“La respiración oral o bucal hace referencia al hábito de respirar por la boca. El patrón de respiración normal se realiza a través de la nariz, aunque algunos niños mantienen la boca abierta de manera constante ya que respiran por ella”, explica la Asociación Española de Pediatría (AEP)
Sin embargo, en muchas ocasiones, por desconocimiento, no le damos la importancia que merece al hecho de que un niño respire por la boca, ya sea al dormir o por el día, y las consecuencias que ello implica pueden acarrear problemas tanto en su crecimiento como en su desarrollo . “La nariz está diseñada para respirar, cuando esto no funciona de forma adecuada y el aire al entrar no expande las estructuras correspondientes, se produce una importante alteración en la estructura de la cara que produce una forma facial característica. Además, el aire no es filtrado y calentado por las fosas nasales, por lo que la salud será más deficiente”, nos cuenta Laura Benedito, fisioterapeuta respiratoria pediátrica en Valencia (@fisioosteopatialaurabenedito).
Cómo es una respiración correcta y normal
Lo normal es respirar por la nariz ya que la respiración nasal nos mantiene sanos por varias razones, según indican desde la AEP:
- Las vías aéreas nasales calientan y humedecen el aire que respiramos, lo cual mejora nuestra salud respiratoria.
- Los vellos que recubren nuestros conductos nasales por dentro constituyen una primera línea de defensa contra patógenos como virus, bacterias, hongos o esporas.
- Además, al respirar por la nariz los senos paranasales producen óxido nítrico, lo que facilita la circulación de oxígeno por todo el cuerpo. El óxido nítrico también ayuda a las defensas del organismo contra las infecciones.
Cuando la respiración normal no se realiza correctamente es porque existe algo que lo obstruye y es entonces cuando el cuerpo, a modo de defensa, comienza a respirar por la boca. La respiración nasal es algo innato, “los peques nacen respirando por la nariz y durante, aproximadamente, los primeros 6 meses de vida la respiración del niño es, principalmente, nasal; solo respiran por la boca en caso de congestión grande o llanto como método de supervivencia. Por tanto, la respiración habitual será nasal y debería serlo también en niños mayores”, indica la fisioterapeuta.
Cuáles son las consecuencias de que el niño respire por la boca
Sin embargo, hay niños (y adultos) que, sobre todo, respiran por la boca al dormir y las consecuencias de ello son amplias, según nos dice la experta, pueden ocurrir:
- Cambios en la estructura facial (cara alargada, ojeras, mentón y pómulos retraídos).
- Alteraciones bucales (paladar ojival, deformaciones dentales, malaoclusión…)
- Alteraciones en la postura global.
- Infecciones respiratorias frecuentes.
- Alteraciones del habla, del sueño y la atención.
A lo que, además, hay que sumar los siguientes signos de alerta para que los papás puedan detectar que esto está ocurriéndole a su hijo y poner las medidas necesarias, según advierten desde la AEP:
- Roncar por las noches .
- Dormir o permanecer gran parte del día con la boca abierta.
- Hábitos parafuncionales como la deglución atípica (meter la lengua entre los dientes para tragar).
- Tendencia a levantar la barbilla y adelantar el cuello para respirar mejor.
¿Cómo intervenir para mejorar su calidad de vida?
Una respiración incorrecta suele agravarse más si el peque está malito ya sea con un catarro común, la obstrucción de las vías altas por exceso de mocos, etc… Es más, debido a la ola vírica de bronquiolitis que estamos viviendo en las últimas semanas, y que ha colapsado las urgencias pediátricas de nuestro país, “los niños que respiran por la boca están más expuestos a padecerla. Esto ocurre porque, al no filtrar el aire desde las fosas nasales, los patógenos entran con mayor facilidad y la mucosa en cuenta detecta la presencia de virus y bacterias va a actuar produciendo moco”, nos explica la experta.
Pero este no es el único problema al que pueden enfrentarse estos peques ya que “la sequedad que se crea en las mucosas al no humedecer el aire desde las fosas nasales, también complica los procesos respiratorios en peques que duerman con la boca abierta”. Muchos papás piensan que la mejor solución para ello son los humidificadores , pero la experta nos comenta que “su uso no es claro, ya que facilita la proliferación de hongos, ácaros y bacterias y está contraindicado en niños con patología pulmonar”. Como recomendación, entonces, la fisioterapeuta señala que lo mejor es “controlar la calefacción, contar con un medidor de humedad ambiental e hidratar en un baño de vapor o con una simple olla que es más sencillo de limpiar”.
Y, entonces, nos preguntamos, ¿qué se puede hacer para mejorar la calidad de vida el pequeño?, ¿se puede corregir la forma de respirar? Para ello, “es muy importante encontrar las causas que lo originan, desde un frenillo corto (anquiloglosia), una hipertrofia de adenoides y amígdalas a un uso excesivo de succión con el dedo o chupete. Para solucionar el problema, muchas veces se requiere un tratamiento interdisciplinar de fisioterapia pediátrica , otorrino, logopedia, odontropediatría…”, concluye a la experta.