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ni o dibujando un virus en un folio por qu los ni os enferman m s de covid © Istock

Salud

Ahora, la COVID-19 impacta más en niños y adolescentes

Esta es la conclusión de los estudios realizados por un equipo internacional de científicos, tras la aparición de la variante Ómicron. La no-priorización de su vacunación tiene la culpa.


16 de enero de 2023 - 17:33 CET

Los niños y adolescentes  sí pueden estar afectados por la COVID-19 . Al principio, sobre todo, a raíz de la aparición de la nueva variante Ómicron, se llegó a decir que no afectaría a los más pequeños o, al menos, que si lo hacía no sería de manera grave. Pero esto no es así. Tanto los niños como adolescentes son una población susceptible al riesgo de contagio, pudiendo adquirir la infección y llegando a desarrollar, incluso, un cuadro grave. De hecho, UNICEF ha publicado unos datos en los que estima que cerca de 17.000 niños y adolescentes han muerto por su causa. Un hecho que corrobora  el último estudio publicado en la revista eClinical Medicine , desarrollado por un equipo de investigadores a nivel internacional, con miembros de diferentes países: Irán, Estados Unidos, Qatar, Australia y Filipinas.

Consecuencias de la COVID-19 en niños

Antes de la aparición de la variante Ómicron, predominaban los cuadros más leves de la enfermedad. Es más, era muy habitual escuchar que la mayoría de niños y adolescentes eran asintomáticos. Pero una vez se propagó esta variante a nivel mundial, comenzaron a registrarse muchos más casos con un cuadro más grave, como neumonías, trombosis, shock séptico, fallo multiorgánico y el  síndrome inflamatorio multisistémico , que hemos visto mucho las últimas semanas en los medios de comunicación.

Por tanto, se comenzó a ver cómo los niños y adolescentes también podían padecer una complicación derivada de la infección y conservar secuelas, como el conocido síndrome del COVID de larga duración, o, incluso llegar a morir. En su estudio recogen cómo cada vez un mayor número de niños a nivel mundial requirieron cuidados críticos en países desarrollados como Estados Unidos o Alemania, países con un suministro suficiente de vacunas, pero “se produjeron más muertes en los países de bajos ingresos en los que la disponibilidad de la vacuna era escasa o la atención sanitaria era bastante deficiente”.

Así, confirmaban los investigadores, antes de la aparición de Ómicron, “había una falta de percepción del riesgo que podía implicar la infección en niños y adolescentes”, algo que, por cierto, se sumó a la preocupación por la seguridad de la vacuna de muchos padres, llegando a no vacunar a sus hijos. En España, las tasas de la primera dosis fueron altas, pero no así de las siguientes o a nivel mundial, cuya implementación fue muy lenta, sobre todo, en los niños menores de 12 años.

Los investigadores se deciden a estudiar su incidencia en niños y adolescentes, ¿cómo lo hacen?

El equipo de investigadores, para averiguar cuántos niños habrían sido afectados por este virus, hicieron una revisión sistémica de estudios, buscando evaluar la seroprevalencia (pruebas en sangre) y los factores determinantes del coronavirus en niños de todo el mundo. ¿Cómo lo hicieron?

Su objetivo, según explican los expertos, “era aportar una serie de estimaciones de la proporción de niños con anticuerpos detectables en sangre e identificar las fuentes de heterogeneidad en la seroprevalencia del coronavirus SARS-CoV-2 en niños a lo largo de diversas regiones del mundo, en total, 70 países diferentes”. Con estos datos, a través de una revisión sistemática y un metaanálisis con multitud de búsquedas en bases de datos científicos internacionales (casi 250 estudios) desde el 1 de diciembre de 2019 hasta el 10 de julio de 2022.

Con los datos en la mano, vieron cómo la seroprevalencia en niños y adolescentes se incrementaba, entre estas fechas, variaron del 7,3% en lo que consideramos la primera ola de la pandemia, hasta el 37,6% en la quinta ola y el 56,6% en la sexta ola. Unas estimaciones que eran más altas en los adolescentes que vivían en países con menos recursos y en los de origen étnico minoritario. Además, con estos datos, los investigadores revelaron que, al menos, el 50-70% de los niños de todo el mundo seguían siendo susceptibles al coronavirus a mediados del año pasado.

La importancia de la vacunación de niños y adolescentes

Según los datos publicados, lo que está claro es que las vacunas son eficaces, pues las menores prevalencias se han encontrado en los países desarrollados y con un mejor acceso a ellas. Por ello, los investigadores destacan la necesidad de “desarrollar una nueva generación de vacunas que sea eficaz contra toda la gama de variantes que se pueda y que  la cobertura de niños y adolescentes sea una prioridad , en particular, en aquellos ambientes más desfavorecidos”. De hecho, para ellos, “los niños siguen siendo el grupo más numeroso sin vacunar en todo el mundo”. Este es el principal motivo por el que su incidencia es ahora mayor en este colectivo.

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