ni o en el marco de la ventana metido en cajas de juguetes aburrido© AdobeStock

Psicología

Sí, tu hijo también tiene que aburrirse

Cuando tu hijo te diga que se aburre no intentes buscar una solución rápida dándole la tablet o poniéndole los dibujos en la televisión, ¡deja que se aburra! Y es que, ‘no hacer nada’ también está bien, según los expertos.


2 de febrero de 2023 - 11:30 CET

El aburrimiento es algo que se da en los peques muy habitualmente. Y es que la inmediatez en la que vivimos inmersos en el día a día afecta también a los niños y, cuando no tienen aquello que quieren al instante o, al contrario, tienen demasiado donde elegir, llega un punto que aquello que están haciendo deja de interesarles y sale a relucir la típica frase de: ‘Mamá me aburro’.

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Pues bien, los expertos dicen que debes dejar que el niño se aburra porque resulta que esto es muy beneficioso para ellos. Entre otros beneficios fomenta la creatividad, la imaginación y, sobre todo, porque “no hacer nada también está bien”, nos dice Alexandra de Santos, maestra y periodista, especialista en Coaching educativo e Inteligencia Emocional (www.conlaorejadecolores.com) y autora del cuento infantil La niña con la oreja de colores (Ed. Cuatro hojas).

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La inmediatez nos supera

La inmediatez de la sociedad en la que vivimos tiene consecuencias, como es lógico, en el desarrollo y crecimiento de nuestros peques. “¡Necesitan todo ya! Les cuesta esperar su turno o no tener una actividad entre manos todo el tiempo. Y, además, provoca que sus tiempos de atención sostenida en una misma actividad sean cada vez menores”, nos dice la maestra. Por ello, una de las premisas de los padres de hoy en día es intentar enseñar a nuestros peques a ser más pacientes ; un reto difícil pero no imposible.

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Los tiempos ‘muertos’

A esto, hay que sumarle que a los adultos nos incomoda que los niños se aburran, es más, nos genera estrés, por eso, cuando esto ocurre nuestra primera reacción es buscar opciones rápidas para solucionar ‘el problema’.

“A nosotros, como adultos, nos cuesta gestionar esos tiempos muertos en los que los peques no dejan de preguntar qué hacen ahora o cuándo llega la siguiente actividad. Generalmente, es en esos espacios en los que el ruido aumenta, y los nervios también. La paciencia se va reduciendo y el estrés crece en la misma proporción ; y, al final, se acaban generando conflictos”, explica la educadora.

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¿Por qué tus hijos se tienen que aburrir?

Sin embargo, “es fundamental que dejemos tiempo para que nuestros peques se aburran y no estén sometidos a estímulos constantemente. ¿Por qué? Porque el aburrimiento favorece el desarrollo del pensamiento creativo , nos permite conectar con nuestros talentos e intereses y fomenta la búsqueda de soluciones”, asegura la experta. Por lo que, si tu hijo te dice que se aburre, ¡déjale que se aburra!, y es que, “’no hacer nada’ está también bien”.

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¿Qué beneficios les aporta que se aburran?

¿Por qué es necesario dejar ese espacio libre de actividad para nuestros hijos? Porque gracias a ello, se fomenta “el desarrollo de la creatividad para aprender a construir nuestras propias ideas, encontrar soluciones por nosotros mismos y conocer nuestros talentos y capacidades innatas para descubrir qué nos gusta, qué nos divierte, qué nos motiva a aprender, qué nos genera rechazo, qué nos genera emociones agradables, qué nos genera frustración para aprender a gestionarla...”, dice la coach, y, definitiva, conocernos mejor a nosotros mismos.

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Convéncete tú primero: el aburrimiento es necesario

Pero, algo muy importante para transmitir este mensaje a nuestros hijos de una forma fehaciente es que primero “necesitamos interiorizar nosotros como adultos que aburrirse es positivo, comprender el valor que tiene y desarrollar herramientas y estrategias para poder gestionar nuestras propias emociones”, asegura la maestra.

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Ideas para gestionar el aburrimiento

Algunas ideas que pueden ayudar a gestionar el aburrimiento de nuestros peques, según nos plantea la educadora, son:

  1. La caja del aburrimiento. Crear una caja en familia en la que decidáis conjuntamente qué elementos incluir. El objetivo es seleccionar objetos y materiales que estén conectados con sus intereses y que les permitan desarrollar su creatividad. Podéis establecer juntos cómo y cuándo utilizar esa caja y revisarla con frecuencia para ver si hay necesidad de cambios. Esta caja puede ser especialmente útil en los momentos de viajes o estancias fuera de casa, donde no tienen a su alcance todos sus juguetes y objetos de entretenimiento.
  2. Saco de bloques de madera o dados. Llevarles a algún restaurante o evento puede generar muchos momentos de aburrimiento en nuestros peques a los que necesitamos dar solución de forma rápida. Para ello, antes que recurrir a pantallas, recomiendo preparar un pequeño saco con bloques o formas de madera o dados para crear historias. Este tipo de juguetes favorecen el desarrollo de la creatividad y de la motricidad fina y, además, los pueden utilizar de forma autónoma a edades tempranas.
  3. Espacio de la creatividad. Reservar una pequeña zona de casa en la que haya materiales de todo tipo a su alcance para poder expresar con libertad y crear cosas nuevas en esos tiempos de aburrimiento.

“Es fundamental que contemplemos el amplio abanico de inteligencias para ofrecer recursos y herramientas desde todas ellas. Quizás un peque es súper artístico y con un cuaderno y unos rotuladores es feliz; pero otro necesita moverse sin parar por toda la casa. Por ello la creación de un espacio en casa, construido conjuntamente, puede ser la oportunidad de conocer qué es bueno para nuestros peques y ponerlo a su alcance”, sostiene la experta.

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Dale la oportunidad de que conecte con él mismo

Otra opción que nos puede ayudar a gestionar estos tiempos ‘muertos’, cuando nuestro peque nos plantee que está aburrido, en lugar de plantearle respuestas u opciones, la educadora propone realizarles la siguiente pregunta: “¿Qué puedes hacer para dejar de estar aburrido? De esto modo, favorecemos que sean ellos mismos los que encuentren sus respuestas y conecten con lo que les apetece hacer (teniendo en cuenta que ‘no hacer nada’ también está bien, como decíamos)”.

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Actividades para hacer cuando está aburrido

Otra idea muy interesante que nos propone la educadora es realizar un cartel de actividades para cuando no sepan ‘qué hacer’ . Por ejemplo, “preparar un pequeño cartel que esté en la nevera o en algún espacio de la casa en el que hagamos una lista de todas las opciones disponibles cuando estamos aburridos. Invito a que esa lista sea construida en familia y que, incluso, incluya a los adultos de la casa también. Para que, de este modo, nuestros peques puedan entender que el aburrimiento o los espacios de tiempo son positivos para todos”.

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Ofréceles distintos recursos

Y, por último, que los peques encuentren su propio tiempo libre y sus hobbies para realizar en aquellos momentos en los que no saben qué hacer, está directamente relacionado con un paso previo que es “la conexión con lo que les gusta hacer”, dice la coach.

Para ello, la experta nos dice que nosotros como adultos tenemos la responsabilidad de “ofrecerles un abanico amplio de actividades para que prueben y descubran qué es lo que realmente les gusta . Sin forzar y dejando que vayan descubriendo en qué consiste y cómo se desenvuelven en ella. De este modo, cuando lleguen tiempos ‘muertos’ o momentos sin ninguna actividad preparada, podrán decidir qué quieren hacer con su tiempo libre”, concluye.