A partir del pasado 1 de diciembre, los anuncios de juguetes que se publiciten en cualquier medio, no solo en televisión, no pueden asociar a las niñas, por ejemplo, con el trabajo doméstico o proyectar de ellas una imagen sexualizada. A nivel general, tanto para niños como para niñas, la publicidad tampoco puede asociar a unos o a otros con roles de géneros . Así lo contempla el Código Deontológico sobre Publicidad no Sexista de Juguetes firmado por el Ministerio de Consumo y la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) que entró en vigor en dicha fecha y que sustituye al que ya existía en 2005. Así, con este acuerdo entre el Gobierno y el sector publicitario y juguetero, los anuncios no podrán utilizar de forma discriminatoria o vejatoria la imagen de las niñas en los anuncios dirigidos a menores de 15 años, con especial atención a la franja de 0 a 7 años por su mayor vulnerabilidad.
El objetivo de esta nueva normativa es que los anuncios de juguetes sean más igualitarios, veraces y constructivos, aspectos fundamentales para la protección y desarrollo de la infancia. Para ello, sus 65 normas deontológicas deben respetarse y, entre ellas:
- Se debe evitar asociar a las niñas con actividades relacionadas con el cuidado, trabajo doméstico o belleza.
- Los niños no pueden ser exclusivamente asociados con la acción, la actividad física o la tecnología.
Una normativa que nos lleva a preguntarnos si durante todos estos años e, incluso, en la actualidad, ¿los juguetes tienen sexo? Sergi Fàbregues Feijóo, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) responde a esta pregunta. Y es que, según algunos estudios realizados por el Instituto Vasco de la Mujer Emakunde , durante la campaña publicitaria del año pasado, en el 46% de los anuncios dirigidos a niñas se detectaron los siguientes arquetipos: la palabra fashion, coqueta, princesita y cuidadora, mientras que en un 43% de los anuncios dirigidos a niños se expusieron los siguientes estereotipos: héroe, guerrero y aventurero.
Por qué es tan importante el sexo de los juguetes
Antes de saber si un juguete tiene o no sexo, lo importante es saber por qué nos debe preocupar esta cuestión. Y la respuesta, nos dice el experto, es que “los juguetes tienen un papel fundamental en la construcción de la identidad de género de las personas y en la creación del universo simbólico que van creando los más pequeños”. Así, un juguete o el juego que con él se desarrolla ayuda a los niños “a la interiorización de muchos valores que definirán su identidad de género y construirán las expectativas, adquiriendo los hábitos, modelos e imágenes del mundo”, nos dice.
De esta forma, si tenemos en cuenta que los anuncios publicitarios dirigidos a niños se relacionan con el poder o la fuerza y los dirigidos a niñas con el cuidado, la empatía y la belleza física, estaremos contribuyendo a que ellos construyan un mundo con estos modelos y valores. Unos valores, nos alerta el experto, “que van a reproducir la división sexual del trabajo, mantener la visión patriarcal de la vinculación de ciertas habilidades tipificadas como femeninas con determinados trabajos y viceversa”.
¿Realmente tienen sexo los juguetes?
Esta es una pregunta que debe ser bien formulada, puesto que la realidad es que los juguetes no tienen sexo. Es decir, “el problema no es tanto los juguetes en sí, que no son per sé femeninos o masculinos, sino la orientación sexual con la que nosotros o la sociedad los promociona, dándoles un uso exclusivo para niños o para niñas”. Es ahí donde reside el problema y, por ello, los pasos que, por ejemplo, ha comenzado a dar el Gobierno. No podemos considerar innato, nos explica, “algo que en realidad es la construcción de una sociedad y una cultura”. Desde siempre se nos ha dicho que las muñecas son para las niñas y los coches para los niños, pero esto es algo que el colectivo decidió y es lo que arrastramos.
La primera infancia marca las aspiraciones en la vida adulta
La construcción de la identidad de género, nos dice el experto, que se produce “durante la socialización primaria, es decir, durante la infancia, la familia y la escuela, junto a los roles tradicionales que arrastramos y las expectativas o profesiones de la vida adulta nos acaban marcando irremediablemente”. Por ello, la primera infancia es una franja de edad bastante delicada, de ahí que la normativa haga especial hincapié entre los 0 y los 7 años. Y es que, nos dice, lo que los más pequeños ven, con lo que juegan “determina en cierta medida las aspiraciones que tendrán los más pequeños en la vida adulta”. De ahí la importancia de saber escoger bien los juguetes y de ser conscientes de los valores sexistas que llevan implícitos.
¿Cómo escogemos bien un juguete?
Si eres padres o madre, tienes que hacer un regalo a un niño o niña y quieres, además de acertar, intentar evitar estos roles que la sociedad nos ha venido imponiendo, en primer lugar, ten en cuenta que, aunque no te lo creas, “estás construyendo, a partir del juego simbólico que les ofrecemos a los pequeños, el mundo de mañana”. Por ello, además de tener en cuenta sus gustos y preferencias, intenta luchar contra los estereotipos y no limites tus opciones por el hecho de si es una niña o un niño a quien tienes que regalar, “limita el juego de los pequeños y, por ende, se limita también su desarrollo y su potencial”. Para ello, algunos consejos que nos da el experto son los siguientes:
- Evitar, en la medida de lo posible, visiones sexistas. No hay trabajos para mujeres y trabajos para hombres, de igual manera que no hay unos juguetes para ellos y otros para ellas.
- Dar ejemplo en casa durante el juego, las tareas del hogar o simplemente ofreciéndoles modelos de todo tipo: mujeres científicas, hombres que cuidan del hogar.
- Contar con juguetes, nos dice el experto, que se consideran “de carácter neutro”, como son las bicicletas, los cuentos, los juegos de mesa o los juegos de ciencia.
- A pesar de la reciente normativa, intentar evitar la sobreexposición a la publicidad televisiva o de catálogos de juguetes.
- Leer la carta a los Reyes Magos en familia, reflexionando sobre las preferencias a la hora de escoger los juguetes, adaptando siempre las elecciones a su edad.
- Muy importante, nos dice, “potenciar la cooperación y el trabajo en equipo con los juegos elegidos o con la mayoría de ellos”.