padres resignados viendo a sus hijos chocar las manos felices© AdobeStock

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5 mitos de la crianza respetuosa

La crianza respetuosa es un método de educación que se basa en el respeto y la conexión emocional con los niños. ¿Por qué está rodeada de tanto escepticismo? Desmontamos algunos de los mitos más repetidos.


30 de enero de 2023 - 14:45 CET

La  crianza respetuosa y consciente , basada en la disciplina positiva, tiene como meta criar a niños sanos, felices, seguros de sí mismos, con una buena autoestima, autónomos... ya que todo ello repercute en su vida adulta.

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Por supuesto, el camino para conseguirlono no es fácil, y es que nadie dijo que educar fuera sencillo, pero el objetivo final de este tipo de crianza es darles las herramientas y habilidades necesarias para enfrentarse a la vida, y respetar y valorar a los niños, independientemente de su edad. Aunque, es esto, precisamente, lo que más críticas suscita entre los papás y adultos más escépticos, que dudan de su eficacia, incluso, llegando a subestimarla.

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El escepticismo que rodea a la crianza respetuosa

“La crianza respetuosa suscita muchos comentarios escépticos porque, aunque no es un estilo de crianza reciente (por ejemplo, María Montessori nació en 1870 y desde el 1898 empezó a hablar sobre la importancia de la educación infantil), es un método de crianza que lucha contra las creencias sociales que están profundamente arraigadas en nuestras distintas culturas”, nos dice Alejandra Ríos Cabo, Certificada en Crianza Respetuosa y Acompañamiento a familias y diplomada en Neuropsicopedagogía y en Psicología Infantil.

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¿Por qué nos cuesta tanto conectar con nuestros hijos?

La crianza respetuosa está rodeada de algunas ideas o falsas creencias que se han generado por adultos un tanto incrédulos en la eficiencia de este tipo de educación que fomenta que la relación con el niño sea cercana, respetuosa y emocional, en definitiva, nos enseña a saber cómo conectar con nuestros hijos.

“La familia y la crianza ya no tienen la importancia ni el valor que antes tenían. Pasamos menos tiempo preocupándonos que ocupándonos de las cosas que tenemos justo en frente. Nuestras propias necesidades biológicas y naturales pasaron a un segundo plano porque nadie tiene tiempo de criar, entonces todo tiene que ser más rápido, más eficiente, y el desarrollo infantil no se ajusta a las necesidades del mundo de hoy. El niño tiene que comer en nuestros tiempos porque tenemos que regresar a la oficina, tiene que dormir en nuestros tiempos, porque tenemos que descansar para rendir en el trabajo, y así sucesivamente”, reivindica la educadora.

A continuación, enumeramos cuáles son los 5 mitos más recurrentes sobre la crianza respetuosa.

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Mito 1: Los niños que se educan con crianza respetuosa son niños malcriados

Sin duda una de las frases más repetidas alrededor de la crianza respetuosa es esta. Y es que, no gritar, retar, castigar o amenazar a los peques para manejar, por ejemplo, una rabieta o su frustración, que, por otro, lado es una emoción muy normal a edades tempranas, parece ser lo normal.

“El niño que llora y que busca a su mamá (porque el llanto es el método de comunicación primario desde el nacimiento), pasa de ser un niño completamente sano a ser un niño malcriado. Así que el escepticismo, en mi opinión, surge no tanto en realidad de que las personas no crean que funcione, sino de tener que hacer cambios en su propio estilo de vida para adaptarse a las necesidades de los niños y la crianza. Es más fácil decir que la crianza respetuosa y consciente no funciona, a hacer cambios que me incomodan en mi rutina”, asegura la educadora.

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Mito 2: La educación sin castigos no funciona

La educadora nos explica que, todavía a día de hoy, “mucha gente en realidad no entiende qué es la crianza respetuosa. A mis asesorías llegan papás diciendo que la practican y cuando les pregunto por sus métodos específicos nada de lo que hacen es crianza respetuosa. Por lo que esos métodos que ellos usan, sean los que sean, no son eficientes y a la larga no funcionan. Así que terminan volviendo al grito, al castigo, a la violencia física y emocional y dicen: yo traté de criar con crianza respetuosa y no funciona. Pero en realidad no lo hicieron”.

