Descubre cómo adaptar tu casa a la llegada de un bebé

La primera recomendación que realiza la experta es realizar una lista con todas aquellas acciones que van a tener lugar y después pensar en qué mobiliario necesitaremos para ellas: “Por ejemplo: dormir, alimentarse, cambiarse, bañarse, jugar… y para ello necesitamos, una cuna, una mecedora, un cambiador, un armario… De esta forma, evitaremos comprar más cosas de las que realmente vamos a necesitar”, aconseja.

Una de las cosas que sin duda entra en la lista de cualquier mamá, sobre todo, primeriza, es la compra de los muebles necesarios para el bebé, o aquellos imprescindibles para su cuidado y bienestar diario.

Esto hace especial ilusión, pero claro, ¿cómo organizar el espacio destinado al bebé con todo aquello que necesitamos? “A la hora de distribuir el mobiliario por la habitación del bebé es fundamental que tengamos en cuenta que debe ser un espacio muy funcional y cómodo, que nos ahorre tiempo y energía, que son las dos cosas que más vamos a necesitar”, nos dice.“Con frecuencia, suelo detectar en mis clientas un error muy habitual que es distribuir la habitación en base a la estética y no a la funcionalidad. Por ejemplo, colocando el armario en la zona contraria al cambiador o la mecedora alejada de la cuna. Debemos evitar los recorridos cruzados y hacernos la vida más fácil, distribuyendo el mobiliario en un recorrido circular y cercano”, añade.

Puede que hayas decorado con toda la ilusión del mundo tu hogar y que ahora, la llegada de tu bebé trastoque algunas de las cosas que habías planeado u organizado en la decoración de tu casa, sin saber que después quizás no sería práctico en tu nueva vida como mamá.

Abraza el cambio ya que, “una de las ideas fundamentales en las que siempre insisto es que debemos entender nuestra casa como un entorno dinámico y flexible que se adapta a nuestra evolución personal y cambios de vida. En el caso de un adulto es importante, pero cuando hablamos de niños lo es aún más, ya que experimentan una gran evolución en muy poco tiempo”, dice la experta.

Por tanto, debes tener muy en cuenta que tu peque será bebé recién nacido muy pocos meses y que este irá evolucionando y necesitará un espacio adaptado a sus necesidades. “Los niños construyen su realidad a través del espacio construido, y se relacionan con él mediante su cuerpo. Además, aprenden a través del espacio. Por ello, es importante comprender cómo evoluciona su cuerpo, su cerebro y su sistema nervioso, para saber cómo adaptar nuestra casa a esa evolución”, asegura.

Para que te hagas una idea de cómo el pequeño va a ir cambiando y va a ir necesitando distintos estímulos según su edad. “Los bebés entre 3 meses y 3 años, están aprendiendo a controlar su cuerpo, y su motor de aprendizaje es la interacción con el entorno. Durante esta etapa, el desarrollo motriz, tanto fino como grueso, es lo más relevante, por lo que debemos adaptar el espacio para que puedan moverse libremente y disfrutar de amplias zonas de suelo. Para garantizar su seguridad, es importante que tomemos medidas de precaución en escaleras, enchufes, etc”, advierte.

“Entre los 3 y los 5 años, su fuente de aprendizaje es el juego. Es la etapa en la que desarrollan una mayor imaginación ya que el nivel de mielina de sus neuronas es muy superior a lo normal y esto provoca que la velocidad de sus impulsos nerviosos sea muy rápida. Para compensar, debemos crear para ellos atmósferas tranquilas, con elementos limitados que no los hiperestimulen”, explica la experta. Así que estate preparada para el cambio y, sobre todo, prevenida. Esta será la clave para que no cueste realizar dichos cambios.

A partir de los 6 años y hasta la adolescencia, el niño busca otros objetivos, tiene otras prioridades y gustos. “Cuerpo y mente comienzan a integrarse. Esta etapa es especialmente importante ya que comenzamos a generar nuestros primeros recuerdos y desarrollamos el concepto de hogar que tendremos de adultos. Durante esta etapa el niño gana en autonomía, y son especialmente importantes los espacios flexibles, con mobiliario a su escala, donde puedan tener una conexión visual tanto con el exterior, como con su familia. Es importante que sientan que son parte de un conjunto”, recomienda la experta.

La habitación del bebé, así como el resto de la casa deben ser espacios seguros en los que se prioricen los materiales naturales como “la madera, el lino, el algodón…”, recomienda la arquitecta. Y esto tiene un sentido y motivo muy importante, y es que “ayudarán al bebé a conservar su salud, puesto que el organismo de un recién nacido es muy sensible a los materiales sintéticos, ya que suelen contener disolventes y ser más propensos a la acumulación de ácaros”.

Por otra parte, la experta también nos recuerda que el bebé tiene un sistema perceptivo todavía inmaduro durante sus primeros meses de vida con recursos sensoriales muy limitados. “Durante esta etapa, sus sentidos predominantes son el gusto, el olfato y el tacto, por ello, debemos elegir materiales que potencien el contacto, la piel y la temperatura”. Asimismo, apuesta por los textiles cálidos entonces como el terciopelo, muselinas de algodón, blanditas… y olvídate de materiales fríos como el plástico o el metal.

• Por supuesto, la economía no está ni para cambiarte de casa o para hacer una reforma cuando te quedas embarazada. Lo que pretendemos es darte una serie de consejos que te pueden servir de mucha utilidad a la hora de adaptar tu hogar a la llegada de un bebé. “Podemos realizar otro tipo de acciones que nos ayuden a preparar la casa sin embarcarnos en grandes desembolsos económicos”, asegura la arquitecta, y para ello nos da una serie de consejos.
• En primer lugar, piensa en las necesidades de toda la familia. Tendemos a enfocarnos únicamente en la llegada del nuevo miembro, pero no debemos olvidarnos del resto de la familia, y mucho menos de ti. Piensa en aquellas nuevas necesidades que surgirán y adapta tu casa a ellas.
• En segundo lugar, crea espacio para lo nuevo. La llegada de un bebé es una oportunidad estupenda para organizar la casa y deshacerte de todo aquello que ya no te resulte útil, ni consideres estéticamente bello.
• En tercer lugar, crea espacios pensando en las emociones que tendrás con la llegada del bebé. Si ya sabes que el estrés y el cansancio se apoderarán de ti, diseña espacios que potencien la calma y la relajación. Trabaja los colores neutros, los materiales naturales y las luces cálidas.
• Y, por último, haz que tu casa hable de ti y de tu familia para que el bebé perciba vuestra presencia en el entorno construido. Lleva tu interior al interior de tu hogar para convertirlo en un entorno lleno de amor, bienestar y felicidad.