Si decimos que la mujer se ha visto obligada a retrasar la maternidad por diversos motivos sociales no es nada nuevo. Pero es que, si nos atenemos a las cifras recientemente publicadas, esta problemática sigue estando más vigente que nunca. Desde Ginefiv nos cuentan que “el índice de natalidad en España se encuentra en su cuarto año consecutivo en mínimos históricos, con menos de 361.000 nacimientos anuales, según datos del INE. Y que el 42% de las mujeres residentes en España que tienen edades comprendidas entre los 18 y los 55 años han tenido su primer hijo 5,2 años más tarde de lo que consideraban ideal de media”.
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¿Qué podemos hacer ante tal panorama? ¿Cómo podemos revertir las cifras? ¿Qué soluciones se plantean actualmente?
¿Cuáles son los motivos principales por los que se dan estas cifras?
El contexto social a distintos niveles, podríamos decir que es el ‘culpable’ de estos datos y es que, tal y como nos cuenta el Dr. Joaquín LLácer, Director Médico de las Clínicas Ginefiv, según su VII estudio “Conocimientos y hábitos de la fertilidad de las mujeres”, realizado tras la pandemia de la COVID-19, las razones principales por los que las mujeres retrasan su maternidad son: “El 56% de las mujeres cree que tendrá menos hijos de los que desearía por motivos laborales. Pero, además, este mismo porcentaje de mujeres afirma que le gustaría tener un hijo antes de los 30 años si su situación sociolaboral fuese buena y estuviese garantizada. Por tanto, la flexibilidad y estabilidad en el ámbito profesional es una cuestión a tener en cuenta para fomentar la natalidad en nuestro país”.
El estilo de vida actual constituye también otro factor importante a la hora de postergar la maternidad. “Aspectos positivos como la igualdad en el acceso al trabajo o el derecho a decidir sobre su propio cuerpo han favorecido que las mujeres decidan retrasar el momento de ser madres. Esto implica que la edad a la que se tiene el primer hijo es mayor y, en consecuencia, puede acarrear más dificultades para lograr un embarazo espontáneo”, advierte el doctor. Mientras que, otros motivos importantes por los que las mujeres deciden retrasar su deseo de ser madres, según el mismo estudio, son los siguientes: “Un 36% no puede permitírselo económicamente, un 11% tendría que reducir su jornada laboral, para un 9% supondría mucho sacrificio; y para el 19% incide el hecho de no tener pareja y no sentirse capaz de cuidar y criar a un hijo sin el apoyo de otro progenitor”, revela el Dr. Llácer.
¿Qué es el ‘invierno demográfico’?
Como decíamos, las cifras del índice de natalidad en nuestro país cada vez son más ‘negras’, fenómeno que los expertos denominan como el ‘invierno demográfico’. Esto es así debido a que, hemos alcanzado el cuarto año consecutivo registrando mínimos históricos en lo que respecta a la natalidad, según el INE. “Desde 2019 la cifra anual de nacimientos totales se mantiene por debajo de los 361.000 alumbramientos en nuestro país. Sin embargo, podemos hablar de una tendencia generalizada al decrecimiento de la natalidad en Europa. Si bien es cierto que actualmente las españolas tienen 1,3 hijos por mujer de media, cifra que se encuentra por debajo de la tasa ideal de reemplazo generacional, que se encontraría en 2,1 hijos por mujer; mientras que el promedio de partos en Europa se sitúa en torno al 1,55”, explica el Dr. LLácer.
Asimismo, también cabe mencionar que España es considerado el segundo país de Europa en el que las mujeres tardan más en tener su primer hijo, cuando “la media de edad de las madres primerizas se encuentra en los 31,1 años, según los datos de Eurostat”, añade el doctor.
¿Qué soluciones proponer ante tal panorama?
El doctor propone una planificación anticipada de la maternidad para que las mujeres puedan tener en cuenta todas las variables que influyen a la hora de ser madres. Además de dar la importancia que requiere a la concienciación sobre hábitos de vida saludables, y “dar a conocer cómo se estudia la fertilidad de las mujeres y cuáles son los problemas que pueden diagnosticarse, puesto que son herramientas útiles para que puedan tomar decisiones informadas a tiempo”, advierte el doctor.
Cabe mencionar que el 10% de los bebés que nacen en la actualidad en España son concebidos mediante técnicas de reproducción asistida y son técnicas como “la inseminación artificial o fecundación in vitro (FIV), son las que continúan siendo las más demandadas por los pacientes”, revela el doctor.
Sin embargo, el ginecólogo apuesta, sobre todo, “por las técnicas de preservación de la fertilidad, que son las que van a mejorar el pronóstico para la mujer, el hombre, o la pareja, si se encuentran con dificultades reproductivas en el futuro. Entre ellas, la vitrificación de ovocitos es una técnica de criopreservación ultrarrápida para preservar la calidad y cantidad ovocitaria que no requiere ingreso hospitalario y que dura unos 10 minutos tras la preparación hormonal correspondiente”, nos explica.
Mientras que, por otro lado, también existe la posibilidad de la congelación de semen que “sirve para guardar los espermatozoides en bancos de nitrógeno líquido a través de la introducción de la muestra en unos criotubos en combinación con un crioprotector químico que protege las membranas de los espermatozoides del hielo producido en la cristalización”, finaliza.