Comenzamos tranquilizando a todas las embarazadas a las que les ocurra esto en este momento asegurando que, el herpes labial durante el embarazo no supone ningún peligro ni tiene ningún impacto en el desarrollo ni en el crecimiento del bebé. Lo que sí puede suceder es que sea más molesto y su frecuencia de aparición aumente durante el estado de gestación.
“El herpes labial es una infección producida por el virus del herpes simplex tipo 1, mientras que, por su parte, el virus del herpes simplex tipo 2 es el característico del herpes genital. Pero el tipo 1, puede también puede afectar a los genitales dando lugar a un herpes genital, y esto implica un riesgo mayor para el bebé. Habitualmente el herpes labial no suele implicar ningún riesgo para la madre ni el bebé durante el embarazo. En cambio, tras el embarazo sí que hay que tener especial precaución con una adecuada higiene para evitar transmisión al recién nacido. El riesgo de herpes neonatal, una grave afección en el bebé, provocada por este virus, es mayor si se trata de herpes genital, hay lesiones activas en el momento del parto y si se trata de primera infección”, nos explica Miriam Al Adib, Ginecóloga y Obstetra.
Es un virus que podemos decir, no afecta intraútero porque no llega a atravesar la placenta, pero sí puede causar problemas en el momento del parto. Por ello, cuando debemos tener especial cuidado es después del nacimiento del bebé, sobre todo en su variante genital, ya que este virus suele permanecer latente y, en determinadas ocasiones, como puede ser una bajada de las defensas puede volver a provocar las mismas lesiones. Las formas más comunes de contagio son los besos, compartir utensilios de maquillaje, de comida… y el sexo oral.
¿Cuál es el tratamiento?
Según nos cuenta la ginecóloga, y tal como apuntábamos anteriormente, “una vez que has tenido el virus, este no desaparece. Es decir, no existe un tratamiento que elimine al virus para siempre. En momentos en los que baja la inmunidad puede activarse y producir lesiones en la piel y síntomas característicos. El tratamiento antiviral se utiliza para que los síntomas sean menos intensos y desaparezcan cuanto antes. Pero si no se pauta tratamiento alguno, también desaparecerá el brote. En caso de recurrir a tratamiento en el embarazo se recomiendan aquellos que se utilizan de forma tópica”.
¿Cómo suele ser la evolución natural de la enfermedad?
- En primer lugar, se siente un picazón o dolor en la zona de la lesión
- Al cabo de unas horas la infección permanece activa y brota alrededor del labio diminutas vesículas en forma de ramilletes.
- Tras unos 15 días la lesión va desapareciendo por sí sola.
¿Cómo afecta al bebé?
El herpes adquirido en el nacimiento o también llamado congénito, supone una enfermedad grave para el bebé, sobre todo, si la mamá lo desencadena a partir del tercer trimestre de embarazo, y más si este es genital, por su riesgo de contagio durante el parto. Entonces nos preguntamos, ¿cuáles son los posibles daños que puede causar al bebé?
- Una mayor predisposición al sangrado
- Lesiones cutáneas
- Trastornos neurológicos
- Daño hepático
- Dificultad respiratoria
¿Cómo prevenir el herpes?
“Una adecuada higiene evitando el contagio a través del contacto con personas afectadas, evitar el contagio al recién nacido, mantener buenos hábitos para un buen funcionamiento del sistema inmune… Y, en el caso de afectación en el embarazo , consultar con el especialista para valorar tu caso y ver qué tratamiento o tratamientos son los indicados”, recomienda la doctora.
Algunas de las pautas para su prevención más eficaces y recomendadas por los expertos, son:
- El lavado de manos adecuado y constante, ya que será la primera medida de prevención para evitar su contagio.
- Realizar controles mensuales
- Después del parto extremar las medidas de higiene con el bebé
- Si así lo indica el médico, se pueden tomar medicamentos a modo de medida preventiva en el último trimestre de embarazo.