La ictericia en los recién nacidos se da cuando un bebé tiene un nivel alto de bilirrubina en la sangre, de hecho, según nos cuenta María González, matrona y enfermera pediátrica, quien además hace labor divulgativa a través de su perfil de redes sociales @mariagonzalezmatrona, “la hiperbilirrubinemia es un problema frecuente en los neonatos. Entre un 25%-50% de los recién nacidos a término, y un porcentaje mayor en los recién nacidos prematuros, presentan ictericia durante la primera semana de vida”.
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Pero, para entender bien de qué se trata la bilirrubina la matrona nos explica al detalle cómo es el proceso de su formación. “La bilirrubina es un producto que deriva de la hemoglobina de glóbulo rojo una vez que este es destruido fisiológicamente por nuestro organismo. Esta bilirrubina indirecta, es transportada hasta el hígado, donde gracias a la enzima glucorodinasa, se transforma en bilirrubina directa, la cual se eliminará por heces y orina”.
Pero, ¿qué es lo que pasa para que esta se convierta en lo que conocemos como ictericia del recién nacido? La matrona nos cuenta que, en el útero, los bebés tienen una mayor cantidad de glóbulos rojos para aprovechar al máximo el oxígeno que les llega a través de la placenta. Al nacer, esa cantidad de hematíes ya no es necesaria, por lo que buena parte de ellos se destruyen. “Esta rotura genera gran cantidad de bilirrubina indirecta que pasa a la sangre del bebé, pero estos suelen tener un déficit fisiológico de enzima glucorodinasa, lo que impide la transformación de bilirrubina indirecta a directa; a lo que hay que sumarle una mayor reabsorción intestinal de la bilirrubina en neonatos, lo que vuelve a aumentar los niveles en sangre de la misma”, explica la matrona.
Todo esto se traduce en que este aumento de bilirrubina, genera lo que se conoce como ictericia, que tal y como expone la experta: “Es un tinte amarillo en la piel, mucosas y conjuntiva del bebé, que comienza a ser visible en cabeza y rostro, y según aumentan sus cifras se hace visible en tronco y extremidades. En la mayoría de los recién nacidos es más notoria cuando el bebé tiene de 2 a 4 días, no suele causar problemas y desaparece al cabo de 2 semanas”, comenta.
Consecuencias a raíz de la ictericia
La ictericia puede causar una serie de situaciones que requerirán un seguimiento, que tal y como nos cuenta la matrona son:
- Formas anormales de las células sanguíneas como en la anemia depranocítica.
- Incompatibilidades del grupo sanguíneo entre el bebé y la madre.
- Sangrado por debajo del cuero cabelludo (cefalohematoma) causado por un parto difícil.
- Niveles más altos de glóbulos rojos, lo cual es más común en bebés pequeños para su edad gestacional y algunos gemelos.
- Infecciones
- Deshidratación importante por falta o fallo de la lactancia materna.
- La ictericia de la leche materna puede aparecer después del día 7 de vida, y dura unas semanas más. Se debe a que las sustancias en la leche materna afectan la descomposición de la bilirrubina en el hígado.
La fototerapia neonatal, ¿para qué sirve?
La fototerapia es una medida terapéutica que se aplica en aquellos casos en los cuales los niveles de bilirrubina son altos. “La bilirrubina indirecta puede atravesar la barrera hematoencefálica y ocasionar depósitos y toxicidad neuronal, lo que puede derivar en secuelas neurológicas permanentes (hecho que llamamos Kernícterus), que se deben prevenir manteniendo unos niveles sanguíneos “seguros” de bilirrubina indirecta”, advierte la experta.
¿Cómo prevenir esto? Con el tratamiento de la fototerapia, como decíamos, que se basa en el “uso de lámparas con luz ultravioleta capaces de transformar la bilirrubina que está presente en los capilares y en el espacio intersticial en productos de desecho que se eliminan fácilmente por las heces y la orina ”, explica la matrona.
¿Cómo es el tratamiento en los bebés? “Obliga, en la mayoría de casos, al ingreso en la unidad neonatal. Puede aplicarse en incubadora o cuna convencional, en función de la edad gestacional y el estado clínico. Se deja a la criatura bajo la lámpara para exponerla a la luz ultravioleta. Se taparán ojos y genitales para protegerlos y, únicamente podremos parar el tratamiento para que la mamá le de pecho si la situación así lo permite”, argumenta. En los casos leves, la matrona nos indica que el tratamiento suele durar un par de días, mientras que en otros más complicados puede alargarse entre “5 y 7 días, e incluso, repetirse durante el ingreso”.
Cómo son los cuidados en un bebé con este tratamiento
La matrona nos cuenta que los cuidados que se realizan a los bebés en estos casos tienen un único objetivo “darles el máximo confort durante los días que tengan que estar ingresados”, y para ello:
- Se mide la temperatura para cerciorarnos que no tengan ni frío ni calor.
- Se vigila su hidratación.
- Se cuida la piel no aplicando ningún tipo de crema.
- En ocasiones, se hará necesaria la perfusión de sueroterapia a través de una vía venosa periférica.
- También es importante dar soporte emocional a las madres y padres.
- Animar las mamás a que se extraigan leche materna para poder darla en las tomas nocturnas o como suplemento a las diurnas, en caso necesario.