Un buen ambiente durante las etapas iniciales de un niño, tanto en casa como en la escuela, es fundamental. Durante los primeros años se produce el desarrollo de la personalidad de cada uno , de su manera de conocer y dialogar con unos mismo y con el mundo, de aprender cómo lidiar con las emociones y, por tanto, también a relacionarse con los demás . Sí, muchas tareas por delante que se hacen apenas con unos meses u años de edad y que necesitan las mejores condiciones posibles. Estas condiciones implican tranquilidad, pero también un ambiente positivo y feliz en el que crecer.
Sin embargo, no todos los niños tienen la suerte de contar con algo así, pues los comportamientos tóxicos, los maltratos físicos o los verbales son más habituales de lo que nos pensamos y, en muchos casos, generan traumas en la infancia que, sin duda, se arrastran durante toda la vida. Y no, no hace falta llegar a dar un manotazo o un azote para crear estos traumas. Por ello, para ser conscientes de su importancia, hemos querido hablar con Laura Blázquez, psicóloga deMundoPsicologos.com, quien nos explica lo que es realmente un trauma infantil, cómo se generan y qué consecuencias tiene, además de darnos consejos para no acabar llegando a este extremo.
¿A qué llamamos trauma infantil?
Un trauma infantil, a grandes rasgos, es una situación que genera dolor y angustia a un niño y que surge a partir de un suceso concreto que se vive en la niñez. Esta situación, que suele alargarse en el tiempo, tiene consecuencias negativas, no solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico y pueden llegar hasta la vida adulta. De hecho, en muchos casos, el origen de las alteraciones en la conducta se encuentran en las experiencias traumáticas vividas en la infancia. Así, “muchas de las personas que acuden a terapia tienen su origen en un trauma infantil no superado”. Entre sus causas más comunes, podemos advertir:
- Presenciar accidentes o la muerte de un ser querido .
- Ser víctimas de bullying o cualquier tipo de acoso, así como de abuso emocional o físico, como abusos sexuales.
- Crecer en contextos problemáticos o presentar situaciones relacionadas con la violencia, las drogas o los malos tratos.
- El divorcio de sus progenitores .
- Desarrollarse en entornos de riesgo o exclusión social.
- Sufrir alguna condición médica grave y repentina.
Vivir una experiencia traumática como las que citamos, nos dice la experta, “se define como aquella situación en la que la persona siente que su vida o parte de su integridad física está amenazada, con fuertes sentimientos de temor que no desaparecen”. Este tipo de experiencias que hemos citado lo hacen y dejan secuelas “en la organización de los circuitos neuronales del cerebro, manifestándose en trastornos mentales graves, psicóticos, de ansiedad, alimentarios, de depresión o consumo de sustancias, entre otras consecuencias”.
Por todo esto, la atención psicológica en niños es imprescindible para detectar este tipo de alteraciones que, si se obvian, pueden derivar en una serie de problemas o trastornos que acabarán repercutiendo, sobre todo, en las relaciones con los demás.
El buen ambiente en la niñez, primer paso para un desarrollo feliz
Desde el nacimiento, nos dice la experta, “los niños son una tabla en blanco, todo lo que en su entorno va ocurriendo va modelando su carácter”. Por ello, una correcta atención y estimulación es primordial para su correcto desarrollo y, en ello, tienen un papel fundamental los padres, “que son el lugar seguro al que los niños van a acudir mientras van descubriendo el mundo”.
Así, los niños deben sentirse queridos y valorados para que puedan explorar, conocer el mundo y relacionarse con los otros bajo la tranquilidad de sentir que la persona con quien se ha vinculado va a estar allí para protegerlo. Cuando esto no ocurre, nos advierte la psicóloga, “los miedos e inseguridades influyen en la forma en la que en el futuro van a interpretar el mundo y sus relaciones”. Esto ocurre porque el niño, que no confía en sus cuidadores, tendrá una constante sensación de inseguridad o falta de confianza en su figura vincular, con emociones frecuentes de miedo y angustia.
Si vamos un poco más allá, atendiendo a las causas anteriormente mencionadas, en caso de maltrato infantil “se puede trastocar incluso el proceso de neurodesarrollo condicionando una maduración cerebral del menor caracterizado por problemas de atención, memoria, lenguaje y desarrollo intelectual, además de fracaso escolar”, nos comenta la psicóloga.
Consejos para fomentar un ambiente tranquilo y feliz
Para evitar la creación de este tipo de traumas en el niño y en el adulto de futuro, la psicóloga nos explica la importancia de una buena comunicación, de la creación de un ambiente seguro, de compartir tiempo de calidad y aprender a manejar las emociones desde pequeños. Para ello:
- Hay que generar un espacio seguro donde los niños puedan comenzar a desarrollar su identidad. Debe haber contacto físico y emocional, con muestras de afecto.
- Conseguir una buena comunicación, junto con el contacto físico, es importante para el correcto desarrollo emocional.
- Enseñar lo que son las emociones, validarlas y compartirlas abiertamente.
- Tener tiempo de calidad con los hijos, invirtiendo en vuestro vínculo afectivo.
- Jugar con los niños para enseñarles las diferentes situaciones de la vida y que puedan desarrollar su madurez emocional.