de embarazos , es necesario preguntar al médico si se debe guardar alguna limitación al respecto. De cualquier manera, el doctor nos cuenta que “una vez que se le ha dado la indicación de guardar reposo relativo, es fundamental que la embarazada pregunte a su médico y concrete con él qué tipo de actividades debe restringir exactamente. Y, por supuesto, durante cuánto tiempo”, aconseja.

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¿En qué ocasiones se recomienda reposo absoluto?

El doctor nos dice que, afortunadamente, la indicación de guardar reposo absoluto es “muy poco frecuente”, aunque se puede requerir en situaciones como las siguientes:

  • Amenaza de aborto con sangrado.
  • Placenta previa con sangrado.
  • Contracciones prematuras.
  • Amenaza de parto prematuro.
  • Tras una prueba invasiva, como una amniocentesis: en este caso, el reposo absoluto solamente se debe guardar durante 24 horas.
  • Rotura precoz de la bolsa amniótica.

Y es que las necesidades de realizar reposo relativo o absoluto pueden ser las mismas, pero siempre dependerá de los matices de cada caso. El doctor nos pone un ejemplo: “El supuesto de las contracciones, se deberá mantener reposo absoluto o relativo en función de su intensidad. Y, en el caso de la placenta previa o de la amenaza de aborto, jugará un papel fundamental si la mujer presenta sangrado o no”.

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La controversia del reposo absoluto

Lo que sí que es cierto es que el reposo absoluto mejora el pronóstico de algunas embarazadas según sus circunstancias, pero “no existe una evidencia científica” que lo corrobore. Y es que, hay que tener en cuenta que el reposo absoluto puede aumentar las complicaciones asociadas al embarazo, por tanto, “se indica en un porcentaje mínimo de embarazos y durante el menor tiempo posible”, nos dice el doctor. Las complicaciones suelen ser las siguientes:

  • Trombosis.
  • Diabetes gestacional.
  • Edemas en miembros inferiores.
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Disminución de la masa ósea.
  • Desacondicionamiento muscular y cardiovascular.
  • Desgaste psicológico y tensiones con la pareja o la familia.
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¿Qué se puede hacer en reposo absoluto?

El reposo absoluto puede resultar bastante duro para la mujer embarazada ya que exige “permanecer en la cama las 24 horas del día, con la única excepción de levantarse para ir al baño”. Y no hacer ningún esfuerzo físico implica tareas tan simples y cotidianas como ducharse o hacer la comida. “Solo será el médico quién determine si la mujer puede ducharse sola o acompañada y si puede hacerlo de pie o sentada”, indica el Dr. Mozo de Rosales.

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Consejos para sobrellevar estos diagnosticos

La mujer embarazada a la que se le prescribe ya sea reposo relativo o absoluto, debe prepararse para los cambios que supondrá esta nueva situación, tanto física como mentalmente. Durante ese tiempo no va a poder hacer una vida ‘normal’ como hacía antes, ya que sus movimientos y actividades están restringidas por prescripción médica para evitar riesgos graves tanto para la mamá como para el bebé. Por ello, estos consejos que nos da el doctor pueden servir de mucha ayuda a aquellas gestantes que se encuentren en esta situación:

  • Tener todo lo necesario al alcance: dispositivos electrónicos, mando de la televisión, interruptor de la luz, agua, etc.
  • Cambiar con frecuencia de postura.
  • Mover suavemente las piernas, los pies y los tobillos desde la cama.
  • Mantenerse hidratada y alimentarse de manera sana y ligera. Dada la falta de actividad, es necesario reducir la ingesta calórica para evitar la ganancia de peso. Asimismo, hay que aumentar el consumo de agua y fibra, para evitar el estreñimiento.
  • Mantener la mente ocupada: leer, ver películas o series, hablar por teléfono, usar el ordenador, escuchar música…
  • Iniciarse en nuevas aficiones que se puedan hacer desde la cama: escribir, tejer, meditación, pintar…
  • En algunos casos, puede ser necesario usar medias de compresión o heparina para reducir el riesgo de trombosis. Sin embargo, esta indicación debe ser dada por el médico.
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Busca ayuda, si la necesitas

Con el objetivo de dar visibilidad al cuidado de la salud mental, tener que permanecer durante meses postrada en una cama o con una actividad física reducida por recomendación médica puede ser muy duro a nivel psicológico, por lo que, “en caso de que sea necesario, buscar la ayuda profesional de un psicólogo y mantener sesiones online será muy positivo”.