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Mito 3: A los niños no se les ponen límites

Un mito que va de la mano con los anteriores, y que se podría traducir en el desconocimiento de este tipo de crianza, es: “La resignación a usar los métodos tradicionales”, dice la educadora.

“La gente no cría respetuosamente porque confunden la crianza respetuosa y consciente con la crianza permisiva: piensan que los niños no tienen límites , que hacen lo que quieren, que no se preparan para la vida real, etc.”, insiste.

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Mito 4: En la crianza respetuosa los padres no tienen autoridad

“Los papás muchas veces creen que el problema del comportamiento de sus hijos es independiente a ellos mismos. Los padres siempre vienen buscando respuestas a cómo cambiar a sus hijos para que sean más de una cosa y menos de otra, y quedan sorprendidos cuando las herramientas se las doy a ellos para hacer las cosas diferentes y ver los resultados como una consecuencia en el comportamiento de nuestros hijos”, asegura la educadora.

Y es que a muchos de nosotros nos han educado bajo frases como ‘Esto es así porque yo lo digo’ o ‘Harás esto mientras vivas bajo mi techo’. “A muchos de nosotros, por no decir que, a todos, nos criaron bajo la premisa de que nuestros papás, sólo por ser nuestros papás, tenían razón en todo, que ellos sabían qué era lo mejor para nosotros, que teníamos que obedecer ciegamente a lo que fuera que pidieran de nosotros. Así que nosotros crecimos con ese pensamiento de que nosotros somos también omnipotentes en nuestra crianza y que es un absurdo pensar en que hay cosas que nosotros como padres podemos hacer mejor o diferente. Este enfrentamiento con nosotros mismos es una tarea que muchos padres se niegan a realizar y, por lo tanto, la crianza respetuosa no puede ocurrir”, asegura la experta.

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Mito 5: La crianza respetuosa es solo para padres con mucha paciencia

La educadora plantea que para poder entender y aplicar este tipo de educación con los niños, el cambio debe comenzar por los padres y es que, según nos dice: “Yo no puedo mejorar si no estoy dispuesto a mirarme al espejo y hacer un análisis sobre mi comportamiento, mis propias reacciones automáticas y mis propios traumas”. Y nos cuenta algunos casos muy evidentes como, por ejemplo, “muchos padres dicen: “A mí me criaron así y estoy perfecto, soy exitoso, no tengo traumas, etc”. Pero no es porque en realidad estén bien, sino porque enfrentarse con esas partes de uno que duelen es muy difícil. Hay que hacer un trabajo intencional para sanar los dolores de la infancia y reconocer que uno también en muchos casos se merecía mejor, y ahora son conscientes del trabajo que hay que hacer adicional para ser mejores para nuestros hijos”.

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Los papás deben enfrentarse a sus propios sentimientos, y puede resultar doloroso

Y es que este trabajo interior puede resultar bastante doloroso en algunos adultos , y muchas personas “prefieren seguir con los ojos vendados”, tal y como define la experta. “Esto lo vemos en esos adultos que están bien pero que son adictos a su trabajo, que manejan sus emociones con drogas, alcohol, que no expresan sus emociones, que esconden su dolor entre compras, casinos, fiestas, cualquier cosa que les impida enfrentarse a sus propios sentimientos y realidades. Son esos adultos que confunden el éxito con estar sanos, que en su interior saben que un buen sueldo no equivale a tener una buena salud, y que la buena salud no se goza solo de manera física sino también mental”, nos explica.

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No olvidemos que…

“Las asesorías en crianza se hacen con los padres y no con los niños, porque, como indica el nombre, lo que necesita apoyo y herramientas nuevas es nuestra estrategia de crianza y no el niño”, concluye la educadora.