Las manos del bebé y, en general, el sentido del tacto, es uno de sus principales contactos con el mundo exterior, sobre todo, durante sus primeras semanas de vida. Los recién nacidos no pueden hacer movimientos determinados con las manos, es algo que irán desarrollando y adquiriendo según vayan creciendo. Al principio, solo ejercerán presión palmar y la función principal de sus manitas será la de tocar a su mamá y papá para reconocerles.
“Los bebés usan constantemente sus manos desde el nacimiento... Tocan a su madre, tocan a sus familiares, las meten en la boca y saborean el líquido amniótico que para ellos es un sabor conocido... Cuando eres un recién llegado al mundo y muchos de tus sentidos están limitados, contar con el tacto es muy importante”, nos cuenta la matrona, Sara Caamaño (@mamaimatrona).
¿Por qué cuando el bebé nace se seca todo su cuerpo menos las manos?
Este es un dato curioso que quizás desconocías y es que, aunque lo más importante es que el pequeño haga el piel con piel con su madre, el motivo de secar su cuerpo es para que “no pierdan calor, ya que su regulación de la temperatura es muy inmadura (por eso necesitan el cuerpo de su madre para hacerlo); por este motivo, se secan las zonas con más superficie”, nos explica la matrona. Pero, además, nos cuenta que las manos se dejan sin secar “debido a que el líquido amniótico que queda en ellas estimula al bebé en la búsqueda del pecho”.
¿Por qué es tan importante el sentido del tacto para el bebé?
“Los bebés nacen con algunos de sus sentidos inmaduros, sin embargo, todos necesitamos los sentidos para relacionarnos, recibir información de nuestro entorno y poder responder a ella…”, explica la matrona. Por tanto, a medida que el bebé va creciendo sus manos irán evolucionando y cada vez les aportarán más información del mundo exterior. “Los bebés ven bastante mal, con lo cual el resto de sentidos tienen que compensarlo. Realmente no necesitan ver mejor porque somos mamíferos altriciales y llevadores, mantenemos a nuestras crías cerca y no necesitan vernos, necesitan sentirnos. Para eso, precisamente, es importante el tacto, para que puedan sentir y tocar recibiendo información del mundo que le rodea”, nos dice.
El uso de manoplas, ¿sí o no?
Sin duda, este es uno de los temas que más controversia genera entorno a las manos del recién nacido. Y es que, tradicionalmente, se ponían manoplas a los bebés en el momento de nacer para evitar que se arañen o dañen la cara, pero según nos cuenta la matrona, ella recomienda que “definitivamente no se usen, salvo que sean para salir a la calle si hace frío”.
Y nos pone el siguiente ejemplo: “Imagina que estás en una habitación, con los ojos vendados y hay varias personas, entre las que tienes que encontrar a tu madre. Lo primero que harías, sería guiarte por la sala tocando las paredes, usando el oído y cuando llegues a una de las personas de la habitación, tocarías su cara, su pelo... para saber si es tu madre. Ahora imagina hacer lo mismo, pero con unos guantes de boxeo. Sería muy difícil encontrar a esa persona si no puedes percibir el tacto y no le puedes preguntar dónde está”.
Cómo y cuándo cortarle las uñas
Otra de las cuestiones que más se repiten los papás es, ¿ cuándo puedo cortar las uñas a mi hijo recién nacido ? La matrona responde: “Las uñas se pueden cortar cuando quieras, si lo haces con cuidado y en recto siempre. Se puede usar una lima especial, cortauñas o una tijera específica para bebés, lo que prefieras. Yo recomiendo hacerlo cuando están dormidos para que sea más fácil pero cada familia tiene su técnica”.
Cómo evolucionan sus manos las primeras semanas de vida
“Las manos son una de sus herramientas para conocer el mundo”, asegura la matrona. Y es que, aunque el bebé tiene las manos cerradas casi todo el tiempo cuando nace, durante sus primeras semanas de vida sus movimientos van evolucionando llegando a mover los dedos a partir de la semana ocho.
El objetivo principal: conocer mundo
La rapidez con la que se desarrollan las manos durante los primeros meses de vida del bebé es increíble, ya que pasan de realizar una simple presión palmar cuando nacen, a tener una gran destreza con sus dedos, gracias a la psicomotricidad fina . Pero antes de llegar a ese punto, las manos del bebé van pasando por diferentes etapas evolutivas: “Alrededor de los 3 meses tienen una etapa en la que se introducen las manos en la boca constantemente, para luego pasar a chupar casi cualquier objeto, algo que no deja ser lo mismo: una forma de conocer el mundo a través de la boca y las manos”.
Coordinación boca-mano
Otro de los hitos más importantes del bebé es la coordinación de la boca con su mano, y justo ese momento será el ideal para empezar con la alimentación complementaria. Pero esto será solo una de las cosas que podrá comenzar a practicar ya que “a lo largo de nuestra vida las manos y el tacto son una fuente inagotable de información, de sensaciones... Por ello, la motricidad fina y gruesa que se desarrolla en los primeros años de vida es primordial”, indica la matrona.
Y, ¡seguimos evolucionando!
A partir de los 7 meses será cuando el bebé comience a tener más fuerza en sus manos y sus movimientos sean lo suficientemente precisos para agarrar objetivos, tirarlos de un lado a otro… También es capaz de sostener el biberón por sí solo o coger trozos de alimentos para llevárselos a la boca para comer.
Y, a partir de los 9 meses…
Y, a los 9 meses su evolución es todavía mayor ya que descubre que se puede divertir haciendo palmitas, hace el ademán de señalar con el dedo índice, un poquito más adelante comienza a usar el pulgar y el índice de forma coordinada para hacer la pinza y coger objetos con mayor precisión… ¡será todo un experto en el movimiento de las manos!