La infertilidad, aunque todos sabemos lo que es, hoy en día, es un tema que apenas se reconoce. No es como otras enfermedades o patologías, de las que se habla abiertamente, sino que las personas que se someten a un tratamiento de reproducción asistida, a veces, sienten vergüenza de hablar de ello y no se lo comunican, ni siquiera, a las personas que tienen más cerca. Lo que nos lleva a realizarnos la siguiente pregunta: ¿es la infertilidad un tema tabú en nuestra sociedad?
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La respuesta parece ser rotunda y afirmativa. Así lo considera la última Encuesta Merck: Fertilidad en España. Deseos y Realidad, una iniciativa de la compañía de ciencia y tecnología Merck, en la que han participado 1.500 mujeres de entre 20 y 45 años de toda España, y que asegura que “cerca del 80% de las españolas de esta franja de edad considera que existen tabúes alrededor de la infertilidad”.
A pesar de que alrededor de 800.000 parejas (una de cada seis en edad reproductiva, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF)) tienen problemas de fertilidad en nuestro país, la encuesta pone de manifiesto que la infertilidad es algo difícil de asumir y de explicar para quienes la sufren. Los motivos principales son, de mayor a menor:
- La vergüenza.
- La presión social.
- El fracaso que supone a nivel personal.
Así, la Dra. Elisa Gil Arribas, ginecóloga experta en medicina reproductiva y secretaria de la SEF, asegura que, “aunque la infertilidad o esterilidad es una enfermedad como otra cualquiera, la estigmatización es un hecho, pues muchas veces se confunde la fertilidad con la virilidad del varón, o las mujeres perciben la esterilidad como un fracaso a nivel personal, una pérdida de control”. Todos estos sentimientos, nos dice, “erróneos”, nos llevan a considerar y confirmar que “la infertilidad es un tema tabú que debe ocultarse”. Un ocultamiento que, sin duda, hace aún más dura la situación.
Los tratamientos de fertilidad, ocultos en el entorno laboral
Casi el 50% de las mujeres preguntadas en el estudio del que hemos hablado, asegura no hablar con su entorno sobre sus expectativas de maternidad, problemas de fertilidad o la posibilidad de recurrir a tratamientos de reproducción asistida. Un silencio que se incrementa cuando las mujeres superan los 40 años y que aparece, sobre todo, en el entorno laboral.
Así, el 91% de las españolas en edad fértil sí estarían dispuestas a hablar sobre ello con sus familias, un porcentaje algo más pequeño lo compartiría con sus amigos, pero no lo harían con sus compañeros de trabajo, donde el porcentaje cae al 30% de ellas. Sobre todo, las más jóvenes. Y todo ello cuando hablamos de que ocho de cada diez mujeres españolas en edad fértil sin hijos estarían dispuestas a recurrir a un tratamiento de fertilidad si no pudieran concebir de forma natural. ¿Cuál es o son los motivos de este secretismo?
El principal motivo por el que las mujeres no comparten que se están sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida, nos comenta Raquel Urteaga, responsable de la Unidad de Psicología de la Clínica Tambre, “es el miedo a las posibles consecuencias”. Esto es porque, durante el proceso, es necesario acudir a revisiones ginecológicas periódicas, teniendo que faltar al trabajo y pidiendo permisos. La mujeres, en este caso, “teme que, si se sabe, tal vez le pueda acarrear problemas laborales”. El mismo problema que otras muchas mujeres señalan como el motivo a no comentar su maternidad hasta el final.
Consecuencias de ocultar un tratamiento de fertilidad
Este secretismo, sin duda, juega en contra de las personas que se están sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida. Así lo confirma Raquel Urteaga, que nos dice que “toda persona que está intentando tener un bebé y no lo consigue, lo primero que necesita es ser escuchada”. Sin embargo, se encierran en sí mismas.
Es muy común el aislamiento social y personal. Las parejas llegan a dejar de quedar con sus amigos por la dificultad de asumir el problema, porque hacerlo les llena de culpa, de vergüenza y tienen un fuerte sentimiento de injusticia. Unas reacciones que pueden tener consecuencias negativas en el propio tratamiento. Está claro que contarlo o no es una decisión totalmente personal, pero llevarlo en secreto podría aumentar ese aislamiento social, la sensación de soledad que ya de por sí se tiene y la ansiedad depresiva que conlleva el diagnóstico de esterilidad. Ahora bien, también es cierto, nos dice Raquel Urteaga, que “cada persona es un mundo, con lo que mejor consejo es una escucha activa, empatía y mucho apoyo”.
¿Podría estar cambiando la percepción de la infertilidad en España?
Ante esta situación, también es verdad que, poco a poco, se está mejorando la situación, sobre todo, gracias a las mujeres y hombres que han pasado por esta situación y que han tomado la situación de hacerse escuchar. De esta forma, se les envía un mensaje a las mujeres de que no pasa nada, que ellas también lo pasaron mal, que es una etapa y experiencia más y que esto, sin duda, les hará más felices y fuertes.
Aún a pesar de este viento de cambio, nos queda mucho camino por delante. La infertilidad, desafortunadamente, sigue siendo tema tabú y hay que seguir trabajando por normalizar la situación. Para ello:
- Los que se someten a un tratamiento de fertilidad deben contarlo y compartir su experiencia.
- Debemos entender como sociedad que no es algo negativo.
- Saber que alrededor de una décima parte de la población tiene dificultades para concebir y que, además, estas cifras van en aumento, en parte, por la edad en la que las mujeres deciden ser madres.
De esta forma, las personas que pasan por esto pueden ser un gran ejemplo para el resto de la sociedad, no hacen más que luchar por conseguir un sueño.