Existe una frase hecha que dice ‘vivir la Navidad como un niño’ y es que, en realidad, quiénes de verdad disfrutan de estas fechas son los peques. Uno de los grandes motivos son los regalos, pero también todo lo que estas fiestas conllevan: la decoración propia de esta época del año, montar el árbol de Navidad, ver películas y leer cuentos de temática navideña, patinar sobre hielo, ir a ver a Papá Noel o a los Reyes Magos entre otras muchas actividades que son súper divertidas para ellos .
En realidad, es un momento en el que “todo invita a ser felices y, por esta razón, ¿por qué debemos arrebatarles la felicidad a los niños? Sé que hay personas que no sienten esas ganas de disfrutar y eso está bien, sin embargo, la forma en la que lo puede vivir un adulto nunca será igual a cómo lo vive un niño. Por ese motivo, aunque como adultos decidamos no emocionarnos con estas fechas, hay que recordar que la Navidad es una época emocionante para los niños y considero que hay que brindarles la oportunidad de vivirlo lo más feliz posible”, sugiere Paulina Castillo, educadora en Disciplina Positiva en la familia, aula y primera infancia; facilitadora de talleres, charlas y asesorías en crianza respetuosa (@crianza.respetuosa).
¿Qué sentimiento aflora la Navidad en los peques?
Más allá de la ilusión y el asombro por todo aquello que reciben, la Navidad también es una época en la que todos estamos más predispuestos a ser ‘mejores personas’, somos más solidarios, más empáticos con los otros, generosos… Son unas fechas de reencuentros, de comidas y cenas en familia, las cuales permiten que los lazos de unión se fortifiquen y, por supuesto, de felicitaciones a través de tarjetas navideñas y expresar buenos deseos a nuestros seres queridos.
Es una época de dar y de recibir, y todo ello se vive mucho más intensamente en la infancia. “Para los niños la Navidad les llena de felicidad porque trae amor, alegría.... ¡Todo lo que ven a su alrededor es mágico! Desde escuchar las historias de Santa o del Niño Jesús y de los Reyes Magos… a aprender y cantar diferentes villancicos, ver las películas de la época navideña, o, por ejemplo, los juegos que se hacen ahora con el famoso Elfo de la Navidad, que hace trastadas en casa hasta el día 25 de diciembre. Todo ese ambiente que se genera en esta temporada es lo que permite que los niños sean más felices. ¡Eso sí!, siempre y cuando todo esté bien manejado, porque puede ocurrir todo lo contrario, es decir, si tratamos de manipular su comportamiento o sus conductas con todo lo que he nombrado, entonces los sentimientos serán otros muy distintos: rechazo, angustia, estrés, molestia, incomodidad”, advierte la educadora.
Por tanto, hay que aprovechar estos días para intentar mostrarles todas aquellas cosas que queramos que aprendan desde la perspectiva del amor, la inocencia, la ilusión y la compasión. “Creo que esta es una de las mejores épocas para enseñar a los niños sobre el respeto, porque cada familia tiene sus costumbres y tradiciones. Asimismo, mostrarles que se trata de una época de reunión familiar y que los lazos entre ellos se afianzan y se fortalecen. También es la oportunidad de conocer que, aunque todo a nuestro alrededor es fiesta, también hay otras personas que difícilmente puedan festejarlo. La Navidad para muchos significa unión familiar y para otros todo lo contrario. Por otra parte, podemos enseñar que es un momento de compartir y de dar, que no solamente estamos para recibir”, aconseja la educadora.
Cómo mantener la ilusión en los peques (no solo por los regalos)
Como decíamos no todo el mundo vive estas fechas de igual manera por ello, a quien estos días les cause tristeza, ansiedad, soledad … también debemos respetarlo.
Pero, lo que sí podemos hacer como padres es darle la oportunidad a nuestros peques de que durante su infancia vivan la Navidad como unas fechas felices y para eso, “lo más importante es vivirla junto a ellos, es decir, involucrarlos con la decoración del arbolito y de toda la casa, de crear un cuento que genere interés sobre la época, compartir con ellos nuestras historias de Navidad vividas en la infancia, tratar de manejar con sutileza sus creencias y conservar sus fantasías relacionadas a la época navideña y sus personajes”, señala la experta en disciplina positiva.
Y, por supuesto, debemos ser responsables como padres para saber transmitir a los peques que los regalos no lo son todo en estos días. Para ello, una buena forma de no inculcarles la avaricia es llevar a cabo ‘la regla de los 4 regalos’, es decir, hacerles un regalo que necesiten, uno que hayan pedido o deseen mucho, uno que puedan llevar como prendas, accesorios… y otro vinculado con la lectura. “A mí me encanta esa regla, pero la verdad es que esa es decisión de cada familia y es respetable como deseen manejar ese tema. Sin embargo, puedo decir que ese método permite poner el foco con lo que en realidad es suficiente para el niño y ayuda a poner límites desde el presupuesto hasta en lo verdaderamente necesario”, indica.
Mientas que, en el lado opuesto, encontraríamos el llamado síndrome del niño hiperregalado, es decir, aquel que recibe un gran número de regalos por Navidad. Pero, por supuesto, como todo en la vida, esto también tiene sus matices, según nos cuenta la educadora, habría que “determinar si se le dice debido a que recibe muchos regalos en Navidad o porque constantemente está recibiendo obsequios, ya que, para mí, son dos cosas diferentes. Este término ha estado sonando mucho últimamente, y en realidad, los responsables de esto son los adultos que compran y dan todo lo que piden a los niños. La responsabilidad del adulto está en elegir, pensar y decidir qué dar a los niños”.
En cualquier caso, si adaptamos ese término a todo el año, estamos hablando en general de un niño hiperregalado, que ahí es donde francamente está el problema, ya que, según nos traslada la experta: “Un niño hiperregalado crecerá pensando que se merece todo lo que pide, tendrá dificultades para manejar la frustración, se le hará difícil tomar buenas decisiones y muy probablemente, creerá que el mundo se puede manejar con regalos. Por ello, es importante evitar obsequiar constantemente”.