Expertos, sociedades y organizaciones médicas de todo el mundo aseguran que la lactancia materna es buena tanto para la madre como para el bebé . Por poco que amamantes, nos dicen, aunque sea por un breve espacio de tiempo, el recién nacido ya está adquiriendo grandes beneficios. Oligosacáridos, lactoferrina, lisozimas e inmunoglobulina son algunos de los principales componentes que convierten la leche materna en un auténtico superalimento para todos los bebés, pero, sobre todo, para los bebés prematuros .
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Una de las últimas cosas que sabemos con respecto a ella, es que puede disminuir la incidencia de enfermedades respiratorias en recién nacidos, como puede ser el virus sincitial respiratorio (VRS) , principal causa de la bronquiolitis y de las hospitalizaciones durante el primer año de vida de un niño. De hecho, ha tenido en jaque a los médicos de Atención Primaria y Servicios de Urgencias, que han visto cómo este invierno se disparaban los casos en consulta.
“La evidencia científica demuestra que la leche materna reduce el riesgo de hospitalización por infección respiratoria en un 57%, sin cambiar este efecto protector con la edad”, asegura la Dra. Pilar Bas, neonatóloga de la Unidad Materno-Infantil de Vithas Las Palmas. Por ello, no es de extrañar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomienden que la alimentación de los recién nacidos sea a base de leche materna durante, al menos, los seis primeros meses de vida.
Los efectos de la leche materna en el desarrollo de enfermedades infecciosas respiratorias
La leche materna no es un fluido estéril, nos explica la doctora, “sino que está compuesta de una gran cantidad de bacterias comensales y probióticas para el intestino inmaduro de un bebé, constituyendo uno de los pilares fundamentales de la microbiota intestinal que irán desarrollando”. Esta colonización intestinal de microorganismos (que son todos ellos beneficiosos) desplaza a bacterias que potencialmente pueden ocasionar infecciones, como las que estamos viendo últimamente, el estreptococo A o la E. Coli .
Por tanto, los efectos beneficiosos de la leche materna en la microbiota intestinal han sido ampliamente estudiados durante años y están ya más que constatados. La microbiota respiratoria, por el contrario, “ha sido objeto de estudio mucho más tardíamente, pero la evidencia científica actual nos asegura que está constituida por virus y hongos que, junto con un sinfín de bacterias, juega un papel fundamental como barrera frente a patógenos externos”, nos explica. De esta forma, nos ayudaría también a luchar contra las infecciones, en este caso, respiratorias. Y si la leche materna nos ayuda con la primera, también lo hace con ésta a la que, además, “se le atribuye la maduración del sistema inmunitario pulmonar y la capacidad de adaptación en caso de infección”.
Esto es algo que se ha constatado, como hemos dicho, recientemente, gracias a varios estudios en los que se observa cómo la severidad de la bronquiolitis (es decir, la estancia de una posible hospitalización y el posible requerimiento de oxígeno) “ se reduce hasta en un 74% en aquellos recién nacidos que han sido amamantados con leche materna exclusivamente durante cuatro meses , en comparación con los bebés que no recibieron leche materna o tuvieron una lactancia mixta”. Pero, ¿cuál es el motivo? “La leche materna reduce los niveles de la microbiota causante de diferentes enfermedades respiratorias infecciosas al tener, como hemos explicado, un impacto profundo en su composición”. Ahora bien, cuando los estudios hablan de enfermedades infecciosas respiratorias, “se centran en la neumonía, bronquitis y bronquiolitis principalmente”.
¿Sus efectos se extienden a otro tipo de enfermedades?
Este hallazgo del que hemos hablado es, nos comenta la doctora, “muy consistente en la literatura epidemiológica y nos muestra un gran impacto en la reducción de mortalidad de niños en primer año de vida en países en desarrollo”. Pero no solo es aplicable para las enfermedades infecciosas respiratorias, sino que la lactancia materna, nos explica la doctora, se demuestra que tiene “un efecto protector frente a otro tipo de patologías, como las otitis medias recurrentes y también protege a los bebés frente a la diarrea”. A largo plazo, por otro lado, “los niños no amamantados padecen con más frecuencia dermatitis atópica, alergia, asma, enfermedad celíaca e, incluso, obesidad y diabetes”.
Todos estos beneficios pueden ser, nos dice la doctora, “clínicos directos, pero también, como acabamos de comentar, potenciales y a largo plazo, incluso después del periodo de lactancia”. Ahora bien, aunque se mantengan, por supuesto, “cuanta más lactancia materna se ofrezca, más beneficios se obtendrán”.
La leche materna, aún más completa para los bebés prematuros
La clave para que la leche materna tenga tantos beneficios no puede ser otra que su composición. “Es un fluido dinámico que, en el caso de los bebés prematuros, presenta una composición diferente a la leche de madres que dan a luz a bebés a término, con una mayor concentración de proteínas, sodio, grasas y aminoácidos libres”, nos explica la doctora.
Por ello, en el caso de estos bebés, “la leche destaca por sus componentes -entre los que destacan oligosacáridos y un sinfín de proteínas como la lactoferrina, lisozimas e inmunoglobulina-, pero también por la proporción adecuada de caseína y seroproteínas, lo que supone una mejor digestibilidad y vaciamiento gástrico, logrando que toleren las tomas por vía oral antes que los prematuros alimentados con leche de fórmula”, nos comenta.
Referencias
Horta, Bernardo L, Victora, Cesar Gamp; World Health Organization (2013). Short-term effects of breastfeeding: a systematic review on the benefits of breastfeeding on diarrhoea and pneumonia mortality .
Camelo-Castillo A, Henares D, Brotons P, Galiana A, Rodríguez JC, Mira A (2019). Nasopharyngeal Microbiota in Children With Invasive Pneumococcal Disease: Identification of Bacteria With Potential Disease-Promoting and Protective Effects .