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ni a con cara de enfadada© AdobeStock

psicología

‘Mi hijo lanza cosas cuando le digo que ‘no’, ¿qué puedo hacer?’

El cerebro de los niños es todavía inmaduro y, por ello, no saben gestionar sus emociones. Ante la negativa de sus padres a un deseo, les invade la frustración y sus reacciones son impulsivas. Te contamos cómo controlar la situación.


27 de enero de 2023 - 18:06 CET

Cualquier respuesta negativa que frustre los deseos de tu hijo, a veces, puede convertirse en la chispa que encienda la llama. Morder, pegar, tirar del pelo o lanzar cosas por los aires son algunas de las reacciones instintivas que tienen muchos peques ante el ‘no’ de sus padres y esto es debido a que todavía no son capaces de gestionar sus emociones, en este caso, la frustración.

Carolina Molina O., psicóloga infantil,   coach  y autora de Guía para una mamá millennial y Crianza desobediente. Educar desde el buen trato (@carolina.molina.o), nos explica por qué ocurre esto y qué podemos hacer para calmarles y lograr resolver de forma positiva la situación.

ni o enfadado apoyado en respaldo de sof © AdobeStock

Cuál es el porqué de estas reacciones

Ante todo, debes saber que el cerebro del niño es inmaduro y no saben gestionar sus emociones como puede hacerlo un adulto.

“Esta es una habilidad para la vida que vamos adquiriendo a medida que vamos creciendo. Los niños viven las emociones de malestar, sobre todo, a nivel físico y, por su inmadurez, son impulsivos, a esto le sumamos que si no tienen un lenguaje verbal aún establecido, se les hace muy difícil poder poner en palabras lo que sienten, quieren o necesitan”, nos explica la psicóloga.

ni a muy enfadada© AdobeStock

La frustración, una emoción que se debe aprende a controlar

La frustración es el quid de la cuestión, y es que este sentimiento negativo que se produce en nosotros al no poder conseguir nuestros deseos es todavía incontrolable en los peques, de ahí sus reacciones de pegar, morder o tirar cosas por los aires.

“Lo más esperable es que ante un ‘no’ sientan la emoción de frustración , así como tú o como yo. Si a mí me dicen que no me aceptan en un empleo, seguramente, también me sentiré frustrada, y puede que no tire el móvil al suelo porque ya tengo un cerebro maduro que sabe gestionar esta emoción. Aunque la realidad es que conozco muchos adultos que cuando sus hijos no hacen lo que ellos necesitan se sienten frustrados y entonces esta emoción les lleva a golpearlos con la excusa de que los están educando”.

ni o enfadado llorando© AdobeStock

¿A qué edades es más habitual que tengan estas reacciones?

No nos confundamos y tachemos al niño de consentido o maleducado cuando pase esto, sobre todo, si se trata de niños pequeños, ya que tal como nos cuenta la psicóloga, “este comportamiento nada tiene que ver con niños groseros o ‘malcriados’ y tiende a aparecer entre los 18 y los 36 meses. Vemos que con mayor madurez cerebral y con la llegada del lenguaje verbal esto comienza a disminuir. Los límites deben aparecer desde que los niños nacen, recordemos que los límites sirven para proteger y protegernos”.

mam hablando a su hija© AdobeStock

Cómo reaccionar ante una situación así

A veces, enfrentarnos como padres a este tipo de reacciones en nuestros hijos nos puede parecer muy duro, por ello, saber cómo gestionarlas nos facilitará mucho resolver la situación.

“En el momento en el que el niño tira el juguete validamos su emoción y narramos lo que está sucediendo, para después explicarle lo que está bien y mal. ‘Estas frustrada porque no pudiste ponerle la cabeza a la muñeca y entonces la tiraste. Puedes pedirme ayuda, puedes respirar profundo, puedes apretar tus manos y decirme estoy molesta, pero no tiramos los juguetes porque se pueden dañar o podemos hacer daño a alguna persona’”, aconseja la psicóloga.

mam echando la bronca a su hija© AdobeStock

Cómo poner límites

Por supuesto, tener una respuesta física hacia el niño, es decir, zarandearle o darle un azote , no mejorará la situación, sino que la empeorará.

Debemos saber poner límites y “el límite no es un golpe, ni un castigo, ni una amenaza, el límite se establece con un ‘no’, ‘stop’, ‘basta’. Es importante poner el límite, pero más que eso, enseñarle al niño como si puede vivir su emoción sin agredir”, sostiene la coach.

mam triste con su hijo a su lado© AdobeStock

No te culpes…

“Como madre que soy, entiendo y reconozco que presenciar este tipo de comportamientos nos frustra mucho y nos genera rabia, miedo y hasta culpa, pues se despierta nuestro diálogo interno con un ‘¿será que lo estoy haciendo mal?’, ‘¿será que algo malo ocurre con mi hijo?’…”, explica la psicóloga. Pero, nada más lejos de la realidad.

ni a enfadada tirada en el suelo de la calle© AdobeStock

Y, ¿si tiene una reacción así en público?

Pero, la escena se vuelve todavía más complicada cuando ocurre en público y es que sentirte juzgado por otros adultos, o incluso, otros papás, no es plato de buen gusto para nadie.

“Tener que aguantar las miradas de otros adultos que no entienden que un niño se comporta como un niño no es fácil. Si eres madre, padre o educador te abrazo, te entiendo y te recuerdo que esto no dice nada de ti, confía en que lo estás haciendo bien y que esto pasará”.

mam frustrada y cansada con su hija en casa© AdobeStock

Si somos constantes, ¿el niño dejará de hacerlo?

“El niño dejara de hacerlo a medida que su cerebro vaya madurando ”, insiste la psicóloga. Y, por supuesto, será mucho más efectivo “si somos constantes y, sobre todo, coherentes y enseñamos desde el ejemplo. No podemos pedir a nuestros hijos que gestionen sanamente su emoción de frustración si nosotros no sabemos gestionar las nuestras”, asegura.

madre abrazando a su hija que llora© AdobeStock

Recuerda que…

Su cerebro ante el ‘No’ o una respuesta negativa, entra en estado de alerta y su reacción es instintiva, es decir, lo que normalmente hacen es seguir sus instintos más físicos como son pegar, morder, tirar cosas al suelo, contra la pared… Según los expertos, estas son respuestas que lanza su cerebro reptiliano para defenderse. Para disminuir ese estado de alerta, desactivar el cerebro reptiliano y frenar ese comportamiento de lanzar cosas, en este caso, puedes seguir estos pasos:

  1. Si tu peque lanza cosas cuando está enfadado: cógele las manos sin presionarle ni hacerle daño hasta frenar ese comportamiento.
  2. Hazle sentir seguro: por ejemplo, acariciándole las manos, poniéndote a su altura, diciéndole que estás a su lado…
  3. Valídalo: dile: ‘Sé que querías quedarte en el parque… pero es hora de ir a casa’, por ejemplo.
  4. Enséñale: explícale lo que sí puede hacer cuando vuelva a sentirse así. ‘Cuando estés enfadado puedes decir: ‘Estoy enfadado’ (opción verbal) o ‘La próxima vez puedes apretar una pelota antiestrés, abrazar un peluche… (opción física)’.